Presidente Correa denuncia a opositores por intento de agresión

El mandatario ecuatoriano aseguró incluso haber identificado a uno de los manifestantes que buscó agredirlo durante la protesta efectuada ayer por sus detractores.




El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, denunció haber sido víctima de un intento de agresión por parte de manifestantes opositores en la ciudad andina de Riobamba, pero tildó como un "fracaso" la jornada de movilización nacional convocada por grupos sindicales e indígenas.

El mandatario, en una entrevista en televisión, dijo que tras inaugurar un centro de salud en Riobamba, encabezó una "festiva" caravana de ciudadanos que fue interrumpida por opositores que intentaron agredirle y que hirieron a dos de sus simpatizantes.

También comentó de incidentes en la marcha de los opositores en Quito, donde confirmó la agresión a dos periodistas y varios policías.

Correa indicó que mientras encabezaba la "caravana" de ciudadanos en Riobamba, una turba de opositores "con botellas" y piedras, que habían participado en la marcha opositora, "intentaron agredir al presidente de la República". 

Identificó a uno de los agresores y señaló que, aparentemente, pertenece al extinto grupo político Movimiento Popular Democrático, de izquierda, a los que tildó de "gente desquiciada" y de "hipócritas" porque "hablan de democracia, de paz y de no criminalización de la protesta, pero los violentos son ellos".

Dijo que pese a esos incidentes, la evaluación del gobierno es que la jornada de protesta fue "un fracaso total" por la aparente escasa convocatoria.

Mencionó que en Quito, donde se concentró la convocatoria, el Ejecutivo calcula que participaron unas 4.500 personas y que en Riobamba, donde estuvo, no fueron más de 350.

Por ello, agradeció al pueblo ecuatoriano por no participar en las manifestaciones que, según él, responde a una "estrategia de desgaste" que aupan grupos de oposición de derechas para debilitar al oficialismo de cara a las elecciones generales de 2017.

Asimismo, señaló que los movimientos sindicales e indígenas, que convocaron a las marchas, están "divididos", pues señaló que las bases de eso grupos apoyan su gestión.

Para Correa, las manifestaciones en el país "van a continuar" porque responden a la estrategia de "desgaste" impulsada por los grupos más conservadores de oposición que utiliza a los movimientos sociales descontentos con su administración.

Además, señaló que hay poderes fácticos, como los grandes medios de comunicación y otros económicos, que conspiran contra el Gobierno ecuatoriano, pero que también se constata en otros países con regímenes progresistas como Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia y Chile.

Correa, que ha hablado de un intento de "restauración conservadora" para recuperar el poder en esos países, aceptó que su gestión ha sufrido un desgaste desde que asumió el poder en 2007, aunque dijo que en su caso, el apoyo de la población es grande. 

El mandatario dijo que está abierto a dialogar con todos los sectores, pero se negó a hacerlo con "gente politiquera" como los convocantes a la protesta de hoy.

El Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), los principales convocantes de la protesta, calificaron, por su parte, como una "victoria" la jornada de movilizaciones, por la participación de varios grupos sociales que reclamaron sus propias reivindicaciones.

El derecho a la huelga, la estabilidad laboral, el incremento salarial, la seguridad social universal, una reforma agraria integral, la redistribución de tierras y reformas a varias leyes en vigor como las de Aguas, Comunicación, Educación y al Código penal, formaron parte del pliego de peticiones de los manifestantes.

Asimismo, demandaron la permanencia del subsidio al gas de uso doméstico, se opusieron a la política de promoción de cocinas de inducción eléctrica impulsada por el Gobierno y exigieron la legalización de la propiedad de un edificio estatal en Quito, donde funciona desde hace varios años la sede de la Conaie.

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