El regreso del espionaje al estilo KGB

Putin

Divulgación de noticias falsas, hackeos y operativos en los países "enemigos" son algunas de las técnicas utilizadas por el Kremlin para espiar.




El escándalo por el supuesto informe de inteligencia que no sólo daría cuenta de los lazos de Donald Trump con Rusia, sino que ese país tendría información comprometedora del futuro Presidente estadounidense, sumado a las denuncias por la interferencia rusa en la campaña electoral de EE.UU., han puesto en lo más alto del debate al espionaje entre Moscú y Washington a niveles que no se veían desde la Guerra Fría.

Trump dijo ayer que el director nacional de inteligencia, James Clapper, tildó de "falso" y "ficticio" el informe que alega que miembros del equipo de Trump se reunieron con integrantes del gobierno ruso y que el empresario se habría ido de juerga con prostitutas en Moscú en 2013, ocasión que habría sido aprovechada por el servicio secreto ruso para instalar cámaras y micrófonos. Si bien Clapper emitió la noche del miércoles un comunicado sobre su conversación con Trump en el que afirma que comunicó al Presidente electo que ese informe "no es producto" de la comunidad de inteligencia de EE.UU, no se refirió sobre su veracidad.

El reporte fue elaborado por Christopher Steele un ex agente del MI6, que -según la BBC- "fue inicialmente contratado por Jeb Bush" cuando comenzaron las primarias republicanas. Según el Telegraph, Steele fue "reclutado por el FBI en el 2010" cuando las autoridades estadounidenses investigaban los casos de corrupción en la FIFA. Ayer su paradero era desconocido.

A tanto ha llegado el escándalo que en su conferencia de prensa del miércoles Trump criticó duramente a los medios que publicaron el informe, como Buzzfeed y CNN.

La interferencia rusa en la campaña estadounidense, mediante el ciberataque al Partido Demócrata y al correo de la entonces candidata Hillary Clinton, ha marcado la agenda post electoral. Esto ocurre en medio de una creciente hostilidad entre Washington y Moscú que se inició por la crisis en el este de Ucrania y que ha aumentado las actividades de espionaje entre ambos países.

"Pese a la naturaleza única de esta intervención (en la campaña), los ciberataques de 2016 con técnicas de la inteligencia rusa retrocediendo hasta la Guerra Fría es una evolución de las "medidas activas" que tenía la Unión Soviética. Una táctica favorita del KGB que involucra divulgar información política falsa para sembrar discordia en el enemigo", señaló la revista Atlantic.

En septiembre de 2015, el diario The Washington Post reportó que las agencias de inteligencia estadounidenses estaban expandiendo sus operaciones de espionaje contra Rusia a una escala que no se había registrado desde la Guerra Fría. Esto involucra operativos clandestinos de la CIA, el uso de sistema de satélites, utilización de las capacidades de ciberespionaje de la Agencia de Seguridad Nacional.

Por ese entonces el diario The Moscow Times reportó que el gobierno de Vladimir Putin -un ex KGB- crearía un nuevo Ministerio de Seguridad Estatal sobre la base del Servicio de Seguridad Federal (FSB), con el fin de restaurar la posición que tuvo como KGB. Este nuevo ministerio incluye los servicios de inteligencia extranjera.

En ese sentido, The Washington Post señaló que se estima que estos servicios tienen al menos 150 operativos en Estados Unidos, los que están concentrados no sólo en Washington, sino que en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, San Francisco y otras ciudades grandes.

Además de las operaciones, los servicios de inteligencia rusos usarían la divulgación de información falsa en redes sociales y medios de comunicación, para lo que tendrían a decenas de blogueros trabajando día y noche. Los reportes de estas técnicas datan desde 2003 y en 2012 se reveló que el movimiento juvenil respaldado por el Kremlin, Nashi había pagado a varias personas para que comentaran en blogs.

Según el diario británico The Guardian, documentos internos de un grupo de hackers en 2013 revelaron que la Agencia de Investigación de Internet empleó a más de 600 personas en Rusia y ha gastado un presupuesto de más de US$ 10 millones.

Un ejemplo de esto es lo que vivió la estudiante ucraniana, Margo Gontar, que luego de la anexión rusa de Crimea en marzo de 2014 comenzó a buscar información en Google. "Muchas de las fotos que aparecían sobre la situación en el este de Ucrania eran imágenes de guerras antiguas, incluso de escenas crímenes", contó a La Tercera en mayo de 2015.

Janis Sarts, director de comunicaciones estratégicas de la OTAN en Letonia, dijo en una entrevista con The Observer en marzo de 2016 que canales de televisión respaldados por el Kremlin estaban repletando el espacio aéreo, al tiempo que ONGs financiadas por Rusia ofrecen charlas de todos los temas imaginables. "Diría que mucho de lo que hemos visto ha venido ocurriendo en los países bálticos por algún tiempo. El nuevo fenómeno es que se está comenzando a replicar en otros países", añadió.

Algo similar podría estar ocurriendo en Alemania. El lunes, funcionarios de ese país dijeron que están investigando una proliferación sin precedentes noticias falsas. Esto, en medio de los reportes de que Rusia estaría tratando de influir en las elecciones alemanas de fin de año.

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