Show de Madonna comienza dos horas tarde y acorta su duración por lluvia
La cantante redujo el set habitual que había mostrado en su gira, ante un Estadio Nacional que tuvo que soportar el frío y las precipitaciones.
El ticket decía a las 20.00 horas. La producción local informó que Madonna comenzaría su show a las 21.30 horas. Pero 15 minutos después de la hora fijada, recién hacía ingreso al escenario el dj Laidback Luke, telonero de la noche, a tratar de camuflar un atraso que ya era flagrante.
Y misión imposible para el pinchadiscos: la lluvia tupida y el frío que la acompañó envolvían el Estadio Nacional, sobre el cual ya se elevaban las pifias, las manos despidiendo y los gritos exigiendo a la diva.
Madonna recién apareció en escena a las 23.30, dos horas más tarde de lo informado, y lo hizo rompiendo el libreto de todo su tour, que, hasta Santiago, sólo había mostrado pequeñas modificaciones.
Comenzó con Express Yourself, una canción que durante su gira estaba en el lugar número 8 -después de temas como Papa don`t preach y Hung up-, y ya ataviada de su traje de porrista, en una sección que, normalmente, estaba situada tras la primera media hora.
El show sería más corto: la producción local de T4F informó que el espectáculo abrevió su duración al menos unos 40 minutos, ya que, ante la lluvia, el primer acto de la cita representaba un riesgo para los bailarines y la estructura del montaje.
La decisión de recortar ese bloque fue tomada durante el ensayo de la tarde. Desde la misma entidad cuentan que, en caso de recibir acusaciones ante el Sernac, la explicación será que el recital finalmente sí se hizo, pese al corte.
Todo ello, pese a que el martes, cuando el director de producción de la gira, Jake Berry, había presentado las instalaciones, aseguró que el evento estaba preparado para presentarse bajo cualquier condición climática.
"Hola Santiago, gracias por su paciencia", gritó la reina del pop desde el escenario, antes de dar la partida a Turn up the radio. Volvió a la carga al presentar su canción Celebration: rabió contra la lluvia e insistió en su gratitud a Chile, "que ha estado mojándose aquí", dijo.
Sin embargo, había poco que explicar, porque la cantante llegó cerca de las 18.00 horas al reducto y animó un ensayo frente al público (ver recuadro), para después retirarse a camarines. La voz de Like a virgin estaba en el coliseo de Ñuñoa, convirtiendo la demora en ofensa.
El público respondía con rabia: "Devuelvan la plata", "Madonna, escucha…", o gritos pidiendo a la archirrival, Lady Gaga.
Hasta el Estadio Nacional llegaron 36 mil personas, según informó Carabineros en el lugar. Una cifra variante, comentaban los guardias en los accesos, quienes advertían que mucha gente ya se retiraba del recinto, pese a que la intérprete aún no aparecía en escena.
Dos improvisadas bailarinas de breakdance, espontáneas, se pusieron a animar a la galería al ritmo de Michael Jackson. "Al Sernac", decían, al público que pedía explicaciones frente a quienes agitaban las entradas con la hora que no se respetó.
La galería aguardaba bajo paraguas de colores, que en la entrada vendían a mil pesos. Capuchas y capas de nailon reemplazaron el glamour que recibió a Madonna: tres en mil pesos, gritaban los vendedores.
En los kioscos de comida, los vendedores se encogían de hombros cuando la gente pedía bebidas calientes. "Nadie se avivó", decían. Sobre el escenario, cerca de las 22.30 horas, los técnicos trapeaban la tarima para recibir la presentación.
Durante la gira que la trajo de regreso a Chile, tras sus dos primeras presentaciones de 2008, la diva había hecho del retraso una norma: cuatro horas en Porto Alegre; casi tres en Argentina, excusándose en un resfrío.
Pero en Chile, el MDNA marcó más de tres horas desde la fecha indicada en ticket. Comparada con otros atrasos históricos, también marca la nota alta: la presentación de Guns n' Roses de 1992 se atrasó porque Axl Rose, el vocalista del grupo, ni siquiera había ido hacia el Estadio y tuvieron que ir a buscarlos con Carabineros.
Madonna, en cambio, salió de su hotel a bordo de una camioneta Chevrolet Suburban gris, acompañada de su novio, el bailarín francés Brahim Zaibat, 29 años menor que la diva.
La hora marcaba las 17.15 horas, y era también la primera vez que Madonna abandonaba su habitación en el Hotel W, donde alojó desde el martes en la noche, cuando arribó a la capital.
Sobre la segunda parte del show, la estadounidense explicó que era una de las últimas escalas de la gira: "Estoy exhausta. Desearía estar mejor y que el clima hubiese estado mejor". Luego ejercitó frases en español, rematando con "mi culo es caliente": quizás el único momento cálido en una fría y compleja jornada.
Su personal trainer dio clase especial
Aunque Madonna prefirió quedarse recluida en el Hotel W durante la mañana y parte de la tarde para cuidarse de la gripe que, dijo, la aqueja, parte de su staff sí decidió tener actividades.
Una de ellas fue su personal trainer, Nicole Winhoffer, quien ayer en la mañana dictó una clase en un gimnasio del sector oriente de Santiago.
La instructora contó que llegó a Chile junto con la cantante en su avión privado y que, espera, se irán igual. Su salida está programada para hoy, y según comentó a La Tercera, piensa aprovechar de recorrer la ciudad, ojalá, con la artista.
La clase consistió en una de las coreografías que Madonna despliega en su tour, por lo que adelantó que se podría ver anoche durante el recital.
Además, Winhoffer reveló que entrena con la diva cinco o seis veces por semana y que la clave para que se mantenga en forma es que "siempre se hace el tiempo para entrenar".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.