Relaciones del príncipe Andrés con Kazajistán complican su imagen
Según el diario británico The Times, el gobierno de Kazajistán confiaba en que el príncipe hiciera "lobby" para que compañías británicas invirtieran en la ex república soviética.
El gobierno de Kazajistán confiaba en que el príncipe Andrés, representante del comercio exterior británico, convenciera a los inversores del sector financiero de Londres de que esa república ex soviética es un buen lugar para hacer negocios, informa hoy el diario The Times.
El príncipe Andrés, segundo hijo de la reina Isabel II, es hoy nuevamente objeto de críticas en la prensa británica, esta vez por sus "estrechas relaciones", como las califica el periódico, con las autoridades de Kazajistán.
Según el periódico, el príncipe Andrés mantuvo relaciones comerciales con uno de los magnates más poderosos del país Timur Kulibayev, yerno del Presidente, que en 2008 pagó 3 millones de libras más del precio de venta, 12 millones, por una mansión del príncipe regalada por la reina Isabel II como obsequio de bodas. Hoy cuatro años después la casa sigue sin ocupar.
Según el diario británico The Telegraph, el príncipe y Kulibayev eran buenos amigos y se decía que iban a cazar y jugar golf en las visitas ocacionales del príncipe a Kazajistán.
Según The Times, la operación de la venta de su propiedad en Sunninghill Park se realizó gracias a los buenos oficios de Goga Ashkenazi, una mujer de la jet-set de Kazajistán, que tiene un hijo de Kulibayev y que tres meses antes había acompañado al príncipe Andrés a las carreras de caballos de Ascot.
Cables diplomáticos publicados por Wikileaks el año pasado revelaron que oficiales estadounidenses quedaron impresionados por la "grosera muestra de franqueza" del príncipe, durante un viaje de negocios a Kazajistán.
El diario británico The Telegraph informó que un oficial de la embajada británica que viajó con el príncipe a la zona opinó que Andrés "no se involucraría en negociaciones de empresas pero si participaría en discusiones con los ministros de Kazajistán, asegurándose que había un campo de juego para las compañías británicas". Sin embargo estas visitas no eran bien vistas por algunos hombres de negocios británicos que consideraban sus viajes "extravagantes".
El príncipe Andrés se ha visto salpicado anteriormente por el escándalo en torno a sus relaciones con Jeffrey Epstein, financiero multimillonario estadounidense convicto de proxenetismo de menores.
La pasada semana, la prensa británica publicó una foto que mostraba al príncipe Andrés agarrando de la cintura a Virginia Roberts, una joven que ha acusado a Epstein y a sus amigos de haberla explotado sexualmente.
El citado multimillonario estadounidense ayudó, según informaron ayer varios medios, a la esposa divorciada del príncipe Andrés, Sarah Ferguson, a pagar sus deudas.
El lunes, después de que la prensa informara del caso, la propia Ferguson se sintió obligada a disculparse públicamente por haber aceptado dinero de esa procedencia.
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