Siete días en Río califica a la ciudad como la capital del sexo

El libro del estadounidense Francis Levy definío a Río como un lugar donde el número de prostitutas equivale al de ratas en el metro de Nueva York, lo cual indignó a autoridades. <br>




Autoridades brasileñas expresaron su molestia por una novela de ficción publicada en Estados Unidos que retrata a Río de Janeiro como "la capital mundial del sexo" y pedirán una retractación oficial, según informó hoy la prensa.

El libro Siete días en Río, publicado por la editorial Two Dollar Radio, define a Río como un lugar donde "el número de prostitutas equivale al de ratas en el metro de Nueva York", lo que molestó a las autoridades brasileñas, según el diario O Globo.

"Ninguna brasileña puede ser tratada así, ni siquiera en la ficción", expresó Aparecida Gonçalves, titular de la Subsecretaría de Lucha contra la Violencia contra la Mujer, que depende directamente de la Presidencia de la República.

La funcionaria admitió que "el turismo sexual todavía no es una página pasada en Brasil" y dijo a O Globo que buscará por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores que el Gobierno estadounidense tome cartas en el asunto para que el autor se retracte.

Por su parte, un portavoz del Ministerio de Turismo lamentó la publicación de la obra y señaló que los viajeros que llegan a Brasil con la única intención de buscar placeres sexuales son "criminales".

Según el diario, el autor, de 63 años, que nunca ha visitado Río de Janeiro ni conoce personalmente a ningún brasileño, defendió su obra en una entrevista por teléfono.

"Siete días no es una obra realista, y digo eso en el prólogo. Por eso, las personas no deben enfadarse con su contenido. Y tampoco veo problema en escribir sobre un lugar que no conozco", señaló Levy, quien recordó que, por ejemplo, Franz Kafka escribió América sin haber salido nunca de Europa.

Levy, que define a Kenny Cantor, el protagonista de su novela como "un payaso que vive situaciones surrealistas, como conocer a una familia de prostitutas aristócratas que se jactan de su profesión", aseguró que el objetivo de su novela "no es trazar un perfil de Río de Janeiro, de Brasil o de su población sino dar vía libre a su imaginación".

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