Secretario general de OTAN recalca que fuerzas aliadas seguirán en Afganistán mientras sea necesario

Rasmussen destacó la contribución de la organización para que las elecciones presidenciales del próximo 20 de agosto tengan lugar en un clima de libertad y credibilidad.




El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, afirmó hoy que las fuerzas aliadas seguirán en Afganistán mientras sea necesario.

En la presentación hoy de sus prioridades al frente de la Alianza, Rasmussen subrayó que éste es un año clave para Afganistán y destacó la contribución de la OTAN para que las elecciones presidenciales del próximo 20 de agosto tengan lugar en un clima de libertad y credibilidad.

A medio plazo, dijo que el objetivo debe ser transferir a las autoridades afganas las responsabilidades de seguridad, pero insistió en que los aliados seguirán ofreciendo su apoyo tanto tiempo como haga falta y negó que la OTAN planee abandonar Afganistán sin haber cumplido su misión.

"Creo que durante mi mandato los afganos deben tomar las responsabilidades de seguridad en la mayor parte del país, y la OTAN debe y estará allí para apoyarlos", indicó.

Para ello, abogó por impulsar un "enfoque global", intensificando la colaboración de las fuerzas militares aliadas con las organizaciones civiles presentes en el país, con el objetivo de desarrollar las instituciones democráticas del país.

"La OTAN hará su parte, pero no podemos hacerlos solos", advirtió Rasmussen, que recalcó que hace falta combinar el plano militar y el civil, así como el esfuerzo de la sociedad afgana.

Respecto a la relación de los aliados con Rusia, la "segunda prioridad" que se ha marcado, Rasmussen confió en lograr que sea ventajosa para ambas partes y recordó a Moscú la importancia de respetar la integridad territorial de sus países vecinos.

Hizo hincapié en que existen áreas de "interés común", como la lucha contra el terrorismo, el combate contra la piratería y la no proliferación de armas y se comprometió a trabajar para convencer al pueblo y a los mandatarios rusos de que "la OTAN no es un enemigo de Rusia".

"No soy un soñador", destacó, y admitió que "habrá asuntos fundamentales en los que no vamos a estar de acuerdo".

No obstante, confió en que las diferencias "no envenenen la relación" de los aliados de Moscú.

Como tercera prioridad, Rasmussen apuntó a las relaciones de la Alianza con los países del Mediterráneo, con los que espera construir un diálogo basado en el "respeto mutuo, la comprensión y la confianza".

"Me comprometo personalmente al diálogo con todos ellos, a escuchar sus puntos de vista", y avanzó que planea reunirse con los embajadores de esos países para discutir sobre la colaboración mutua.

Sobre su posición durante la llamada "crisis de las caricaturas" de Mahoma, cuando era primer ministro de Dinamarca y que causó un grave incidente diplomático entre ese país y el mundo musulmán, enfatizó que se trata de un "elemento del pasado", y abogó por profundizar en las relaciones con los países de esa confesión.

En cuanto a Kosovo, Rasmussen confirmó los planes de retirada progresiva de las fuerzas aliadas, destacó el "éxito" de esa operación y la puso como ejemplo para Afganistán.

"La operación en Kosovo es una historia de éxito, un buen ejemplo de cómo la OTAN y la ONU pueden trabajar juntas", indicó, y desvinculó la salida de soldados de esa zona con su posible envío a Afganistán.

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