Raphael: "Incluso cuando era un Festival modesto, Viña siempre fue intimidante"
El cantante español, que esta noche pisará por cuarta vez el escenario de la Quinta Vergara, desempolva sus recuerdos del certamen. Además cantará con Beto Cuevas.<BR><BR>
Recuerda el "ronroneo", la gente corriendo para todos lados, la semana entera hospedando en el Hotel O'Higgins. Raphael cantó por primera vez en el Festival de Viña del Mar en la edición de 1982, la misma en que estuvieron Raffaella Carrá, The Police, Miguel Bosé y Franco Simone, y confiesa que hubo noches de tragos en el Harry's bar y un par de escapadas al Casino con la Carrá, "una loca exquisita", comenta sentado en un salón del Hotel del Mar, vestido de negro y con una palidez casi angelical.
Esos eran los días de gloria del certamen, que esta noche recibe por cuarta vez al legendario cantante español de 64 años, pero en la memoria del "er niño", aquello seguía siendo una fiesta modesta. "Comparado con lo que se ve actualmente, con esta infraestructura, que es de un nivel grande, verdaderamente internacional, eso era algo muy pequeño, muy familiar", recuerda el hombre de Digan lo que digan, que, sin embargo, reconoce que la Quinta Vergara siempre fue "atemorizante".
"Aunque modesto, Viña siempre fue intimidante, eso lo saben todos los que han venido acá, pero siempre para mí es un agrado venir por el cariño inmenso que me tienen en tu país", cuenta el hombre que esta noche mostrará el mismo espectáculo de sus 50 años que enseñó en Santiago, en mayo del año pasado, aunque se apresura en aclarar que prefiere presentarlo como "mis primeros 50 años de carrera", comenta siempre obsesionado con el paso del tiempo y dando cuenta de su gran temperamento.
EL "RAPHAELAZO"
La segunda vez que Raphael cantó en el Festival fue en 1987 y aquello fue "tremendo", cuenta Raphael. "Los diarios de tu país lo llamaron un 'Raphaelazo' y no podría desmentirles", dice entre sonrisas y casi desafiante sobre una actuación todavía rastreable en la web y que quedó en la retina del público local por el histriónico zapatazo que dio contra un vidrio a tamaño de su persona durante la interpretación de Frente al espejo, original de José Luis Perales.
"Siempre me lo preguntan, me impresiona que lo recuerden, fue mejor ese zapatazo que el de 2005", explica el legendario hispano, citando esa última visita de 2005, donde también se echó el público al bolsillo.
Dice que este año también tiene sorpresas, que lo suyo es "evolución" y no "cambio" y que no concibe regresar a un sitio si no es con algo nuevo bajo el brazo. "Lo que más temo es que digan 'Raphael ha vuelto a mostrar lo mismo de siempre'. No soy de esa clase de artistas", dice en tercera persona y convencido de que en este viejo boliche lo conseguirá otra vez.
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