SML entrega informe pericial de osamentas de ciudadana uruguaya detenida en 1973

Los restos óseos, hallados en un recinto militar cercano a Arica, fueron analizados mediante técnicas de antropología, odontología, medicina forense y arqueología.




Con la presencia del embajador de la República de Uruguay, Juan Carlos Pita Alvariza; la subsecretaria de Justicia, Patricia Pérez; la doctora María Soledad Cibils, entre otros, el Servicio Médico Legal (SML) hizo entrega del informe pericial de las osamentas de Mónica Benaroyo, ciudadana uruguaya detenida en el año 1973.

Los restos óseos, hallados en julio de 2008 en un recinto militar cercano a Arica -en la localidad conocida como Pampa Chaca-, fueron analizados mediante técnicas de antropología, odontología, medicina forense y arqueología, por los peritos de la Unidad de Derechos Humanos del SML que dirige Jiménez; el mismo que está encargado de analizar casos como Patio 29, Lonquén y Paine, entre muchos otros.

Sobre lo ocurrido esta jornada, el director nacional del SML, doctor Patricio Bustos, señaló que "estamos entregando no sólo una identificación, sino que estamos dignificando una víctima, respondiendo de Estado a Estado por los hechos lamentables ocurridos el año 1973".

"Estamos demostrando que a pesar del tiempo transcurrido, y con la ayuda de otras instituciones, como la Policía de Investigaciones, y acompañados ahora por la subsecretaria de Justicia, estamos trabajando en entregar elementos para quienes administran la justicia", agregó.

Los procedimientos realizados apuntaron a establecer sexo, edad y algún rasgo odontológico particular que orientara respecto a su identidad, la forma en que murió la víctima y las lesiones antemortem y perimortem.

Junto con ello, se analizó el material cultural asociado, prendas de vestir, objetos personales, y antecedentes concordantes respecto de la época de desaparición de Benaroyo.

Las pruebas genéticas realizadas en el laboratorio de Innsbruck en Austria contribuyeron a determinar su identidad (análisis de ADN nuclear y mitocondrial), situación posible gracias a la donación de muestras sanguíneas de una hermana y dos sobrinas de la víctima residentes en Estados Unidos, quienes en septiembre de 1973 habían perdido contacto con su familiar.

El informe entregado por el organismo forense concluyó que el cuerpo de Benaroyo fue enterrado en el lugar del hallazgo por terceros, y que considerando la posición del cadáver, el sitio del suceso, la fecha de desaparición y el contexto histórico en que se produjo el deceso, se trataría de un hecho criminal.

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