Regresa montaje performático sonoro en la escena teatral chilena
Helen Brown fue creado por la dupla de artistas multidisciplinarios Trinidad Piriz y Daniel Marabolí.
Creado por la dupla de artistas multidisciplinarios Trinidad Piriz y Daniel Marabolí, "Helen Brown" describe de singular forma, un suceso policial autobiográfico, que a través de la voz de la intérprete y el virtuosismo del músico que usa variados mecanismos sonoros, dan vida a una atmósfera escénica diferente, atractiva y estimulante.
Luego de exitosas presentaciones en el I Festival Internacional de Artes Escénicas y Transdisciplina FIDET, en el Centro Cultural de España y el Museo de Artes Visuales MAVI, este montaje sensorial vuelve el 7 de abril en el Centro Cultural Mil Mt2 para entretener y hacer vivir al público una verdadera "experiencia atmosférica", antes de lo que será su próximo montaje a estrenar.
Este espectáculo sonoro trata la anécdota que surge tras el viaja a Berlín de una mujer en búsqueda de nuevas oportunidades laborales. En la capital alemana es víctima de un fraude millonario tras el intento de arrendar un departamento. Días después de descubrir el fraude, la mujer se obsesiona para conocer el paradero y la identidad de su victimaria, entonces decide enviarle cartas de manera constante, como quien se comunica con alguien con el que se tiene una relación definida, y por supuesto, como toda estafa bien hecha, estas cartas llegan a su remitente, más no tienen respuesta. Es ahí donde la protagonista de esta historia resuelve ir en búsqueda de Helen Brown, su estafadora.
La actriz, directora teatral y Máster en Performance Making de la Goldsimths University de Inglaterra, es quien vive la experiencia que inspira la obra, sin embargo se define como un espectáculo de colaboración, porque junto al actor de la Universidad de Chile, compositor musical, director y docente teatral Daniel Marabolí idean, producen y dirigen esta obra que se describe en dos planos.
Primero, el que se recrea con todas las conversaciones telefónicas que interpreta la protagonista y que son diseñadas sonoramente y en vivo, por el músico, más el componente audiovisual que complementa la narración de estas conversaciones. Y segundo, uno más testimonial con todas las cartas sin respuestas que la protagonista le envía a su estafadora y en donde ambos ejecutores mezclan la emotividad en la interpretación de la misiva y la musicalización de ésta, dando como resultado un relato sonoro-sensorial con una atmósfera estimulante donde la imaginación del espectador es clave para cumplir los objetivos del montaje.
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