Rechazo ciudadano a ataque a Siria complica apoyo a Obama en Congreso

Hasta ahora, 188 miembros de la Cámara de Representantes se oponen a un ataque contra Siria y apenas 24 lo respaldan. El 29% de los estadounidenses está a favor de una intervención, según el Centro Pew. Por eso, dará un discurso el martes.




Cuando George W. Bush decidió invadir Irak, hace 10 años, el 75% de los estadounidenses respaldó ese ataque, según un sondeo de Gallup. Hoy, el 53% piensa que fue un error. Antes de convertirse en Presidente, Barack Obama se mostró en contra de ese conflicto, pero ahora está del otro lado de la moneda, con la mayoría de los norteamericanos en contra de una intervención en Siria.

El fin de semana pasado, Obama anunció que decidió atacar Siria en represalia por el uso de armas químicas, pero condicionó la ofensiva a la aprobación del Congreso. En Estados Unidos, el presidente no necesita el visto bueno del Legislativo para una guerra.

Con su consulta al Congreso, Obama cumplió una vieja promesa de su campaña de 2008, pero no ha podido convencer a sus escépticos compatriotas. Una encuesta del Centro Pew dada a conocer el jueves reveló que el 48% se opone a una ofensiva y el 29% está a favor. Otro sondeo, del diario The Washington Post, situó el rechazo en un 59%.

Pero el mayor problema para el mandatario demócrata -al que figuras como Vladimir Putin le han enrostrado su Nobel de la Paz- se sitúa en el Congreso. Aunque el miércoles pasado el Comité de Relaciones Exteriores del Senado aprobó (por 10 votos contra siete) una resolución que da a Obama la autorización para el uso limitado de la fuerza contra Siria, el panorama general en el Legislativo no es de los mejores para él. La intervención contra Siria debe ser aprobada por ambas cámaras del Congreso. En el Senado, Obama tiene hasta ahora el respaldo de 24 senadores (de un total de 100), mientras que 19 se oponen y 57 están indecisos, según CNN. En esa cámara, los demócratas tienen 52 escaños, los republicanos 46 y hay dos independientes.

Sin embargo, es en la Cámara de Representantes donde se concentra el mayor rechazo. En la Cámara Baja, de 435 miembros, la oposición republicana es mayoría (233), mientras que los demócratas poseen 200 asientos y hay dos vacantes. En la Cámara, apenas 24 congresistas respaldan el ataque y 188 se oponen. El resto está indeciso.

En EE.UU., los congresistas son verdaderos representantes de sus distritos y responden a los intereses de sus respectivas comunidades. Y generalmente provienen de las localidades que representan. Según The Huffington Post, en la Cámara hay muchos republicanos que han sido elegidos por primera vez que apenas conocen a Obama y cuyos distritos están muy descontentos con el gobierno por la reforma a la salud y los temas migratorios.

Fuera de EE.UU., Obama tampoco cuenta con gran apoyo: 10 países del G-20 y Francia se han convertido en aliados, pero sin un compromiso de participar en una acción militar.

Por ello, el martes Obama dirigirá un mensaje desde el Salón Oval de la Casa Blanca para intentar convencer a los estadounidenses de que Siria compromete la seguridad nacional del país. Lo hará un día después de que el Congreso comience el debate sobre el ataque.

"Se puede decir que Obama ha mostrado cautela, especialmente después de que aprendió la lección tras el rechazo del Parlamento británico la semana pasada", afirmó a La Tercera el analista político norteamericano John Zogby.

"Voy a hacer lo mejor que pueda para el pueblo estadounidense, así como para la comunidad internacional, para que sean tomadas las medidas necesarias y apropiadas", dijo ayer Obama en la cumbre del G-20. Según la cadena británica BBC, Obama tiene cinco opciones para convencer al Congreso de atacar a Siria: apelar a la ciudadanía desde el corazón, cortejar a los republicanos moderados, asegurar el voto de los líderes del Congreso, bombardear a los congresistas con llamados telefónicos y trabajar en equipo para convencer a los escépticos.

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