Shinzo Abe visita polémico santuario vinculado al imperialismo nipón en Asia

Abe llegó por primera vez como jefe de Gobierno al polémico recinto, que consagra a millones de caídos durante conflictos armados entre 1853 y 1945 y a 14 notorios criminales de la II Guerra Mundial.




El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, visitó por sorpresa en Tokio el santuario de Yasukuni, vinculado al pasado militarista del país, lo que promete desatar duras críticas de los países asiáticos que padecieron el dominio colonial nipón durante el siglo XX.

El político conservador ha elegido precisamente el día en que se cumple un año de su llegada al poder para acudir por primera vez como jefe de Gobierno al polémico recinto, que consagra a millones de caídos durante conflictos armados entre 1853 y 1945 y a 14 notorios criminales de la II Guerra Mundial.

Abe, que también fue jefe de Gobierno entre 2006 y 2007, nunca había visitado Yasukuni como primer ministro, aunque sí lo hizo en más de una ocasión cuando fue ministro portavoz en el gabinete del ex primer ministro Junichiro Koizumi.

"Es un malentendido pensar que esta visita significa venerar a criminales de guerra. No se trata de eso. Simplemente he ido al santuario a presentar mis respetos con motivo de mi primer año en el cargo", dijo Abe tras realizar una breve oración en el interior del recinto.

"He orado por el descanso de aquellos que perdieron su preciosa vida por Japón en la guerra", añadió antes de asegurar que no tiene intención de molestar a países vecinos como China o Corea del Sur con la visita.

"Con mi decisión quería mostrar mi propósito de que Japón nunca volverá a participar en ninguna guerra", afirmó el primer ministro nipón, que subrayó que se esforzará para lograr que Pekín y Seúl "puedan entender el objetivo de esta visita".

Los Gobiernos de China y Corea del Sur suelen protestar airadamente cada vez que un ministro del Gobierno nipón acude al santuario sintoista.

Esta es la primera visita de un primer ministro nipón a Yasukuni desde que lo hiciera Junichiro Koizumi en 2006.

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