El populismo en Holanda se desinfla y logra un tímido avance en comicios

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El partido de Geert Wilders, que se está quedando con el segundo lugar, obtendría cuatro escaños más que en los comicios anteriores. El primer ministro Mark Rutte se mantendría en el poder si logra formar una coalición.




El avance populista en Holanda, representado por el Partido de la Libertad (PVV) del ultraderechista Geert Wilders, fue mucho menor a lo esperado, al punto que algunos medios internacionales calificaron el resultado obtenido en las elecciones legislativas de "derrota". Eso de acuerdo con el cómputo del 65% de los votos válidamente emitidos.

Según esas proyecciones, la colectividad de Wilders habría obtenido 19 diputados, cuatro más que los logrados en 2012. Sería el segundo partido en el Parlamento, de 150 escaños, pero compartiendo ese lugar con los liberales de izquierda (D66) y los demócratacristianos de la CDA, que también habrían logrado 19 parlamentarios cada uno.

El partido del actual primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, se mantuvo como la primera fuerza del país, con 32 diputados, y conservará así las opciones de mantenerse al frente del gobierno, pese a perder 10 escaños. Para gobernar debe conseguir 76.

De esta forma la amenaza que encarnaba Wilders con su discurso antimusulmán, antiinmigrante y euroescéptico habría quedado bastante disminuido, ya que aspiraba a convertirse en el partido más votado o al menos en el mayor de la oposición.

Como sea, Wilders escribió en su cuenta de Twitter "gracias a los electores del PVV. Miremos a las bancas conquistadas, el primer objetivo ha sido logrado. Y Rutte no me ha dejado fuera" (del Parlamento).

La votación del partido de Wilders era observada en Europa con atención, considerado como un posible adelanto de lo que podría ocurrir con los políticos de ultraderecha en Francia y Alemania, donde también se llevaran a cabo elecciones en los próximos meses. Todo ello como coletazos del triunfo del Brexit en Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos.

Mayores ascensos que el Partido de la Libertad lograron el Llamamiento Demócrata Cristiano (CDA) que pasó de 13 a 19 escaños y los liberales de izquierda que incrementaron sus diputados desde los 12 que obtuvo en 2012 hasta 19. Pero la mayor sorpresa de la jornada fue la votación que habría obtenido el partido de los Verdes de Izquierda que de tener solo cuatro escaños podrían contar con 16 en el próximo Parlamento.

En tanto, el gran derrotado fue el socialdemócrata Partido del Trabajo (PvdA) que de haber sido uno de los grandes partidos de la posguerra y haberse mantenido como la segunda fuerza en las últimas décadas habría cosechado solo nueve diputados, muy lejos de los 38 obtenidos en 2012.

Mark Rutte, pese a la pérdida de escaños, aparece como el político que hizo el "milagro" de lograr neutralizar a Wilders. En 2010 llegó al gobierno con una coalición entre su partido y el CDA, con el apoyo externo del partido de Wilders, que dio su apoyo a cambio de disminuir la migración y prohibir el velo islámico. El gobierno cayó en abril de 2012 luego de un acuerdo fracasado sobre la reducción de la deuda pública. Así en las nuevas elecciones Rutte ganó y pasó a gobernar el país en coalición con los laboristas (PvdA). Pero al no contar con la mayoría en el Senado, pasó a ser respaldado por el D66, la Unión Cristiana (UC) y los reformistas del SGP. Una coalición similar entre cuatro fuerzas que podría repetirse tras los comicios.

Las elecciones destacaron por la alta participación de los ciudadanos, en comparación con los comicios anteriores. Una hora antes del cierre de la mesas, el 73% del electorado había votado, ocho puntos porcentuales más que en 2012.

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