Sequía en la Patagonia impacta en la ganadería y en especies silvestres

El fenómeno se agudizó el primer semestre y el pronóstico de lo que queda de invierno no muestra un repunte en las lluvias.




"La situación está muy mala. Si no llueve o cae nieve ahora la situación se ve muy complicada hacia adelante. Necesitamos que el agua llegue a los campos para tener alimento para los animales", indica Jaime Gutiérrez, uno de los principales estancieros de Punta Arenas y conocido filántropo de la zona. Añade que ahora, lo único que ve en la pampa "es coirón de color amarillo, seco, como paja. Antes era más verdoso".

Este es uno de los relatos que refleja la severa sequía que se está viviendo en el extremo sur del país. Dicha situación ya se está traduciendo en problemas concretos, pues al no haber suficiente alimento para las miles de cabeza de  ganado ovino, la parición ha bajado un 25%, los frigoríficos han reducido el faenamiento de lanares de 300 mil a 165 mil esta temporada, y además, los ganaderos han tenido menos lana para vender. "Esta semana chubasqueó como nieve por primera vez, pero ni se notó. Si no cae nieve como antes, será un año muy seco y terrible", advierte Gutiérrez,

Ante esta crítica situación climática, los ganaderos se sienten acongojados, ya que es poco factible regar las estepas para generar pasto. "Lo más sensato y rentable es ir adecuando las cargas  (número) de animales, para ir sorteando esta situación, porque invertir en riego es absolutamente  carísimo, dado las extensiones que tenemos. Si uno quiere mantener las cargas en un proceso de sequía como este, está frito", señala Pablo Sapunar, director de la Asociación de Ganaderos de Magallanes (Asogama), y ganadero de Tierra del Fuego.

En las zonas estepáricas del centro norte de la isla, y en las comunas de San Gregorio y Laguna Blanca, en el continente, se experimenta con mayor fuerza la sequía en Magallanes. "No tenemos ninguna gota de nieve y eso es realmente excepcional, por eso estamos atentos a cómo distribuir agua en los predios donde los grandes consumidores son la ganadería ovina en la región", señala Jorge Flies, intendente de Magallanes.

Para Nicolás Butorovic, meteorólogo del laboratorio de climatología del Instituto de La Patagonia de la U. de Magallanes, las condiciones climáticas de este año distan mucho de un año normal. "Si bien el año pasado fue muy lluvioso, este año estamos casi todos los meses con saldo negativo, y no se observa un aumento de precipitación en julio y agosto", dice el experto.

Impacto en la vida silvestre

Además de las escasas lluvias y la inusual ausencia de nieve a esta altura del año, las altas temperaturas se han mantenido desde el verano. De hecho, junio cerrará con una temperatura promedio superior en dos grados a la media, lo que podría interpretarse como un nuevo modelo climático en el sur austral, y que  afecta también a las especies silvestres.

Es así como el humedal Tres Puentes, que acoge a 97 especies de aves y está ubicado en las inmediaciones de Punta Arenas, se ha convertido en un ícono de la escasez hídrica. Sus niveles han disminuido un 40% este año, lo que ha puesto en riesgo la sobrevivencia de la avifauna, parte de la cual ya está en peligro de extinción. Son varios metros de su fondo que hoy están expuestos, mermando la flora acuática que sirve de alimento a las aves. "Esta reserva urbana está quedando sin agua, y eso ha provocado que lleguen menos aves a anidar ahí, afectando la diversidad más que la abundancia. Al quedar sin agua, se generan los cuerpos barrosos y las plantas, que son sustento de las aves, mueren", explica Humberto Gómez, presidente de la Agrupación Ecológica Patagónica.

La preocupación en la ciudadanía por la falta de lluvias en Magallanes también se extiende a Aysén, donde el déficit llega a un 83% en Coyhaique y a un 86% en Balmaceda, con ausencia de lluvias normales durante los últimos seis meses. "Esta semana han habido precipitaciones, pero demasiado  débiles. Lamentablemente, para los próximos días se mantiene el sistema de altas presiones que son los que inhiben la lluvia en todo el sur austral", señala Arnaldo Zúñiga, experto de la Dirección Meteorológica de Chile.

Los pequeños campesinos de Aysén califican esta situación climática como inédita. "Los medianos y grandes agricultores se las pueden arreglar de algún modo, pero este cambio climático no traerá nada bueno en primavera para los pequeños. Los potreros se están quedando sin agua y hay que llevar los animales a los ríos, pero es complicado por las pendientes que hay acá", declara Domingo Medina,  presidente de la Federación Agrícola y Ganadera de Aysén. "La situación económica está cada día más complicada y con esto empeora.  Forraje tenemos, la mitad de lo habitual, pero en los potreros ya casi no hay pasto. Así, muchos ya están pensando en vender sus  campos", añade.

Los efectos de la falta de lluvias está llegando también a los propios hogares de los ayseninos, en localidades del litoral norte de Aysén, poniendo en riesgo el consumo humano. "Desde agosto pasado, y por requerimiento de la Dirección de Obras Hidráulicas y la Gobernación de Aysén, hemos llevado diariamente en barcaza 220 metros cúbicos de agua a los habitantes de Puerto Aguirre, en las islas Huichas, y también a Puerto Gala, lugar al que trasladamos desde marzo pasado unos 160 metros cúbicos de agua", indica Sidi Bravo, director regional de Onemi.

Loreto Mery, secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Riego, señala que se está trabajando en la zona en la creación participativa  de planes de riego, para llegar a los agricultores, conocer sus necesidades, y así financiarlas.

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