Sebastián Piñera: "Todos los sectores contribuyeron en la transición a la democracia"

<p class="bullet">Mandatario defiende su opción de votar por el No, en la antesala del aniversario 25 del plebiscito de 1988 que puso término al régimen militar.</p> <p class="bullet">Sobre los conflictos que lo han enfrentado en las últimas semanas con la Alianza, el Presidente dice que está para tomar decisiones difíciles.</p>




Hasta ahora, el Presidente Sebastián Piñera no ha conversado con los timoneles de la UDI y RN, Patricio Melero y Carlos Larraín, sobre el conflicto activado entre la Alianza y el gobierno en las últimas semanas. La fuerte tensión que se generó en el marco de la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado derivó en reclamos públicos y privados de las colectividades al Ejecutivo, provocando que el propio Mandatario saliera a aclarar las declaraciones que ha emitido en los últimos días. Desde Bangkok, el Jefe de Estado intenta calmar los ánimos en el oficialismo y profundiza en sus planteamientos, abordando, a su vez, la celebración de los 25 años del triunfo del No en el plebiscito de 1988.

La decisión de cerrar el penal Cordillera fue valorada, pero también provocó rechazo en sus propias filas.

Este Presidente y este gobierno decidieron cerrar el penal Cordillera y trasladar a los que estaban ahí recluidos en base a tres principios y tres informes. Sobre los principios, uno está relacionado con la justicia y asociado a la igualdad ante la ley; el segundo, relacionado con la prudencia y que tiene que ver con garantizar la seguridad psíquica y física de las personas privadas de libertad, y el tercero, asociado a la eficiencia, que es el buen funcionamiento de Gendarmería. También están los dos informes del Poder Judicial y el de Gendarmería, que recomendaban el cierre del penal Cordillera.

También tomamos la decisión de ampliar Punta Peuco de forma tal que pueda recibir no solamente a estos nueve internos, sino también a eventuales nuevas personas pertenecientes a las Fuerzas Armadas y de Orden que puedan ser condenadas.

¿Por qué tienen que ir a Punta Peuco y no ser recluidos en cárceles comunes?

Por los principios que le mencioné anteriormente. Por eso, los gobiernos de la Concertación tomaron la decisión de construir Punta Peuco, decisión que se tomó por ley y que contó con la aprobación del Congreso. Recogiendo muchos de los fundamentos de esas decisiones es que creemos necesario y conveniente que Punta Peuco tenga la capacidad necesaria para poder acoger a los actuales internos y eventuales futuras personas.

¿Cómo toma que en la Alianza se haya salido en defensa de los condenados?

Quiero dejar meridianamente claro que las personas que fueron trasladadas no estaban presas por haber sido parte de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, tampoco por haber participado del régimen militar. Estaban presos porque habían sido condenados por los tribunales de justicia por graves, reiterados e inaceptables atentados y violaciones de los derechos humanos de muchos chilenos. No hay que confundir a nuestras Fuerzas Armadas con personas que cometieron graves violaciones de los derechos humanos y que fueron sancionadas por nuestros tribunales de justicia. Yendo al fondo de su pregunta: un Presidente tiene que tomar muchas decisiones y no todas son fáciles, y esta no fue fácil, pero tomé la decisión basado en principios que ya he mencionado y siempre pensando en lo que son los deberes y obligaciones de un Presidente y, por supuesto, en el mejor interés de nuestro país.

Si en su momento se aprobó la creación de penales para ex uniformados, ¿qué cambió que hoy Cordillera no es necesario?

Aprobé la creación de Punta Peuco porque siento que se requiere un penal que pueda garantizar los principios que antes le mencioné y pienso que Cordillera no contribuía a ninguno de esos tres principios, en cambio, Punta Peuco, que fue construido como un penal y que, además, fue aprobado por una ley de la República, a mi juicio apunta en la dirección correcta, no así el penal Cordillera, que nunca fue construido como un penal y todos sabemos que no tenía las características de un penal.

¿Qué pensó cuando supo del suicidio del general (R) Mena y que su última carta la dirigió a usted?

Me sorprendió que una persona que se va a quitar la vida y deja su último testimonio destine parte importante de su carta a criticar al comandante en jefe del Ejército y al Presidente. Yo pensé que él iba a preocuparse más bien de su familia y, además, de qué mensaje quería transmitir a nuestro país, pero en fin, prefiero no comentar los fundamentos y razones que llevaron a esa persona a quitarse su propia vida.

¿Comparte que la defensa de Pinochet es una deficiencia crónica de la centroderecha, como lo dijo el ministro Hinzpeter?

