Sinfónica toca obra de Haydn que reúne casi 200 intérpretes

<p>Este viernes y sábado, la Orquesta Sinfónica de Chile cierra su temporada 2009 con La creación, de Haydn, de quien se cumplen 200 años de su muerte.</p>




En octubre de 1796, a los 64 años, Franz Joseph Haydn se embarcó en la composición más difícil de su carrera. Aunque era capaz de crear cuatro sinfonías al año y poseía una productividad comparable a la de Mozart, el oratorio La creación significó un ejercicio exhaustivo. La obra inspirada en el Paraíso perdido de John Milton y los libros bíblicos del Génesis, es considerada la pieza maestra de Haydn, que durante su creación llegó a decir: "Nunca fui tan devoto en mi vida. Cada día me arrodillaba y le pedía a Dios que me diera fuerza para terminar la obra".

Tras un año y cuatro meses de labor diaria, Haydn estrenó por fin en 1798 esta obra de una hora y 45 minutos de duración, que reúne a cerca de 200 intérpretes en escena, entre cantantes, coros y orquesta. El oratorio La creación es la composición elegida para cerrar la Temporada 2009 de la Orquesta Sinfónica de Chile, que la tocará este viernes y sábado, dirigida por el alemán Eckart Preu, y que conmemora 200 años de la muerte del austríaco.

La creación describe los siete días en que Dios creó al mundo y su espíritu es acorde a un músico que cada vez que concluía una composición decía: "Gloria a Dios". Para el director Preu, también es una música renovadora. "Haydn estaba en la cumbre creativa cuando escribió esta obra y la hizo pensando en el futuro. La creación tiene mucho de ópera, pero también  varias bromas y elementos que la hacen distinta. Haydn  componía de una manera muy original para su época y fue revolucionaria para el momento", comenta. En total, serán cerca de 200 los intérpretes que estarán este viernes y sábado, a las 19.30 horas, en  el Teatro U. de Chile.

En un registro muy diferente a la pieza de Haydn se ubica el Réquiem de guerra, del inglés Benjamin Britten. La pieza de una hora y 25 minutos, que será tocada por la Orquesta Filarmónica de Santiago el próximo martes y miércoles, es una sombría composición, creada para la reconstrucción de la Catedral de Coventry, en 1962. La iglesia había sido destruida por los bombardeos  alemanes de 1940.

Britten, un pacifista que hizo objeción de conciencia y no fue a la Segunda Guerra Mundial, dedicó su Réquiem a tres amigos que sí fueron al frente.

Dos de ellos murieron en acción y un tercero, que desembarcó en Normandía, se suicidó en 1959. La pieza está concebida para dos orquestas (una grande y otra de cámara), dos coros (uno tradicional y otro de niños), órgano, soprano, tenor y barítono. Basada en el texto del réquiem en latín y poemas del inglés Wilfred Owen (que murió en 1918 durante la Primera Guerra), será dirigida por el británico  por Jan-Latham Koenig, titular de la orquesta del Teatro Municipal.

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