Ruchir Sharma, inversionista del momento en wall street: "Chile es como un tigre desgastado"

Ruchir Sharma, inversionista del momento en wall street

El influyente estratega global de Morgan Stanley pone sus fichas en la elección presidencial y dice que en los círculos financieros hay expectativas de que Sebastián Piñera será capaz de mejorar el crecimiento. Eso sí, advierte que los días en que Chile lo hacía al 5% o 6% quedaron atrás.




La economía global es una selva. Y una ruidosa, donde las alzas y las bajas forman parte de su ritmo normal. Es lo que debe internalizar quien intente entender el auge y la caída de las naciones, en un mundo donde nada es permanente, explica en su más reciente libro Ruchir Sharma, el influyente jefe de Mercados Emergentes y estratega global jefe de Morgan Stanley Investment Management.

Nacido en India, Sharma es uno de los mayores inversionistas mundiales, columnista y autor de best sellers de la lista de The New York Times.

Cada uno de los últimos 25 años ha participado en safaris en África o India, aunque no es cazador, y con sus observaciones sobre los movimientos de los animales comienza The Rise and Fall of Nations, su último trabajo, en el que presenta 10 reglas que, probablemente, definirán la subida y el declive de los países en los próximos años, que incluyen variables demográficas, políticas, de deuda, riqueza, los titulares de los medios internacionales sobre la marcha de una nación, entre otras.

Chile es mencionado en varias ocasiones, y aunque el diagnóstico sobre la situación por la que atraviesa el país no es bueno, Sharma dice que con un buen tratamiento puede mejorar, y pone sus fichas en el cambio de liderazgo a partir de la próxima elección presidencial.

"En América Latina, muchos partidos que estuvieron en el poder eran de izquierda y ahora muchos partidos de derecha están llegando al poder, y creo que las encuestas de opinión en Chile obviamente también sugieren que una tendencia similar está ocurriendo en este país", sostiene Sharma, en entrevista desde Nueva York.

El economista ha escrito varios libros que han sido reconocidos por los medios especializados. De hecho, la reconocida revista Barron's dedicó una portada y lo llamó "el nuevo pensador global de Wall Street".

Retórica populista

En su último libro, usted califica a las naciones como "buenas, promedio o feas" entre sus pares de ingresos, y Chile cayó en la última categoría, principalmente por el descenso en el precio de las materias primas. ¿Influye también la caída en la inversión que usted atribuye a lo que llama "la retórica populista de Bachelet"?

La declinación en los precios de las materias primas obviamente ha afectado la inversión, pero el ambiente político en Chile no ha sido muy conducente para el crecimiento económico. La última vez que estuve en Chile, hace un par de años, cuando escribía mi libro, claramente especifiqué que el ambiente de negocios en Chile era muy negativo y eso no es bueno para que existan inversiones. Por tanto, enfocarse en solo un factor para evaluar una nación nunca es una buena idea y tenemos que mirar a toda la serie de factores para tratar de evaluar cómo una nación probablemente lo hará en los años que vienen.

¿Cómo se puede recuperar la confianza en el ambiente de negocios y volver a crecer, en instantes en que, además, los precios del cobre se mantienen bajos?

Lo primero es poner las cosas en perspectiva. El crecimiento en el mundo es mucho más lento. No hay una sola región en el mundo que esté creciendo a un ritmo como el que creció en la década pasada. Entonces, es importante resetear las expectativas, porque pienso que se acabaron los días en que países como Chile eran capaces de crecer a un 5% o más. Esos días ya no volverán, porque Chile es un país de ingresos medios y es muy difícil en este ambiente de bajo crecimiento el crecer a tasas superiores al 5%. Entonces, las expectativas tienen que ser razonables.

Pienso que en el caso de Chile se trata de cómo crecer a un ritmo de 3% a 4% en el futuro predecible; hoy día, crecer debajo de 2% es muy bajo y pienso que las expectativas de hacerlo a tasas superiores al 5% no son realistas, en un momento en que la economía global crece a un ritmo menor debido a lo que denomino como las tres "d" en mi libro: despoblación, desapalancamiento y desglobalización.

¿Y cómo se recupera ese crecimiento?

