Sobrevivientes de matanza en Colorado experimentan estrés y sentimiento de culpa

Tres asistentes al cine en Aurora que salieron ilesos de lo ocurrido, narran sus experiencias al diario Denver Post. No pueden dormir por las noches y aún sufren ataques de pánico.




Sierra Graves no puede dormir. Amanda González sufre de dolores de cabeza recurrentes y malestar estomacal. Stephen Austin se siente terriblemente culpable.

Cada uno de ellos logró salvar sus vidas tras el tiroteo en el cine de la localidad de Aurora, Colorado, perpetrado supuestamente por James Holmes la semana pasada. Al principio sintieron alivio. Pero hoy están viviendo el trauma psicológico de lo vivido, especialmente en las noches.

Se trata de testigos que narraron lo ocurrido al diario Denver Post en su sitio web. Todos enfrentan la matanza de manera similar. Tal como los traumas que sufrieron los sobrevivientes de otras tragedias como el 11/9 y el huracán Katrina.

"Sigo teniendo flashbacks de lo que vi cuando me iba al teatro", dijo Graves, una empleada de 20 años de edad, en una tienda de Netflix. "No puedo dormir. Me fui a trabajar el sábado, pero no podía concentrarme. Sigo escuchando los disparos y ver a las personas cubiertas de sangre."

Amanda González, de 39 años, había ido con sus dos hijos, dos sobrinos y un hermano a ver "The Dark Knight Rises". Cuando comezó el tiroteo se arrastró y salió corriendo con ellos a la salida. Como las ambulancias y las patrullas policiales ya estaban en las afueras del cine, pudo regresar rápido a casa antes de enterarse de la magnitud de lo ocurrido. González tuvo un ataque de pánico con dolores de cabeza y vómitos. Al día siguiente en su trabajo encontró eterna la jornada. " Yo me considero fuerte, pero cuando estoy sola, estoy débil y comienzo a llorar", dijo.

Austin, un estudiante de 28 años en la Universidad Estatal Metropolitana de Denver, no ha hablado mucho acerca de sus sentimientos, pero al igual que los otros sobrevivientes, no duerme mucho desde el tiroteo. La culpa lo mantiene despierto. Dice sentir "vergüenza" porque para salvarse el día de la matanza, saltó sobre otras personas y no las ayudó.

La psicóloga y experta en trauma Dra. Deborah Serani, dijo al diario que la reacción de los sobrevivientes "es muy normal para un evento muy inusual". Muchos de ellos sufren una reacción de estrés agudo cuando están nerviosos y no pueden dormir. Esto puede durar un mes y puede provocar la pérdida de memoria y un sentimiento fuera de la realidad. Estos síntomas se basan en cambios físicos en el cuerpo causado por el trauma.

Según la experta, este cuadro afecta aproximadamente al 80% de las víctimas que sufren un trauma y deben buscar ayuda o hablar de lo sucedido a los demás.

Amanda González ya está en busca de terapia. Su sobrino Rolando Salas, 12 años,  habla con sus amigos y esto le ha ayudado. Uno de sus hijos, Danny de 15 años, se asusta por los ruidos fuertes.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.