Respeto las opiniones que las personas tienen respecto del gobierno militar, eso ya es historia, cada chileno y chilena se formó su opinión. Por lo tanto, no creo que tenga mayor sentido volver a comentar cosas que ocurrieron hace 20, 30 o 40 años. Salvo para aprender las lecciones que de esos acontecimientos podemos obtener y desde ese punto de vista lo que el ministro Hinzpeter dijo, si leemos con cuidado y atención sus palabras, es que todos los sectores políticos tienen fortalezas y debilidades. La izquierda también tiene debilidades: haber incorporado la violencia como instrumento de la lucha política en nuestro país, haber despreciado la democracia que entonces teníamos del decir que no tenía ningún valor y que había que destruirla con las balas o los votos; haber participado de un gobierno que terminó en una grave crisis política, económica, social y moral y que pretendía llevar a Chile hacia una sociedad de inspiración marxista, que no era lo que la mayoría de los chilenos querían y mucho menos interpreta el alma de nuestro país. También siento que la centroderecha tiene debilidades en sus posiciones. Nadie es perfecto, todos tenemos aciertos y errores, fortalezas y debilidades, y la centroderecha tiene una debilidad, porque, tal como lo he dicho, pienso que muchas de las cosas que ocurrieron durante el gobierno militar nunca debieron haber ocurrido, particularmente las privaciones de libertad y los graves atentados a los DD.HH.

Hay personas de su sector que han dicho que no volverían a votar por usted tras su postura por los 40 años y el cierre del penal.

Cada persona es libre de tomar sus decisiones. Yo, como Presidente, no actúo para darle el gusto a una persona u otra o para conquistar el voto de uno u de otro, como Presidente actúo en base a lo que siento, en base a principios y lo que de acuerdo a mi entender estimo que es lo mejor para Chile. Esa es la responsabilidad de un Presidente, los partidos políticos tienen otros objetivos. Un Presidente tiene que pensar siempre en Chile, en todos los chilenos y en el futuro de Chile, y eso es lo que he tratado de hacer durante los tres años y medio que he sido Presidente, y es la misma actitud y orientación con que he actuado durante septiembre, en que conmemoramos los 40 años del Golpe Militar y también vamos a recordar estos días los 25 años del plebiscito.

Algunos en el oficialismo plantean que ha tenido una agenda propia en septiembre que no le permite despegar a Matthei.

Mi única agenda es la agenda de Chile. Soy Presidente de todos los chilenos y tengo no solamente el derecho, tengo la obligación de gobernar, y como Presidente, cuando se recuerdan o conmemoran hechos tan significativos como el Golpe de Estado o lo que ocurrió antes, durante y después del Golpe del Estado (…).

¿Volvería a hablar de cómplices pasivos? ¿Se arrepiente?

Clarifiqué muy bien esa expresión. Dije que en la vida de los países, de las personas, hay tres tipos de responsabilidades: las penas corresponden ser conocidas y juzgadas y sancionada por los tribunales, y yo no soy juez gracias a Dios. Las responsabilidades morales corresponden ser juzgadas por Dios o por las propias conciencias, y tampoco me corresponde juzgarlas. Pero por supuesto que sí puedo tener una opinión respecto de las responsabilidades políticas y dije que no solamente quienes violaron u ordenaron violar los derechos humanos son los responsables, que hay otro tipo de responsabilidades. Y dentro de ellas identifiqué tres: una de ellas, aquellas personas que tuvieron la información o debieron tener la información y que no hicieron lo que debieron haber hecho para evitar que esas violaciones a los derechos humanos se cometieran. En segundo lugar, que los tribunales de justicia y, particularmente, la Corte Suprema tenían responsabilidad, porque no estuvo a la altura de las circunstancias (…). También expresé que los medios de comunicación tienen también una cuota de responsabilidad, porque muchos de ellos no investigaron con la suficiente rigurosidad ni informaron con la suficiente veracidad. Esa es mi opinión y la he dado porque es bueno que todos aprendan de los errores del pasado.

Pero tuvo un efecto político esa frase en su sector...

Por supuesto que tuvo un efecto político, si un Presidente quisiera pasar por la vida sin generar ningún efecto político, entonces no está hecho para ser Presidente.

¿Alguna reflexión por los 25 años del triunfo del No?

Votar por el No fue una muy buena decisión y pienso que hoy día hay más gente que en ese momento que cree que votar por el No fue la decisión correcta. Además, a partir de ese día todos los sectores de nuestro país hicieron una enorme y valiosa contribución a una transición a la democracia, que fue muy ejemplar, porque normalmente las transiciones de regímenes militares a democráticos se producen en medio de crisis política, caos económico, violencia social; no fue ese el caso de Chile. Porque esa transición fue fruto de un gran acuerdo, en que salvo muy pequeños sectores, la inmensa mayoría de los chilenos se comprometió con ese gran acuerdo y demostró una enorme cuota de sabiduría, de grandeza, de patriotismo, que permitió a Chile hacer una transición que es considerada ejemplar en todas partes del mundo.

También dentro de ello yo destaco que el gobierno militar cumplió y respetó su propia institucionalidad.

Pero la cumplió tarde…

Creo que es importante reconocer y destacar que el gobierno militar respetó la decisión que tomó el pueblo y entregó el mando al Presidente que los chilenos eligieron, que fue Patricio Aylwin.

A usted le toca vivir esta fecha como Presidente. ¿Qué le pareció que la Nueva Mayoría evaluara invitarlo a su acto de celebración?

Nunca recibí ninguna invitación a ese acto y tampoco creo que haya sido una invitación de buena voluntad, creo que fue más bien intentar poner un escollo, una dificultad adicional en nuestro sector pero, además, cualquier persona informada sabía de que el 5 de octubre correspondía con la firma del Tratado de Libre Comercio con Tailandia, de la Apec, del TPP, que son muy importantes para Chile y, por tanto, mi deber como Presidente es estar aquí.

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