Presidenta argentina sigue internada pero con "buena evolución"

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, continuó hoy internada por sexto día consecutivo en una clínica privada de Buenos Aires y con "buena evolución clínica" del cuadro de infección del colon que la aqueja, informó esta noche la Unidad Médica Presidencial.

El nuevo parte médico no hace referencia sobre una fecha estimada para el alta médica, pese a que circularon versiones de que la jefa de Estado podría retirarse de la clínica Otamendi en el curso de las próximas horas.

Fernández de Kirchner, de 61 años, "cursa el sexto día de internación por un cuadro de sigmoiditis", señala el informe oficial.

"Presenta buena evolución clínica e imagenológica, continúa con dieta especial y tratamiento sintomático y antibiótico", precisa el parte, que señala que la presidenta "permanece internada para completar el tratamiento, con control evolutivo".

Según se anunció días atrás, una vez que reciba el alta médico deberá "mantener reposo" y no podrá realizar desplazamientos como "mínimo por diez días", por lo cual no podrá asistir a la cumbre del G20 que se realizará el 15 y el 16 de noviembre en Brisbane, Australia.

A mediados de octubre pasado, la presidenta suspendió un acto programado para cumplir con dos días de reposo debido a un cuadro de faringitis.

Además, a raíz de la faringitis, Fernández de Kirchner postergó en aquella oportunidad un control médico que se iba a hacer al cumplirse un año de la intervención quirúrgica a la que fue sometida por un hematoma subdural que se le formó por un golpe en la cabeza.

La mandataria fue operada el 8 de octubre del año pasado y se mantuvo en reposo por algo más de un mes.

A principios de julio pasado, por una faringolaringitis suspendió un acto junto al ministro del Interior, Florencio Randazzo, y un viaje oficial a Paraguay.

En enero último se atendió en el Hospital Austral por un cuadro "compatible con una bursitis del trocánter izquierdo" por lo que se sometió a tratamiento kinesiológico.

En 2012, se le había extirpado la glándula tiroides tras un diagnóstico de cáncer que finalmente resultó un "falso positivo".