Se acerca un frente: el escenario tras la semana más agitada del Frente Amplio

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Esta semana la alianza que reúne 12 partidos y organizaciones sociales dio un golpe sobre la mesa: presentó como candidata presidencial a la periodista Beatriz Sánchez. En el Frente Amplio apuestan a cambiar la historia. ¿Qué tanto puede llegar a influir en la elección presidencial de fin de año? Revista Qué Pasa analiza este escenario.




A principios de enero la periodista Beatriz Sánchez recibió, a través de un llamado telefónico, la primera oferta concreta: ser candidata a Presidenta de la República por el Frente Amplio (FA). Al otro lado de la línea estaba Karina Oliva (29), presidenta del partido Poder Ciudadano y actual vocera del movimiento. El ofrecimiento la sorprendió: no supo muy bien qué decir. A los pocos días la ex conductora de La Red partía de vacaciones. Ese día rechazó la candidatura, pero no dio un portazo. Se tomaría un tiempo para reflexionar, aprovechando el descanso estival. La puerta no se cerró con llave: había una copia para abrirla.

El verano siguió su curso y por los pasillos de las diferentes sedes de los 12 partidos y agrupaciones que forman el Frente Amplio ya se comenzaba a hablar en serio sobre quién sería su abanderado(a) presidencial. Sánchez se sumó al grupo de Carlos Ruiz (director de Nodo XXI), Luis Mesina (líder movimiento NO+AFP), Cristián Cuevas (ex líder sindical del cobre), Sebastián Depolo (presidente de Revolución Demorática) y Claudia Sanhueza (economista de RD), que estaban en primera línea. El sociólogo Alberto Mayol (40) se sumó después y no con la simpatía de muchos de los eclécticos dirigentes frentistas. Todas esas fueron conversaciones cerradas, aún sin consulta a las bases.

En este ambiente, el Frente Amplio tomó su primera y gran definición política el 21 de enero, fecha de su fundación oficial: no se autodefiniría como un movimiento de izquierda. La decisión la adoptó la plana mayor. ¿El motivo? Hoy en la política mundial, aseguran, el debate está por sobre las discusiones de izquierda y derecha. Son otras las motivaciones, más transversales contra el sistema y allí caben desde liberales hasta ecologistas. Atrás quedaron, entonces, las banderas marxistas, guevaristas y revolucionarias. Este Frente viene a romper las tradiciones.

Pretende convertirse, sin un plazo determinado, en la fuerza política más gravitante de Chile. Algo similar a lo que en 1938 fue el Frente Popular de izquierda —que reunió a comunistas y radicales—y que tomó como ejemplo la experiencia europea que ansiaba cambios tras la crisis económica. De reojo miran la historia para intentar replicarla, pero aprendiendo de los errores. La idea es no fallar. Por ello también miran el caso español. No es un tema ajeno. De hecho Gabriel Boric ya se juntó una vez con Pablo Iglesias, pero sólo para compartir una cerveza. Nada oficial. Pero esa experiencia europea está presente, pues nació de una indignación similar a la que, aprecian, existe en Chile.

Así, durante ese infernal día de enero, todo comenzó a tomar forma. Pero había que acelerar el proceso y para ello estaba en mente una jugada maestra.

El pie en el acelerador lo pusieron Gabriel Boric (Movimiento Autonomista) y Giorgio Jackson (RD). Los hoy diputados, que se hicieron populares en 2011 liderando el movimiento estudiantil que sacó a la calle a miles de chilenos, tomaron la iniciativa y comenzaron a negociar. Los plazos se acortaban y ya todos los candidatos de las otras alianzas se estaban proclamando, mientras el Frente miraba por la televisión.

Esta semana por fin clavaron una primera y gran estocada con la confirmación de que la aguda periodista Beatriz Sánchez ya había aclarado sus dudas. Estaba dispuesta a representar a la coalición para asumir la presidencial. Deberá ser ratificada por la militancia de Revolución Democrática y del Movimiento Autonomista, que son los partidos que respaldan su candidatura. El proceso de selección tiene que seguir las formalidades institucionales. Los precandidatos(as) del Frente irán a primarias o a consultas ciudadanas para elegir a quien los represente en la presidencial de noviembre.

La periodista, que dejó radio La Clave esta semana para entrar en política, tomó resguardos. Condicionó que su candidatura refleje la identidad del Frente, y programó algunos cafés con referentes del movimiento, como Luis Mesina y Carlos Ruiz. Y ya ha contactado a diversos dirigentes. Según comentan desde esta coalición, Sánchez no quiere saltarse ningún paso. Quiere hacer las cosas sin premura. De hecho, se excusó de conceder una entrevista para este reportaje.

La decisión, si bien fue socializada al interior de RD y MA, no se exteriorizó en la reunión de dirigentes que se hizo la noche del lunes. Todo era un solo y gran rumor. No había espacio para que se filtrara nada, pues esa mañana del martes la periodista haría el anuncio en su programa de radio La Clave. La movida resultó. Tuvo un efecto inmediato. Justo el día en que Piñera proclamaba su candidatura. Todo bien pensado. Nada al azar.

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