El Príncipe Charles Aránguiz ahora genera dudas

Nadie dijo que sería fácil. Charles Aránguiz, cuando fue traspasado al Bayer Leverkusen a mediados de 2015, sabía que se encontraría con un plantel que era de los más ricos de la Bundesliga. Y que tenía a varios especialistas en su puesto. Lars Bender, Cristoph Kramer (ahora en Borussia Monchengladbach) y Kevin Kampl han sido parte de una competencia que, desde que se recuperó de su larga lesión en el tendón de Aquiles, el Príncipe estaba ganando. En el inicio de la temporada 2016-2017, su titularidad, salvo alguna rotación pensando en un duelo de la fase de grupos de Champions, no estaba en duda. Hasta ahora. En los últimos dos pleitos por la Bundesliga, frente a Eintracht Frankfurt (victoria 3-0) y ante Ausburgo (triunfo de las aspirinas por 1-3) ha entrado desde la banca. Dos encuentros que han finalizado con una racha de derrotas del Leverkusen, y que le han dado un nuevo aire al cuestionado entrenador Roger Schmidt.

Pese a las últimas alegrías, quien fuera uno de los técnicos más prometedores de Alemania ahora está más cuestionado. Le armaron un equipo que, para la liga teutona, es llamado a pelear directamente con Borussia Dortmund y, en una mejor instancia, con el Bayern Munich. Es un equipo joven, con futuro y que nunca había estado tan lejos, como ahora, de clasificar a la próxima Champions League. Está en el octavo puesto, a siete unidades del último cupo para la ronda preliminar del principal torneo continental.

Por eso el desafío en octavos de final, ante un equipo perito en definiciones de Champions, es complejo. Además, es un elenco que ya los eliminó por penales en los octavos de final de la edición 2014-2015, con los mismos técnicos en la banca. Ahora. Schmidt tenía la intención de repetir la contención Bender-Kampl, pero el primero presenta molestias físicas. Y por eso, el puentealtino probablemente entre como titular al BayArena.

"Estamos esperando todavía que Lars esté disponible para enfrentar al Atlético, pero todavía no puedo confirmar nada", dijo Schmidt ayer en conferencia de prensa.

Según su técnico en las inferiores de Cobreloa, Roberto Spicto, la momentánea relegación de Aránguiz se puede explicar por su carácter retraído. "Hace tiempo no hablo con él, es más callado, más tímido. Con Charles hablo muy poco, cuesta sacarle las palabras. Es quitado de bulla, habla más la mamá que Charles. Es muy bajo perfil, pero es muy buen tipo. Lo he visto jugar ahora, pero en Alemania sigue siendo el mismo, el hombre que con la pelota en los pies entrega todo bien. Para un entrenador como mediocampista es ideal", afirma.

Los números del Príncipe, en Champions, lo hacen sobresalir en cuanto a la posesión del balón. En 424 minutos de 540 posibles, ha tocado el balón 300 veces (tercero en su equipo) y ha dado 219 pases (tercero tras Kampl y Henrichs). Ha disparado cuatro veces al arco, pero aún no ha marcado. En la Bundesliga ha anotado una vez en esta temporada, pero destaca en su precisión en los pases (79,43%) y su capacidad para ganar duelos (51,16%). Estadísticas que no convencen a Schmidt, que ahora lo tiene ingresando en los segundos tiempos.

En el Atleti, el subcampeón vigente del torneo, no se confían por sus mejores últimos antecedentes en Europa y por el irregular momento de su rival: "De los partidos que hemos jugado en Champions, posiblemente es uno de los rivales más intensos a los que nos hemos enfrentado", asevera el DT, Diego Simeone.

Cuando llega el día soñado para Aránguiz, en plena fase decisiva del torneo de la verdad, la confianza en él no es la mejor.