Retiran de subasta obra de Pissarro confiscada a nazis
Debido a una disputa familiar, el cuadro del pintor impresionista fue sacado del remate de arte de la casa Christie's.
Una vista del Sena del impresionista francés Camille Pissarro fue retirada en el último momento de una subasta en Londres debido a una disputa familiar sobre la propiedad del lienzo, confiscado por los nazis a un matrimonio judío.
Según la documentación presentada por la casa de subastas Christie's, el cuadro, titulado Le Quai Malaquais et l' Institut, de 1903, pertenece a los herederos del matrimonio alemán Brigitte y Gottfried Bermann Fischer.
El padre de Brigitte, Samuel Fischer, fundador de una de las editoriales más prestigiosas de Alemania, la Fischer Verlag, compró el cuadro en 1907 al famoso marchante alemán Paul Cassirer.
Cuando Gottfried Fischer se casó con Brigitte, renunció a su profesión de cirujano para hacerse cargo de la editorial, entre cuyos autores figuran Thomas Mann, Hermann Hesse, Franz Kafka y Hugo von Hofmannsthal.
A raíz de la subida al poder de los nazis, Gottfried Bermann Fischer dejó Berlín y se trasladó a Viena, donde en 1936 fundó otra editorial, la Bermann Fischer Verlag.
Pero tras la anexión de Austria por Alemania, el matrimonio tuvo que abandonar precipitadamente la capital austríaca, dejando allí todas sus propiedades, incluidos varios cuadros, entre ellos el de Pissarro.
Le Quai Malaquais et l'Institut fue confiscado entonces por los nacionalsocialistas y subastado en Viena en 1940 junto a otros cuadros, entre ellos un Cézanne, un Gauguin y uno de El Greco.
Gottfried Bermann Fischer consiguió recuperar algunas de las obras de su colección confiscadas por la Gestapo gracias a los procesos de restitución iniciados en Estados Unidos, pero no el Pissarro, que seguía desaparecido.
Su hija, la actriz Gisela Bermann Fischer, continuó la búsqueda y logró finalmente dar con su paradero tras reconstruir su historia.
Según la documentación de Christie's, el cuadro fue comprado en su día por Eugen Primavesi en representación de Hans W. Lange, un marchante especializado en obras de arte confiscadas por los nazis.
Después pasó a manos de Bruno Lohse, otro marchante que trabajaba para el jerarca nazi Hermann Göring,
Acabada la Segunda Guerra Mundial, Lohse sería condenado a una pena de cárcel por sus actividades durante el Tercer Reich aunque lograría más tarde volver a establecerse como marchante.
Le Quai Malaquais et l' Institut continuó oculto en la caja fuerte de un banco de Zurich, donde Gisela Bermann Fischer lo descubrió en 2007 después de trece años de pesquisas y de haberse gastado, según ella, una fortuna en recuperarlo.
Pero cuando se disponía a subastarlo en Londres apareció otro reclamante, identificado por el diario inglés The Times como Itai Shoffman, de 38 años, sobrino de aquélla y biznieto del editor Samuel Fischer, quien, en representación de la rama pobre de la familia, puso en tela de juicio el derecho de su tía a vender el cuadro.
El patriarca de la familia y fundador de la editorial, Samuel Fischer, tuvo tres hijos: la citada Brigitte, que continuó la editorial con su marido, Gerhard, que era el mayor y falleció en 1913, y Hildegard, la más joven, que murió en la mayor penuria en 2005.
Hildegard era supuestamente la oveja negra de la familia y, al trasladarse en 1941 con su hermana Hedwig a Estados Unidos para unirse allí a sus padres, llevó consigo una hija nacida fuera del matrimonio, de la que es a su vez hijo el actual reclamante, Itai Shoffman.
Según Christophe Paul, abogado berlinés especializado en ese tipo de disputas, un testamento de 1933 demuestra que los padres querían que Brigitte y Hildegard se repartiesen a partes iguales su herencia.
Y una carta escrita en 1946 indica que Hedwig quería a su vez que Hildegard heredase el Pissarro si es que aparecía un día.
Según afirma hoy Shoffman en The Times, Gisela BermannFischer conoce perfectamente a la rama pobre de la familia, pero ha querido excluirla de cualquier beneficio de la venta del cuadro.
Shoffman confiaba en que se repartiesen a partes iguales los beneficios de la venta en Christie's, que podrían superar 1.7 millones de euros, pero en el último momento sólo le ofrecieron un 20 por ciento, algo que no quiso aceptar.
En un comunicado, Christie's explicó hoy que dos días antes de la subasta objetó a la venta "una persona que afirmó tener derecho hereditario a parte de la misma", por lo que puso a las partes en contacto sin que éstas llegaran, sin embargo, a un acuerdo.
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