Pugna entre Moreno y Correa tensa a oficialismo en Ecuador
Ante las duras críticas del actual mandatario a su gestión, su predecesor ha amenazado con fundar un nuevo movimiento.
En febrero, apenas conocidos los resultados a boca de urna, Rafael Correa no pudo evitar comentar la categórica victoria de su delfín político y ex vicepresidente de su gestión, Lenín Moreno, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador. "¡Otro triunfo contundente del pueblo ecuatoriano!", manifestó en ese entonces el aún mandatario a través de Twitter, pese a que aún restaba el balotaje de abril para refrendar la llegada de Moreno al Palacio de Carondelet.
A poco más de dos meses de dejar el poder, hoy Correa no parece pensar lo mismo de Moreno. Ya sea por Twitter o a través de columnas en la prensa, el ex mandatario -quien actualmente reside en Bélgica- se ha trenzado en una dura disputa con su sucesor, profundizando la pugna interna en el seno del movimiento oficialista Alianza País.
En una columna publicada el 6 de junio, Correa dejó de manifiesto su incomodidad por la falta de mención de Moreno de todo el trabajo que aseguró haber realizado en su gobierno contra la corrupción. "Sí molesta y ofende la falta de mención de todo este trabajo de meses, haciéndole el juego a la oposición sobre que se quiso ocultar algo", escribió Correa, quien criticó que su sucesor designara una comisión para investigar la corrupción en los gobiernos pasados, incluido el suyo (2007-2017).
La respuesta de Moreno vino un mes después, a través de Twitter. En un críptico mensaje, el 6 de julio se limitó a insinuar que Correa padecía de "síndrome de abstinencia". Pero el 29 de julio el Presidente acentuó sus críticas a su predecesor. En un discurso, Moreno admitió que la situación económica del país era "crítica" y que se necesitarían US$ 8.000 millones al año para amortizar la deuda que "heredó" al llegar al poder en mayo.
Pero Correa consideró el mensaje de Moreno una ataque personal. "El gobierno actual conocía perfectamente todas las cifras de deudas y pasivos, que, además, son públicas", escribió, al tiempo que hizo un llamado a sus seguidores: "¡Tenemos que resistir! Todo lo cínico, desleal y mediocre, será efímero".
Lejos de amainar, la crisis en el oficialismo se agudizó esta semana luego de que Moreno le quitara todas las atribuciones a su vicepresidente, Jorge Glas, apuntando a la "deslealtad" del funcionario. Glas, quien también fue vicepresidente de Correa, había publicado una dura carta contra Moreno donde le reprochó, entre otras cosas, una supuesta alianza con el entorno del destituido ex gobernante Abdalá Bucaram (1996-1997), con quien Correa tiene una larga enemistad.
Así, la reacción de Correa no se hizo esperar y, a través de Twitter, ironizó: "¡Ups! ¡El diálogo siempre ha sido para los que odian la Revolución! Adelante, Jorge (Glas). Tómalo como una condecoración".
El viernes, en un acto en Guayaquil, Moreno volvió al ataque. "El momento en que tenga necesidad de mentirles, mejor me voy a la casa (...) Yo no soy como otros que andan extrañando la presidencia", aseguró. En esa misma ciudad, Glas negó haber recibido US$ 14,1 millones en sobornos de Odebrecht, como reveló un ex directivo de la constructora brasileña a O Globo.
Según el analista Wladimir Sierra, "hay una clara intención de seguir gobernando a distancia". "Moreno fue un candidato decidido por Correa como plan B una vez que la figura de Glas comenzó a ser manchada por los escándalos de corrupción. Pero la distancia que Moreno comenzó a desplegar desde el inicio de su gobierno molestó a más de uno de aquellos que apostaron por él como alfil del correísmo", dice Sierra a La Tercera.
Para el politólogo Santiago Basabe, existe "una disputa abierta por el control de Alianza País". "Se trata de dos grupos en tensión por el poder", explica a este medio.
"A pesar de que Correa ya anunció su posible desafiliación y la fundación de un nuevo movimiento, es muy temprano pensar en una disolución de Alianza País y menos del proyecto 'Revolución Ciudadana'", concluye Sierra.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.