Roberto Ampuero: "Creo en el empoderamiento cultural de las regiones"

En Valparaíso. Desde la ciudad en que nació hace 60 años, el ministro de Cultura, Roberto Ampuero, dice practicar con el ejemplo uno de los principales lemas de su administración: la descentralización. Lo que él llama "el empoderamiento en las regiones". Ampuero lleva cuatro meses ejerciendo el cargo gubernamental en el puerto, donde está el Consejo Nacional de la Cultura. Su predecesor, Luciano Cruz-Coke, lo hacía en Santiago y, claro, viajaba bastante a la sede de la Quinta Región. El ministro Ampuero no tiene tanto que recorrer. En regiones es donde se deben hacer las cosas si, según él, Chile se quiere renovar en términos culturales. "El resto es retórica", plantea.

Instalado desde junio en las oficinas de la Plaza Sotomayor de Valparaíso, Roberto Ampuero ha tenido una misión curiosa. Su período no durará más de nueve meses hasta que en marzo del 2014 asuma el nuevo gobierno. Sin embargo, puede que al salir del cargo, la institución ya no sea más el Consejo de la Cultura. Tal vez sea el Ministerio de Cultura. Todo dependerá de la rapidez con que se tramite el proyecto de ley que ya fue aprobado por la Comisión de Cultura de la Cámara.

Por ahora, el ministro enfatiza que en términos de presupuesto el próximo año tendrá buena cara. Es lo que él denomina "continuidad", con una mirada de Estado y no de gobierno. "El Consejo de Cultura empezó de cero en los años 90 y fue aumentando su presupuesto con los años. A esto hemos llegado ahora, pero yo me veo como el último de una serie de ministros de distintos signos, de diferentes gobiernos", dice.

¿Cuánto aumenta el presupuesto del 2014?

En un 8,2 por ciento, es decir crece porcentualmente el doble más que el presupuesto público. Habrá en total 80 mil millones de pesos y dentro de los fondos de cultura el que más crece es el de música. Ahora, a mi juicio, lo más destacado es el Fondo de Patrimonio, que crece en un 47 por ciento y los Teatros Regionales, que aumentan en 277 por ciento real, con 6 mil 500 millones de pesos.

¿Habrá más dinero para los museos, ahora que la Dibam sería parte del Ministerio de Cultura?

Este presupuesto aún es para el Consejo de Cultura, no contempla la figura de Ministerio. Lo que puedo decir es que la existencia de un Ministerio de Cultura nos dará una voz y una fuerza inexistente hasta ahora cuando llegue el momento de solicitar recursos. Tendremos más autoridad para negociar. Ahora hay demasiada dispersión: la Dibam, la Dirac, el Consejo de Monumentos, la Subdere. Se necesita una sola coordinación para todo esto.

¿Como ministro, qué echa de menos en Chile: más museos, un auditorio para la Sinfónica, etc.?

La respuesta a eso es que mi ministerio es el ministerio de los sueños: hay mucho que hacer, mucho que soñar, pero uno se topa con la realidad de los recursos, de un país pequeño y siempre van a quedar muchas cosas que hacer. Cosas como eliminar el impuesto al IVA o más teatros regionales. Siempre va a faltar dinero.

¿Y cuál fue el principal logro de este gobierno con los recursos que había?

El patrimonio. De lejos. Recibimos el país tras el terremoto y muchos de nuestros proyectos culturales debieron ser dejados a un lado para labores de reconstrucción. Hemos restituido cerca de 100 inmuebles: esto es una labor de respeto a nuestros antepasados y también una forma de dejar el legado a quienes vienen. En fin, antes de este gobierno no había un Fondo de Patrimonio Cultural. Ahora existe.

¿Y qué pasa con la descentralización?

Bueno, me gustaría que ése fuera uno de mis sellos. Al principio de la administración Piñera sólo había tres centros culturales, ahora hay cerca de 30 en regiones en ciudades con 50 mil habitantes. Es la llamada Red Cultura. Son cosas que realmente le cambian la vida a la gente en provincia. El Teatro Regional del Biobío es uno de los grandes proyectos de este Consejo.

¿Ve una solución a la eterna dependencia de los artistas hacia los fondos concursables?

Sí. Mi modelo es la alianza de los recursos innegables que el Estado debe entregar con los aportes de privados. Hay que crear iniciativas para que las empresas también siempre aporten a las actividades culturales, sea a través de ley de donaciones u otras formas.