Sebastián Pol: "Es duro, no puedes dormir; en el calabozo piensas que eres un delincuente"

Sebastián Pol

El delantero rememora su noche más negra y desvela los motivos que le llevaron a actuar violentamente. Pide disculpas, asegura haber tocado fondo, pero desliza una denuncia: "Los futbolistas estamos desprotegidos".




Sebastián Pol (28) arriba a las instalaciones del Estadio Bicentenario de La Florida a las 13.00 horas. Cabizbajo. Hace casi una semana que su imagen, encaramado en una de las vallas de seguridad de San Carlos de Apoquindo y lanzando una patada a un hincha cruzado, dio la vuelta al mundo. También al suyo. A la espera de conocer el alcance de una sanción que se presume ejemplar, el delantero transandino reconstruye paso a paso para La Tercera todos los pormenores de uno de los días más duros de su vida, aquel en que terminó dando con sus huesos en el calabozo acusado de un delito de violencia en los estadios.

El ariete argentino toma asiento en la sala de prensa del recinto audino, carraspea y comienza hablando del mal fario. Un minuto y 50 segundos más tarde, un temblor sacude el habitáculo. Toca salir a la cancha, por precaución, y una vez concluido el sismo, retomar la pesadilla, regresar a la noche de autos.

Es usted uno de los futbolistas más buscados en este momento. ¿Lo sabe?

No sé si buscado. Me siento más bien encerrado por todo lo que sucedió, por todas las cosas que se pueden estar hablando, de que siempre hay algún problema conmigo, o que yo puedo llegar a causar. Cosas que pueden suceder de vez en cuando.

Perseguido, entonces.

Me siento un poco frustrado por lo sucedido, por todo, por cómo se han dado las cosas más que nada con Católica.

Hay quienes ven en sus actos una suerte de fijación con Universidad Católica.

Porque siempre ha sido, por decirlo así, mi noche negra. Primero fue lo sucedido con Marko Biskupovic, que fue algo que rondó por mí bastante tiempo, aunque gracias a Dios él está jugando y está bien. Y ahora esto. No me gusta que relacionen una cosa con la otra, porque siempre la intención es dañar a la persona. La del sábado fue una reacción que tengo claro que estuvo mal, pero ahí te das cuenta también de que el futbolista no está seguro en la cancha.

¿Está indefenso el jugador dentro de una cancha de fútbol?

Estamos al descubierto. Nosotros no podemos actuar de ninguna manera. A nosotros nos pueden reventar la cabeza que tenés que quedarte quieto, porque si hacés algo, el único perjudicado eres tú. Yo no le echo la culpa al estadio, no le echo la culpa a nadie, pero no es la primera vez que sucede. Ahora sólo me queda asumir y poner el pecho.

¿Por qué hay tanta violencia en los estadios chilenos?

No sé qué es lo que habrá que cambiar. Yo creo que las personas van al estadio más que nada a descargarse, a insultar, no van a ver el espectáculo. Yo no entendía en el momento cuál era la reacción de las personas. Si habían ganado ya, habían ganado 4-1. ¿Qué les cuesta festejar, estar bien y tranquilos?. El jugador siempre tiene que salir con la cabeza gacha. No sé. Con el tema del foul, de la lesión de nuestro compañero, se empezó a vivir diferente el partido. Después, desde la banca de ellos hicieron una seña de cuatro, por los goles, y todo eso llevó a que nosotros los jugadores, con tanta calentura, actuáramos como actuamos. Está claro que lo peor fue lo mío, que no estuvo para nada bien.

¿Había algo detrás de esa reacción tan violenta que tuvo?, ¿algún tema personal?

Mirá, sinceramente, puede ser. Puede ser que haya algo. Yo tengo una hija que dentro de 12 ó 13 días cumple siete años, hace mucho tiempo que no la veo, que no tengo contacto con ella.

¿Por qué no puede verla?

Es complicado. Cuando quiero hablar, su madre no me deja. Yo creo que todo padre que sabe de estos problemas o que tiene estos problemas, sabe que en algún momento eso puede repercutir en algo. No digo que ésa fuese la gota que colmó el vaso, pero es algo que puede suceder. Es algo que me ha estado rondando mucho y con el tema del escupitajo, el momento de ira y de la calentura...

¿Se considera violento?

No, no, para nada. A veces te dicen que sos mala leche, por lo sucedido por ejemplo con Marko, porque debe ser la manera de querer sacarte de un partido, hacerte calentar. Pero soy una persona súper tranquila, quien me conoce lo sabe. Tengo reacciones como cualquiera puede tenerlas, pero no soy violento. Duermo tranquilo, camino por la calle tranquilo, porque sé que no soy de esas personas.

¿A qué se debió entonces esa reacción?

No sé. Lo que pasó este fin de semana a mí me dolió mucho.

¿Qué se siente al pasar una noche en el calabozo?

Te pasan muchas cosas por la cabeza. Pensás que sos un delincuente, que robaste o que mataste, aunque no sea así.

¿Y llegó a creérselo?

