Policía de NY investiga si supuesto asesino de niño desaparecido en 1979 "no está loco"
Pedro Hernández, sindicado por medios estadounidenses como el autor confeso del crimen de Etan Patz, dijo que luego de matar al niño, lo colocó en bolsas plásticas en una caja que dejó en un basurero.
El latino Pedro Hernández, quien según medios estadounidenses es hasta ahora el supuesto autor del asesinato de Etan Patz, un niño de 6 años que desapareció en 1979 camino a la escuela en el vecindario SoHo de Nueva York, entregó una declaración policial que mantiene a los investigadores en un escenario de cautela.
Hernández fue detenido anoche en New Jersey, y era interrogado esta jornada en Manhattan. Trabajaba en el comercio en el barrio donde vivía Patz y se mudó a su lugar de residencia en la zona de Camden, poco después de la desaparición del niño hace 33 años. En el pasado había sido vinculado al caso, y los investigadores recibieron recientemente un llamado telefónico que los alertó de esta nueva pista.
Hernández confesó que atrajo al menor con dulces, luego lo apuñaló, después colocó el cadáver en bolsas plásticas en una caja, caminó por la calle y dejó la caja en un callejón en la basura. Lo complejo es que no se ha recuperado ni el cuerpo ni la caja, y tampoco se han levantado cargos contra Hernández.
Los investigadores dicen que tratan todavía de confirmar detalles de la versión. El suceso aconteció dos días antes de un nuevo aniversario de la desaparición del pequeño, el viernes, en que los detectives suelen recibir una andanada de bromas pesadas y pistas falsas, señala la agencia AP.
"Les advierto que todavía hay mucho que investigar", afirmó el alcalde Michael Bloomberg.
De acuerdo con el diario New York Post, los investigadores policiales y del FBI quieren "estar seguros" de que Hernández "no está loco"
La versión del hispano no está vinculada con la búsqueda del cuerpo del niño en un sótano de Manhattan en abril. Las autoridades dijeron que la excavación del sótano no permitió hallar huesos humanos.
Etan desapareció el 25 de mayo de 1979 cuando caminaba solo por primera vez a la parada del bus escolar, a dos cuadras de su hogar.
Sus padres, Stan y Julie Patz, no quisieron mudarse ni siquiera cambiar su número telefónico en caso de que su hijo tratara de comunicarse con ellos. Todavía viven en el mismo departamento y han soportado décadas de pistas falsas y ausencia de pruebas.
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