Presidente de México hace un llamado a la paz ante escalada de violencia

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró hoy que los mexicanos dicen "no a la violencia", al tiempo que calificó de "abominable y atroz" el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en el sur del país hace mes y medio.

"Como mexicanos, hay que decirlo, estamos dolidos por lo ocurrido en Iguala (en el sur de México). Es un acto abominable y atroz que genera, como ha sido, indignación y dolor", dijo Peña Nieto a medios mexicanos durante una escala de su viaje a China y Australia. En declaraciones durante una escala en Anchorage, Alaska, el mandatario mexicano destacó que "Ayotzinapa es un llamado a la justicia, un llamado a la paz y a la unidad, no a la violencia ni a la confrontación".

El mandatario dijo que es inaceptable "que alguien pretenda utilizar esta tragedia para justificar violencia". 

"No se puede exigir justicia actuando con violencia", añadió, al hacer referencia a la quema de vehículos y la destrucción de vidrios en el Palacio de Gobierno de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, y la quema parcial de la puerta principal de Palacio Nacional en Ciudad de México, el sábado.

Peña Nieto agregó que los lamentables hechos ocurridos el 26 de septiembre deben convocar a los mexicanos "a un esfuerzo colectivo y de reflexión para emprender un camino que permita mejorar aquellas instituciones del estado mexicano que enfrentan debilidad, pero hacerlo por la vía del diálogo, no a través de la violencia".

Asimismo, el mandatario justificó su visita a China, con el fin de participar en el encuentro de líderes económicos del Foro de Cooperación Asia-Pacífico(APEC) en Beijing, así como a la cumbre del G20 en Australia.

"No atender estos eventos es dejar atrás la participación de México en los foros más importantes que se dan año con año, que tienen particular relevancia y tendrán impacto en el impulso a la economía de nuestro país y en la generación de empleos", expresó.

La gira de trabajo de Peña Nieto se lleva a cabo en momentos en que sectores de la sociedad pidieron la cancelación del viaje debido a la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, en Iguala, en el sureño estado de Guerrero.

Los actos vandálicos en Chipancingo y Ciudad de México se produjeron un día después de que el procurador general de México, Jesús Murillo Karam, informó que hallaron restos humanos calcinados y sin identificar en un basurero y en un río y que, según el testimonio de detenidos, corresponden a los 43 jóvenes desaparecidos.

De acuerdo con declaraciones de detenidos, los alumnos fueron entregados por policías municipales al grupo criminal Guerreros Unidos, que los trasladó a un basurero en la localidad de Cocula, cerca del sitio donde desaparecieron.

Una vez asesinados fueron quemados durante 14 horas para hacer desaparecer sus restos, con diesel, gasolina, leña y llantas, según los testimonios que las autoridades aún deberán corroborar con estudios científicos.