Sampaoli en la mira por seguidilla de malas decisiones

Algunas resoluciones del DT han puesto en jaque a la "Roja". La larga concentración y el retorno de Paredes, entre ellas.




La incertidumbre que vive Arturo Vidal, a esta altura convertido en un problema nacional a tres días del estreno de Chile en la Copa del Mundo, bien puede ser el punto cúlmine de una seguidilla de malas decisiones adoptadas por Jorge Sampaoli en estos más de 30 días de preparación. Desde jugadores que salieron de la lista y luego fueron reincorporados, como Esteban Paredes, hasta cosas domésticas como la larga concentración, no han pasado inadvertidas en el entorno del plantel.

Aunque en el caso del volante de Juventus hay culpas compartidas por el cuerpo técnico y los médicos de la Roja, además del alto grado de responsabilidad del propio jugador, lo cierto es que el entrenador transandino ha pecado de apresuramiento en varias situaciones, que bien pudieron ser manejadas de mejor modo.

Quizás si la primera señal de alerta de que la preparación iba a estar lejos de ser ideal fue la situación que vivió Paredes. El delantero fue liberado de la Selección el 17 de mayo y reincorporado ocho días después, tras conocerse las lesiones de Pablo Hernández y Matías Fernández.

Más allá de que finalmente es el técnico el que tiene la potestad de decidir quiénes integran una nómina, quedó claro a la luz de todos los antecedentes de que las salidas de Paredes y Gustavo Canales bien pudieron ser retrasadas, principalmente porque Hernández se lesionó el 6 de mayo y Matías Fernández venía muy afectado por una rotura del ligamento lateral interno del tobillo derecho.

Sin embargo, Sampaoli prefirió mantener hasta el 24 de mayo a Hernández, sin que hasta ese día hubiese podido trabajar con normalidad desde que se desgarró. Y una vez que se convenció de que su recuperación tardaría dos semanas más, debió echar pie atrás y convocar nuevamente al delantero de Colo Colo.

Para muchos jugadores resultó llamativo que, mientras sus compañeros que iban a disputar el Mundial tendrían algunos días libres antes de iniciar la preparación final con sus respectivas selecciones, Sampaoli cortaba de raíz esa posibilidad. Es más, muchos ni siquiera tuvieron 24 horas de descanso puesto que después de jugar un partido el domingo en Europa, el lunes a primera hora estaban ingresando a Juan Pinto Durán.

Incluso, algunos seleccionados lo emplazaron públicamente a evitar una concentración tan larga, sobre todo para quienes no veían a su familia hace mucho tiempo. Sin embargo, aquello no fructificó. Peor les fue con el pedido de ver a sus familias en Brasil, ya que sólo hubo autorización de una visita antes de cada partido, algo que, obviamente, no cayó bien en algunos.

Las continuas sesiones en doble jornada, incluso acá en Brasil bajo condiciones climáticas extremas, también han dejado víctimas. Las lesiones musculares que se sucedieron en Juan Pinto Durán despertaron duras críticas de distintos preparadores físicos, que alzaron la voz por la forma en que se estaba llevando la preparación en Juan Pinto Durán.

Ahora, lo de Vidal parece ser la última parte de una historia que se fue enredando en el camino. Habrá que ver si una vez comenzado el Mundial, Sampaoli sabe corregir a tiempo y conduce a la Selección hasta alturas insospechadas. La hora de la verdad arranca el viernes en Cuiabá.

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