Sindicatos argentinos amenazan con un nuevo paro si el Gobierno no responde
Hoy los autos invadieron las calles de Buenos Aires ya que no había autobuses, trenes ni servicio de metro. Agrupaciones de izquierda realizaron piquetes en los accesos a la ciudad para disuadir a los trabajadores de ir a sus empleos.
Los principales sindicatos de Argentina realizaron hoy una huelga general de 24 horas para exigir una rebaja en el impuesto que grava al salario, en medio de la delicada situación económica que vive el país siete meses antes de los comicios presidenciales.
La medida afecta principalmente al transporte público de pasajeros, transporte de cargas, vuelos, bancos, gasolineras y puertos, cuyos trabajadores reclaman una respuesta del Gobierno ante la presión impositiva y la caída del poder adquisitivo que según dicen sufren por la alta inflación.
"El paro fue contundente. Muchos trabajadores se adhirieron de manera directa, aunque sus gremios no lo hicieran", dijo ante la prensa Hugo Moyano, líder de la poderosa central sindical opositora CGT.
Representantes sindicales advirtieron que podrían lanzar un nuevo paro en breve, de por lo menos 36 horas, si el Gobierno no reduce la presión impositiva sobre los salarios.
La huelga, que tiene lugar cuando están comenzando las negociaciones salariales entre sindicatos y empresas, fue convocada inicialmente por los gremios de trabajadores del transporte, y luego adhirieron a ella las poderosas centrales sindicales opositoras, partidos de izquierda y algunos gremios oficialistas.
Los líderes sindicales aseguran que la escala del impuesto a las ganancias que se aplica a los salarios quedó desactualizada por la alta inflación y cada vez más trabajadores se ven obligados a pagar una elevada tasa del gravamen.
Los autos particulares invadieron las calles de Buenos Aires ya que no había autobuses, trenes ni servicio de metro. Agrupaciones de izquierda realizaron piquetes en los accesos a la ciudad para disuadir a los trabajadores de ir a sus empleos.
Los mercados financieros operaron con una actividad muy reducida, mientras que los puertos de granos y la plaza ganadera en Buenos Aires, estuvieron prácticamente paralizados.
La protesta se sintió también en la casa de Gobierno, donde empleados como los del rubro gastronómico se sumaron a la huelga, mientras que otros no pudieron llegar por la falta de transporte.
Por su parte, las autoridades insisten en que una baja en el impuesto afectaría la recaudación y, por ende, el nivel de gasto social del Gobierno.
"¿Por qué están parando? Están parando por defender los sueldos altos de otros gremios. Parece que se mofan de quien tiene vocación de trabajar, algo inconcebible", señaló el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
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