Realizan primera exposición de fotos de Rodrigo Rojas De Negri

El MAC y el Museo de la Memoria exhibirán por primera vez sus imágenes en septiembre. En julio de 1986, militares quemaron vivo al fotógrafo de 19 años y lo abandonaron en una zona rural. Murió a los cuatro días.




Tuvo una vida corta e intensa. Era 1986 y Rodrigo Rojas De Negri volvía por primera vez a Chile. A los nueve años salió al exilio, luego de que su madre, Verónica De Negri, fuese detenida en Dos Alamos. Entonces tenía 19 años y volvía para recorrer las calles de Santiago con su cámara de fotos. Pero eran tiempos duros: protestas, paros nacionales, ollas comunes y represión. "'Ahora te entiendo bien, mamá', me dijo por teléfono dos días antes de morir. Mis amigas me decían que no me preocupara, que Rodrigo iba a ir un rato a las marchas y luego a parrandear. Yo sabía que no, que este niño de familia exiliada no vivía en una casita de cristal. El quería verlo todo con sus propios ojos", dice hoy Verónica De Negri.

El 2 de julio de 1986, mientras caminaba con otros jóvenes por calle General Velásquez para hacer una barricada, Rodrigo Rojas fue detenido por una patrulla militar junto a Carmen Gloria Quintana. Los golpearon, les rociaron gasolina y fueron quemados vivos. Ella sobrevivió y él murió a los cuatro días. La noticia dio la vuelta al mundo y se volvió uno de los casos emblemáticos de violación a los Derechos Humanos en el régimen.

Pero hubo otra cosa más que Rodrigo le dijo a su madre en esa llamada. "Me pidió que recibiera los 22 rollos fotográficos que había enviado a EE.UU., porque en Chile no tenía como revelarlos. Nunca llegaron", cuenta.

En su estadía, Rojas De Negri estrechó amistad con miembros de la Asociación de Fotógrafos Independiente (AFI) y registró con su cámara la actividad en las calles. A 27 años de su muerte, una m programada para septiembre en el MAC de Quinta Normal y el Museo de la Memoria rescata por primera vez su archivo de fotos. Será una selección de 60 instantáneas, de un total de 400 negativos que por estos días se ordenan en Washington DC, donde vive hace más de 30 años Verónica De Negri, impulsora de la muestra, junto a la curadora del MAC, Montserrat Rojas Corradi. La muestra se complementa con un documental con entrevistas a familiares y amigos, realizado por Mariano Díaz, Michael Gómez y Traxi Sepúlveda.

"En 2006 el Consejo de la Cultura creó el premio de fotografía Rodrigo Rojas De Negri, pero nadie conoce sus fotos. Queremos levantar la figura de Rodrigo más allá de su posición como víctima de la dictadura, sino como el talentoso fotógrafo documentalista que fue", dice Rojas Corradi, quien lidera la investigación junto a Lucy Quezada y Jaime Cuevas.

Un gringo sin miedo
Rodrigo Rojas tenía seis años cuando conoció a un fotógrafo amigo de la familia y se enamoró del oficio. "Yo pensé que era una chifladura de niño regalón, pero desde ese momento sólo hablaba de tener su propio cuarto oscuro. Todo el dinero lo juntaba para eso", cuenta su madre.

En 1976, fue de vacaciones a la casa de su abuela en Canadá y no volvió. Verónica De Negri fue detenida por el régimen y Pablo, su hermano menor, se quedó a cargo de una familia amiga. En 1977 lograron reunirse todos en Washington, donde armaron una nueva vida. "A pesar de ser tan chico, nunca dejó de pensar en Chile. Le interesaban los detenidos desaparecidos y la política en Sudamérica. Tocaba quena y charango en un grupo folclórico, pero lo principal era la foto. No iba a clases por estar revelando", dice su madre.

La mayoría de las tardes las pasaba en casa de otro chileno exiliado, el fotógrafo Marcelo Montecino, quien se transformó en su maestro. "Iba a todas las actividades de solidaridad con Chile. Tenía unos 14 años y nunca tuve que enseñarle nada técnico en fotografía. Conversábamos largo y luego se metía a mi cuarto oscuro a trabajar. Muchas veces le pedí que ampliara mis fotos", recuerda Montecino, quien ahora está a cargo de escanear los negativos para la muestra.

En sus imágenes de aquella época, Rojas De Negri registró la cotidianidad de los EE.UU., los entrenamientos de fútbol americano y cheerleaders en su escuela, las marchas del movimiento gay en los 80 y toda protesta política en las calles de Washington. Al llegar a Chile, lo primero que hizo fue ir a la revista APSI, donde conoció a los hermanos fotógrafos Alvaro y Alejandro Hoppe y sus primeras fotos las hizo en el funeral de Ronald Wood, otro joven de 19 años que murió por una bala en la cabeza disparada por una patrulla militar, mientras protestaba en el puente Loreto.

"No sentía miedo. Era joven y no sabía a qué se enfrentaba. Una vez estábamos en el metro y habían un grupo de militares y me preguntó si podía hacerle unas fotos. Le dije que yo no me arriesgaría, pero él fue, habló con ellos y se dejaron fotografiar. Era persuasivo", recuerda Alvaro Hoppe. "Vi pocas de sus fotos. Publicó algunas en revista Análisis. Imagínate que tenía 19 años, y recién estaba encontrando su estilo".

En Chile, Rojas De Negri fotografió protestas, participó de ollas comunes y se introdujo en poblaciones. Parte de las fotos que sobrevivieron se verán en septiembre. "Acabo de acercarme a la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos para intentar reabrir el caso. Fueron 33 los militares que mataron a Rodrigo con alevosía y ninguno ha pagado", dice la madre de Rodrigo, que prefiere no contar los 600 días de cárcel a los que fue condenado el capitán del Ejército Pedro Fernández Dittus por la muerte de su hijo. "Fue una pena miserable. Para mí esta muestra es también una forma de hacer justicia de un crimen que nunca la tuvo", concluye.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.