Por supuesto. En ese momento te creés todo. Tenés que dormir en el piso o dormir en la banca. Es duro. No podés dormir. Yo estuve toda la noche pensando qué es lo que había hecho, por qué tanta bronca. Y las explicaciones que uno se da es como que te tocan el orgullo cuando te escupen, y más cuando te escupen a la cara, porque da asco, y creo que cualquier persona podría reaccionar mal.

¿Está justificando su comportamiento?

No, no es justificable. Pero no deja de ser asqueroso. Creo que para cualquier persona sería asqueroso recibir un escupitajo en la cara.

¿Cómo recuerda el episodio?

Bueno, las personas se empezaron a poner ahí a insultar. No fui sólo yo. Estábamos varios chicos discutiendo. Se da para discutir porque está muy cerca de la banca, de la cancha, de todo. Después fue el escupitajo, "te invito a pelear", esto, lo otro, y en ese momento quedé ciego. Sinceramente quedé ciego, porque me dio mucho asco.

Cuando decide trepar por esa reja ¿qué es lo que está pasando por su cabeza?

Cuando subí y vi a la persona que vino hacia mí, largué una patada que no llegó a destino de nada porque sinceramente fue al aire. Y él cuando quiso hacer amagues de largar una mano, pero eso no quiere decir que uno lo haya hecho para pelear o nada por el estilo.

Pues ésa fue precisamente la impresión que dio.

No. Es un momento que no pensás y que no te das cuenta de lo que estás haciendo. Lo único que pensé fue subir y hacer así (gesticula airadamente) y bajar. Nunca pensé en largar, pero él soltó la mano y yo en mi pie sinceramente no sentí nada. Pero bueno, lo han hecho esto tan grande que uno ya no sabe. Siempre el culpable es quien da el espectáculo, no el que lo ve. Entonces uno llama a que también el que está en el espectáculo, esté sanamente. Porque nosotros también tenemos familias viéndonos o viendo cómo la gente te insulta, cómo te escupe, y la verdad es que da bronca a veces.

¿Le gustaría decirle algo a él?

No, yo esperaba en el momento de llegar a la Comisaría que él estuviera ahí y poder charlar con él un poco y decirle: 'pucha, la verdad que nos mandamos un tremendo condoro por nada'. Sólo espero que la próxima vez que pisemos yo la cancha y él el estadio, podamos disfrutar el espectáculo. Y yo pueda ir a hacer mi trabajo y no perjudicarme con tonteras.

¿Le preocupa más la sanción deportiva o la imagen ofrecida?

Mira, la imagen no importa mucho, porque siempre te van a catalogar. Y las personas que te conocen saben cómo sos y las que no te conocen van a aprovecharse del pasado, nunca el presente. A mí lo que más me va a perjudicar es no poder estar dentro de la cancha o acompañar a mis compañeros. Me perjudica porque yo soy el sustento de mi familia, soy el que lleva el plato de comida a casa. Ésa es la realidad de cualquier jugador. Nosotros sin esto no vivimos. Vivimos para esto y vivimos de esto.

¿Cree que este episodio podría perjudicarle también en el futuro a la hora de buscar club?

No creo, porque no creo que un club te busque porque vos eres una mala persona, te buscan porque sos un buen jugador o una buena persona en el día a día. Este tipo de reacciones las puede tener cualquier otro jugador al que le tocan el orgullo, porque es una asquerosidad que te escupan. Hasta un dirigente o un técnico lo puede hacer.

O Cantona. ¿Le molestan las comparaciones con su patada?

No me molesta porque habrá tenido también su motivo. Supongo que un jugador tiene un motivo de por qué lo hizo. Yo hice algo que no debía, pero tal vez se pueden sacar algunas cosas para las dirigencias de los clubes para el llamado Estadio Seguro, que no es Estadio Seguro, porque amparan al que va a verlo y no al jugador, y deberían hacerlo para los dos lados. Espero nada más que la sanción no sea muy dura. Ésta es una enseñanza muy grande en mi vida.

¿Cuál es esa enseñanza?

Que no se pueden cometer estas locuras y que hay que saber contar hasta 100.

¿Se le pasó por la cabeza en algún momento abandonar?

En el momento puedes pensarlo, pero eso es de mediocres. Querer dejarlo es de mediocre. Yo lo único que puedo decir es que hoy empieza un nuevo Sebastián Pol, que de ahora en adelante va a haber un cambio grande en mí. Me he puesto una meta y una vez cumplida esta sanción quiero romperla.

¿Se acabó el Apertura para usted?

Yo creo que sí, que se acabó, y es duro. Pero lo más duro es que no te dejen ingresar por 20 días a un recinto deportivo. Eso fue como si me clavaran un cuchillo en el corazón.

¿Se reconoce en esa imagen encaramado a la reja que ha dado ya la vuelta al mundo?

Lo veo y pienso: qué locura. Pero eso es lo que te hace hacer la cabeza cuando no pensás. Toqué fondo y ahora sólo queda levantarse.

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