Policía mexicana extrema precauciones ante ofensiva de narcotráfico

Los ataques comenzaron hace cinco días después de la detención de Arnoldo Rueda Medina, señalado como el jefe operativo de La Familia, un cartel basado en Michoacán.




La Policía Federal mexicana extremó las medidas de seguridad para proteger a sus efectivos, ante una ofensiva del cartel de La Familia por la captura de uno de sus jefes, que dejó ya 17 policías y dos militares muertos desde el sábado.

La policía restringió los patrullajes nocturnos en carreteras y ordenó a agentes federales concentrarse en dos cuarteles en Morelia, en el estado de Michoacán, y en Atlacomulco, en el estado de México, informa hoy el diario "Reforma".

Los ataques comenzaron hace cinco días después de la detención de Arnoldo Rueda Medina, señalado como el jefe operativo de La Familia, un cartel basado en Michoacán que se ha convertido en uno de los más violentos de México desde su irrupción en 2006.

Luego de un fallido intento por rescatar a Rueda Medina, más de una decena de bases policiales han sido atacadas con armas de alto poder y granadas.

El martes fue atacado un autobús en el que eran trasladados unos 30 policías federales en Michoacán hacia el puerto de Lázaro Cárdenas. Un agente y el chofer resultaron heridos. La policía había contratado un autobús comercial para el traslado pero aún así fueron reconocidos.

También fueron atacadas la base policial de Maravatío y desconocidos incendiaron 40 vehículos en la base de la policía en Zitácuaro, en Michoacán, además de que un grupo armado disparó contra instalaciones de la policía en Celaya, en el central estado de Guanajuato.

Hasta ahora han sido asesinados 16 policías federales y dos militares en Michoacán y un policía en la ciudad de León, en Guanajuato. Los cadáveres de 12 de los agentes aparecieron apilados el lunes a un costado de una carretera.

La Policía Federal está desplegada junto al Ejército en todo el país como parte de la estrategia del presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado, que ha matado a más de 3.000 personas desde enero.

Los ataques de los últimos días se han concentrado en Michoacán, Guerrero y Guanajuato, tres de los estados donde tiene mayor presencia el cartel de La Familia, que se dedica al tráfico de drogas, secuestro y extorsiones.

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