Política industrial no discriminatoria

Según nuestro enfoque, no nos parece adecuado seleccionar ex ante a un grupo de industrias o "clusters" ganadores.




LAS MODIFICACIONES anunciadas por Corfo al programa de "clusters" han provocado reacciones de diverso signo. En una columna publicada en este espacio, personeros que participaron en la gestación de esa estrategia en gobiernos anteriores han manifestado su disconformidad, emitiendo juicios que no se condicen con el alcance de las modificaciones que se están introduciendo. La acusación de fondo es que detrás de estos cambios priman factores ideológicos, según los cuales, "por principio", no correspondería entregar ningún tipo de ayuda especial a algún sector en particular. Pero la situación dista bastante de ser como la están planteando los críticos de este nuevo enfoque.

Este gobierno se ha propuesto convertir a Chile en polo regional de la innovación, convirtiéndolo en plataforma para atender tanto a la región como al mercado mundial en todos los ámbitos en que se logre generar capacidad y escala competitivas. ¿Hay espacio para el desarrollo de "clusters" bajo este esquema? Por supuesto que sí: definiéndolos como un grupo de empresas cuya actividad gira en torno a una industria en particular, muchas veces operando incluso en una misma zona geográfica, resulta evidente que necesitamos "clusters" que sean competitivos en toda la cadena de valor. Por ejemplo, para consolidar la minería en Chile no basta con la existencia de empresas exportadoras de primer nivel; también se necesita una industria de proveedores de clase mundial. Algo similar puede decirse respecto de la industria de servicios globales, que bajo el marco descrito puede desempeñar un rol fundamental como exportadora de servicios.

Con este propósito, Corfo está desarrollando líneas de apoyo orientadas a fortalecer todos aquellos "clusters" con potencial de crecimiento, pero con una particularidad: lo que se busca no es entregar un subsidio a actividades cuyo beneficio va a ser completamente internalizado por los agentes privados, sino que se apunta a brindar apoyo en todas aquellas aristas en que, ya sea por fallas de coordinación que se presentan, por la existencia de externalidades o bien por la necesidad de proveer bienes públicos, se hace necesario una participación del Estado para actuar de "puente".
La principal diferencia de nuestro enfoque con el del gobierno anterior es que no nos parece adecuado seleccionar ex ante a un grupo de industrias o "clusters" ganadores. Pensamos que todas las industrias tienen el mismo derecho a poder participar de los programas gubernamentales de apoyo a la innovación, en la medida en que se adviertan potencial de crecimiento y "fallas" de mercado que resolver. En este marco, lejos de haberse hecho "tabla rasa" con lo obrado previamente, las mesas de trabajo en cada uno de los sectores seleccionados continúan operando, pero no ya en forma centralizada al alero de Corfo, sino en cada uno de los ministerios o instituciones privadas que actúan como coordinadores, donde se advierta un interés por el tema. Asimismo, varias de las líneas de apoyo se han visto fortalecidas, y se verán complementadas con apoyos transversales para favorecer la I+D como la nueva ley de incentivo tributario en trámite.

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