Reos de Santiago llamaban a España para estafar con amenazas de secuestros

En dos meses los agentes españoles recibieron 162 denuncias en 23 provincias. En solo un 10% de ellas las víctimas pagaron dinero.




La Policía española identificó a un grupo de chilenos, autores de centenares de llamadas a España desde una cárcel de Santiago, en las que comunicaban que tenían secuestrado a un familiar, aunque en realidad era una estafa con la que pretendían lograr dinero rápidamente. 

En apenas dos meses, los agentes españoles recibieron 162 denuncias en 23 provincias, aunque la mayoría, 75, se presentaron en Madrid, por delante de Málaga (35), y Zaragoza y Sevilla.

En solo un 10% de ellas las víctimas, en su mayoría mayores, pagaron una cantidad de dinero, que nunca superó los 11.000 euros (11.600 dólares).

Los agentes destacaron la importancia de la cooperación, en este caso con Chile, para enfrentarse a nuevas formas de criminalidad.

La Policía explicó que desde una unidad penal de Santiago, al menos cuatro presos con teléfonos móviles realizaban aleatoriamente llamadas a España, atemorizando a las víctimas a las que les decían que "tenían retenido a un familiar". Otras quince personas, en su mayoría familias o vecinos de los internos, se encargaban de cobrar el pago de los supuestos rescates.

Los delincuentes modificaron la cifra del supuesto rescate al comprobar que una cantidad baja, unos 200 euros, no eran suficiente para que la persona a la que se reclamaba el pago creyera que se trataba de un secuestro, por lo que llegaron a solicitar hasta 20.000 euros (21.000 dólares), cuyo abono exigían que fuera rápido.

La clave del éxito de la estafa estaba en que la persona no colgara el teléfono y entrara en "modo pánico".

Todos los integrantes de esta trama ya fueron localizados sin que exista ninguna vinculación con nadie en España y la investigación sigue su curso, a la espera de que los jueces actúen, en función de la legislación de España y Chile. 

Desde que en febrero la Policía hizo público que detrás de estas llamadas se escondía una estafa, las denuncias aumentaron -en marzo recibió una media de quince diarias- y no comenzaron a descender de forma acusada hasta que dos agentes españoles viajaron a Chile para tomar declaración a los presos implicados.

Pese a que el caso está prácticamente resuelto, la Policía avisa de que esta red puede seguir operando, por lo aconseja a todos los ciudadanos que ante cualquier llamada que comunique un secuestro recele y, por supuesto, lo comunique a la fuerzas de seguridad.

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