Presidente de la CNA: "Optar por alguien de la CNA es un reconocimiento al trabajo hecho tras la crisis de 2010"

Alfonso Muga dirigirá a la institución de cara a la reforma que busca cambiar el aseguramiento de la calidad en la educación superior.




La Presidenta Michelle Bachelet nombró al académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Alfonso Muga, como nuevo presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), cargo que estaba vacante desde el 17 de diciembre pasado cuando finalizó el período de  Matko Koljatic. La designación recae sobre un actual comisionado de la CNA, quien integraba la entidad desde 2011 en representación del Consejo de Rectores (Cruch). Este gesto es visto por Muga como un respaldo al trabajo que ha desarrollado la comisión después de la crisis generada en 2010 con el escándalo por acreditaciones irregulares que, incluso, llegó a la justicia. Muga fue director de Educación Superior del Ministerio de Educación entre marzo de 1990 y marzo de 1994.

En su oficina en el sexto piso de la Facultad de Ingeniería recibió a La Tercera a pocas horas de que se hiciera público su nombramiento.

¿Cómo supo de esta designación?

Yo lo supe a través de un llamado de la subsecretaria de Educación (Valentina Quiroga), la que me  transmitió la decisión de la Presidenta el jueves de la semana pasada. Fue muy gratificante pensar en que la decisión recaía en una persona como yo, que he sido integrante de la Comisión desde el año 2011 por nominación del Consejo de Rectores y que al mismo tiempo con esto se estaba reconociendo el trabajo más sistemático y acucioso que la Comisión ha podido desarrollar en los últimos años.

¿Cree que hay una revaloración del trabajo de la CNA después de las acreditaciones irregulares que se produjeron cuando Luis Eugenio Díaz estaba al frente?

Yo estimo que la decisión de la Presidenta es también un reconocimiento que se está dando al trabajo que internamente ha podido desarrollar la CNA en estos años. Se reconoce la tarea de recuperación de una posición que quedó tan desmedrada después de los asuntos que involucraron a un anterior vicepresidente, Luis Eugenio Díaz.  Optar por alguien del interior es un reconocimiento al trabajo que la CNA ha hecho tras la crisis del 2010.

¿Por qué cree que se produjo el problema de las acreditaciones irregulares?

Es difícil entender las causas de lo que ocurrió el 2010. Por una parte hay una responsabilidad en el hecho de que el Presidente de la República (Sebastián Piñera) no respondió a tiempo con la designación de un nuevo presidente de la CNA. Hay una responsabilidad porque finalmente aunque el presidente (de la CNA) es una suerte de primus inter pares, hay una serie de asuntos en los cuales puede influir, que no tienen que ver con la votación misma, que tienen que ver con los procesos anteriores a la votación, entonces ahí hay una primera condicionante. Una segunda es una suerte de abuso de confianza. En el fondo hubo una responsabilidad presidencial y un abuso de confianza de quien, por un período más prolongado de lo necesario ejerció el cargo como vicepresidente.

¿Cree que hay un conflicto de interés de los comisionados que representan a las mismas instituciones de educación superior?

Los comisionados se desprenden de ciertos ropajes corporativos y más bien comienzan a actuar dentro del marco legal que la ley establece para la Comisión. Hay una apreciación muy válida en cuanto al carácter autónomo que la comisión tiene, y eso desde luego resguarda la independencia de opiniones.

¿La crisis ya terminó?

Desde el momento que se produjo esta situación crítica lo que la comisión hizo fue definir con mucha precisión una suerte de código de ética, pero al mismo tiempo una actitud, una forma de comportamiento que resguardara nuestra independencia ante eventuales presiones que se podían recibir y que nos ayudara a desprendernos de los ropajes corporativos. Esto está en la base de la discusión del proyecto de ley (de acreditación): quiénes integran la comisión, qué dedicación deben tener. Yo creo que las experiencias que se han dado en esta forma de trabajo van a ser válidas para que se pueda construir una buena definición sobre cómo se integra efectivamente una entidad de esta índole, que tiene una responsabilidad de tanta envergadura respecto de las políticas de educación superior como es garantizar el aseguramiento de la calidad y fomentarlo.

¿Lo que pasó con Luis Eugenio Díaz es una situación excepcional?

Eso es así, pero no cabe duda que ralló la pintura de la comisión de una manera muy profunda y la comisión tuvo capacidad de reaccionar ente eso y la presidencia de la República se hizo cargo del problema de la designación de un nuevo presidente (Matko Koljatic, en 2012) y al mismo tiempo se fueron haciendo, en razón de la autonomía de la cual goza la comisión, las correcciones necesarias para que determinadas cuestiones tuvieran los contrapesos internos de forma tal de que no se reprodujesen decisiones que anteriormente pudieron conducir a una posibilidad de influir a través del abuso de confianza.

Fue fuerte el cuestionamiento que hubo en ese momento...

Hay actores sociales que no lo han eliminado, al contrario. Pero hay otros, que es lo que a nosotros nos satisface, que tienen una visión diferente. Como las propias instituciones de educación superior, que son actores que nos interesan y han valorado los esfuerzos.

¿Cuáles son los desafíos de la CNA para este año?

A mi me van a corresponder como presidente garantizar la continuidad del trabajo de acreditación en un organismo que tiene un certificado extendido de término, que va a depender de la aprobación del proyecto de ley sobre acreditación.  Además, poder contribuir con opiniones basadas en la experiencia, que no solamente es una experiencia nacional sino también una experiencia que uno va tomando de realidades comparadas en el plano internacional.

Es incierto el plazo en que se va a presentar el proyecto sobre acreditación...

Se está trabajando en ello y desde el punto de vista político es difícil pensar, por ejemplo, que la gratuidad, imaginando que eso vaya paulatinamente avanzando, no esté apropiadamente asentada sobre condiciones de calidad certificadas. Eso va a ser una condición indispensable de los modelos de financiamiento que se están impulsando.

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