En lo que se refiere a Chile, obviamente en un tiempo como éste el tema es muy claro: se necesita mejorar las condiciones de inversión con un mejor ambiente de negocios, y pienso que hay optimismo en términos de las expectativas de que alguien como Piñera regrese al poder. Hay expectativas de que él mejorará el ambiente en Chile. En general, las expectativas entre la comunidad financiera son que alguien como él será capaz de llegar y mejorar las tasas de crecimiento, porque sus políticas son más amigables con los negocios. Temas como reducir impuestos al cobre o reforma de pensiones son muy importantes para deshacer algo del daño a la confianza que ha ocurrido en los últimos años. Del otro lado, si se termina teniendo a alguien que quiere sólo doblar la apuesta de lo que ha hecho Bachelet en los últimos años, eso no va a ser bueno para la confianza en el ambiente de negocios y para aumentar la tasa de crecimiento de Chile. El resultado de la próxima elección presidencial depende mucho para indicar cuánto Chile lo puede hacer mejor.

¿Cree que el valor de los activos en Chile ya tiene incorporado un triunfo de Piñera en la elección presidencial?

No diría que está completamente incorporado en el valor de los activos aún; siempre toma un rato que lo esté plenamente. Los mercados financieros todavía reaccionarían bastante positivamente una vez que ocurra. Tenemos que ver qué es lo que hace.

El reto: revitalizar

Sharma, quien se mueve por el mundo permanentemente y encabeza un equipo que gestiona US$ 20.000 millones, dice que Chile está en alguna parte al medio entre los países desarrollados, donde la política tiene un impacto muy limitado, y los de mercados emergentes, donde tiene un peso mucho mayor.

¿Qué más se tiene que hacer?

Pensar cómo hacer más en la cadena de valor. Una de las cosas que siempre me impresionan es que el monto que Chile gasta en investigación y desarrollo es muy bajo, está dentro de los más bajos en el mundo, con cerca del 1% del PIB o algo así, entonces, ahí hay una idea como ejemplo de dónde se debería esperar algo para que Chile produzca más. Otro punto se refiere a algo de lo que hablo en el libro y es que en muchos países la relación entre la ciudad más grande y la segunda típicamente no es más que 3 a 1. En Chile, en parte debido a la geografía y a la topografía, la población de Santiago es siete veces mayor que la segunda ciudad más grande, y eso sugiere que el desarrollo económico está un poco demasiado concentrado en Chile. En Colombia, por ejemplo, hay cuatro o cinco ciudades donde se puede extender un negocio; en Chile, todavía es una economía muy dominada por Santiago y eso es algo que creo que se necesita cambiar. Entonces, hay algunas cosas estructurales que se necesita hacer. Y también se trata de distribuir la riqueza. En Chile, mucha riqueza se creó en los sectores de materias primas y no lo suficiente en otros sectores. Uno quiere ver que ocurra más creación de riqueza en otros sectores.

Si Chile fuera un animal, ¿cuál sería?

Se siente como una especie de tigre desgastado, debido al hecho de que lo ha hecho muy bien en las últimas tres o cuatro décadas, pero durante esta década muestra signos de estar exhausto. El sentimiento es como de un tigre de edad mediana que puede sacar energía para revitalizarse. Pero no creo que Chile esté en declive o algo así, porque tiene potencial para hacerlo mejor, pero las expectativas tienen que ser realistas ahora y Chile tiene que darse cuenta de que se acabaron esos días de crecer a tasas de 5% o 6%, como lo hizo hace una o dos décadas, todo esto en línea con la economía global más débil y por el hecho de que el ingreso per cápita es más alto.

¿Qué le recomendaría a un inversionista que está pensando en invertir en activos chilenos?

En lo que respecta a Chile, lo bueno es que tiene buenas compañías, que son capaces de invertir mucho no sólo en el país, sino también en el exterior. Los fondos de pensiones invierten globalmente. El mercado estadounidense es muy caro, por lo que no es un mercado en el que recomendaría invertir, y diría que es mejor invertir en Europa, en Japón y en partes del mundo emergente. Y si bien la política incide en los mercados, en Chile todavía hay un upside. Cuando un nuevo líder llega al poder, el mercado accionario en ese país -en los mercados emergentes- tiende a desempeñarse mejor que los otros países. Ese es el promedio. Por tanto, típicamente cuando cambia un líder tiende a ser mejor desde la perspectiva del mercado bursátil.

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