Proclamación de Bachelet desata nuevo desencuentro entre PS-PPD y su equipo

Hasta la sede del PS llegó, la tarde del martes pasado, una comitiva de dirigentes del PPD, encabezados por el secretario general de la colectividad, Gonzalo Navarrete. En vísperas del regreso de la ex Presidenta Michelle Bachelet al país, los dirigentes sostuvieron una reunión con sus pares del PS, liderados por el secretario general Alvaro Elizalde.

Fue el primer encuentro formal de los equipos propuestos por ambos partidos para organizar el acto de proclamación conjunta de la ex funcionaria de la ONU, agendado para el próximo sábado 13 de abril.

En las directivas del PS y el PPD existe preocupación por lo que consideran excesiva demora en la definición del diseño, a dos semanas del evento. La idea inicial era que los detalles de la instancia estuvieran establecidos antes del 31 de marzo.

Fuentes de las respectivas mesas afirmaron que las colectividades aún no zanjan el cronograma definitivo de sus respectivos consejos generales que se realizarán en paralelo el 12 de abril y que confirmarán formalmente a Bachelet como su candidata presidencial. Hasta ahora, a ninguno de los dos eventos asistiría la ex jefa de Estado.

Para la proclamación, Elizalde y Navarrete mantienen contacto permanente con el enlace del comando de la ex mandataria con los partidos: Rodrigo Peñailillo. A partir de las sugerencias del ex jefe de gabinete de Bachelet, los dirigentes han ido trabajando en el diseño del acto.

En medio de esas gestiones, los representantes del PS y el PPD enfrentaron las primeras tensiones con el equipo más cercano de la ex presidenta. Esto, a propósito del carácter que adquirirá la actividad, considerada el punto de partida de la campaña a las primarias de la oposición del 30 de junio.

La propuesta que los partidos trabajaron el martes pasado no ha encontrado sintonía con el diseño preparado por el "bacheletismo".

En el PS y el PPD postulan que en el acto, además de militantes y simpatizantes de ambas colectividades, también puedan participar ciudadanos.

"El acto del 13 es un acto en que los partidos tienen un rol, pero espero que esté marcado también por la impronta de Bachelet; vale decir, que vaya más allá de los partidos, que tenga un componente ciudadano", explicó el timonel del PPD, Jaime Quintana.

Desde el PPD, además, han promovido la idea de que, junto a los respectivos jefes de partidos, en la actividad también intervengan dirigentes sociales.

Sin embargo, ese diseño fue modificado por el círculo de la ex jefa de Estado. Fuentes del PS y PPD señalaron que en el entorno de la ex mandataria han sugerido una actividad acotada sólo a las colectividades y en la que sólo podrán ser oradores los timoneles.

PUGNA POR EL RECINTO
La propuesta del PPD y el PS es que el acto se realice en el Teatro Caupolicán -que puede albergar hasta unas 4.500 personas-, locación que no convence al entorno de Bachelet. A lo que se sumó otra complicación: el 13 de abril está programado un concierto de Sol & Lluvia.

Otras fuentes partidarias señalan que la dificultad para utilizar el recinto es el costo de arriendo, el que -en cualquier caso- será costeado por ambos partidos.

Peñailillo, en tanto, les ha transmitido a los organizadores que un lugar que les acomoda es el Teatro La Cúpula del Parque O'Higgins, recinto más pequeño, que puede albergar hasta 2 mil personas, lo que apunta a acotar el acto.

La tensión instalada entre los partidos y en el entorno de Bachelet se explica porque ya se les ha transmitido que la participación protagónica de las colectividades en la campaña se circunscribiría a dicho acto. El resto de las actividades serán "ciudadanas" y con participación limitada de dirigentes.

Hasta ahora, el secretismo y la distancia que Bachelet pretende marcar de la elite política se vieron reflejados en la puesta en escena de su regreso: tanto su bienvenida como el anuncio de su candidatura se realizó sin el protagonismo de los partidos. La situación provocó molestia en miembros de la mesa del PS y el PPD, donde se señala que este hermetismo conspira con en el despliegue de campaña.