Separatistas prorrusos admiten el transporte de cadáveres de avión siniestrado
"Algunas decenas de cadáveres" que estaban en el medio de la localidad de Grabovo fueron llevadas a Donetsk en presencia de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)", afirmó hoy el portavoz rebelde Serguei Kavtaradze.
Los separatistas prorrusos del este de Ucrania admitieron hoy el transporte de cadáveres desde el lugar donde cayó el avión de pasajeros de Malaysia Airlines.
"Algunas decenas de cadáveres" que estaban en el medio de la localidad de Grabovo fueron llevadas a Donetsk en presencia de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)", afirmó hoy el portavoz rebelde Serguei Kavtaradze.
"Por razones higiénicas era imposible seguir dejándolos allí", dijo Kavtaradze. En Donetsk serán entregados a expertos extranjeros, aclaró.
Previamente el gobierno ucraniano acusó a los separatistas prorrusos de estar impidiendo que se analicen los restos del avión que cayó el jueves pasado con 298 personas a bordo, supuestamente abatido por un misil.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y el jefe de gobierno holandés, Mark Rutte, se manifestaron entretanto en una conversación telefónica a favor de una investigación objetiva sobre lo sucedido con la aeronave, según lo dio a conocer el Kremlin.
El jefe máximo de la autoproclamada república de Donetsk, Alexander Borodai, negó enfáticamente las acusaciones del gobierno de Ucrania y dijo que no se está destruyendo pruebas de la tragedia.
"No tocamos nada, no hemos encontrado las cajas negras, y queremos una investigación exhaustiva y objetiva", dijo Borodai.
La BBC de Londres denunció hoy que inspectores de la agencia de seguridad europea (OSCE) llegaron al lugar pero debieron marcharse ante presiones de "hombres armados".
El vuelo MH17 de Malaysia Airlines cayó el jueves pasado en territorio ucraniano aparentemente impactado por un misil tierra-aire. Washington y Londres creen que el letal cohete pudo haber sido disparado por separatistas prorrusos.
La zona luce hoy dantesca y tenebrosa. Un cementerio a cielo abierto, con cuerpos hinchados y mutilados, o lo que queda de ellos. El hedor de putrefacción hace irrespirable el aire.
Una escena apocalíptica, dominada por la confusión y la hostilidad. También, según denuncias de la prensa ucraniana, han comenzado los saqueos: hombre armados que buscan pertenencias de valor en lo que queda de los cuerpos, algunos aún atados a la butaca de lo que fue un vuelo.
Voceros del gobierno de Indonesia dijeron que temen que los cuerpos de las víctimas no sean tratados con "dignidad y respeto". El gobierno de Ucrania instó a la familia de las víctimas a cancelar las tarjetas de crédito de los fallecidos.
Incluso los separatistas han reportado incidentes de saqueos, atribuyéndolas a los ucranianos civiles, algunos de los cuales ya han utilizado en su país tarjetas de crédito que pertenecían a los muertos del vuelo.
El gobierno ucraniano acusó este sábado a los rebeldes separatistas de "tratar de destruir, con el apoyo de Rusia, la evidencia de su crimen a nivel internacional".
En una declaración oficial, Kiev añadió que los separatistas están tratando, por ejemplo, de llevarse parte de los restos del avión de Malaysia Airlines derribado en territorio ucraniano supuestamente por el impacto de un misil tierra-aire.
"Los terroristas han llevado a los cuerpos de 38 víctimas a la morgue en Donetsk (este de Ucrania), donde especialistas que hablan con un acento ruso declararon que estarán llevando a cabo las autopsias", informó el gobierno ucraniano.
"Los terroristas también tratan de resolver el transporte de los restos de avión hacia Rusia", escriben las autoridades de Kiev en un comunicado oficial.
Ucrania acusa a los rebeldes de no permitir que las autoridades competentes, como los enviados de la agencia de seguridad europea (OSCE), inicien una investigación y de impedir a representantes de Ucrania y expertos extranjeros el acceso a la zona.
Una tarea gigantesca se presenta por delante de los primeros inspectores internacionales que llegaron al lugar donde el Boeing 777 se estrelló.
En la terrible escena que se presenta ante sus ojos -una vasta extensión donde todavía hay restos de cuerpos de las víctimas que comienzan a descomponerse-, se agrega la hostilidad y la confusión con la que fueron recibidos por hombres armados que se encuentran en la zona.
"No parece que haya alguien que realmente tenga el control de la situación", dijo Michael Bociurkiw, portavoz del equipo de la OSCE a la cadena estadounidense CNN.
El grupo, comentó el portavoz del equipo de seguridad, estuvo unos 70 minutos examinando un área de 200 metros antes de verse obligado a abandonar la zona, bajo presiones de hombres armados.
En tanto, el gobierno de Malasia cree que "ya han sido alteradas pistas vitales" en el área donde el Boeing 777 se estrelló y que eso representa "una traición de los que perdieron sus vidas."
"La integridad de la zona se ha visto comprometida y no hay indicios de que las pistas vitales se hayan preservado en el lugar. La contaminación en la escena del accidente puede distorsionar la propia investigación", dijo el ministro de Transporte malayo, Liow Tiong Lai.
"Cualquier acción que nos impida descubrir la verdad sobre lo que ocurrió no se puede tolerar. Si no se impide esa contaminación, sería una traición de los que perdieron sus vidas", dijo el funcionario en rueda de prensa.
El ministro de Malasia agregó que un equipo de su país, incluyendo dos especialistas en investigación de accidentes de aviación ha llegado hoy en Kiev, pero aún no ha sido capaz de acceder al sitio.
"Lo más importante ahora es determinar quién derribó el avión. Encontrar esa respuesta sería hacer justicia", dijo Liow.
La catástrofe del avión -un vuelo que unía Amsterdam con Kuala Lumpur- provocó la muerte de 298 civiles de distintas nacionalidades, la mayoría de ellos holandeses, pero también australianos, malayos (15 eran tripulantes) y un estadounidense.
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