Stefan Kramer, comediante: "Quiero volver al Festival de Viña, porque ya son diez años"
El imitador habla de Súper papá, su show en Teatro San Ginés, la internacionalización de su carrera y más.
Basta con saludar a Stefan Kramer para que él comience a hablar con detalles de su nuevo show, Súper papá. El comediante que hasta hace algunos años era más bien reacio a dar entrevistas, hoy habla con soltura de sus ideas, proyectos y ambiciones.
En conversación con La Tercera, a lo primero que le dedica varios minutos es a este espectáculo que dará desde el miércoles 11 de octubre en el Teatro San Ginés (entradas en sangines.cl), y el que está relacionado a lo que vivió en el último tiempo con el nacimiento de su cuarto hijo, Bruno. Ahí aparecerán personajes como Don Francisco, Emilio Sutherland, Pedro Engel y Francisco Saavedra, además de Ricky Martin, Daddy Yankee y Luis Fonsi.
Luego, habla de por fin lograr materializar la añorada internacionalización de su carrera, tema que también tocará en el show. "Está bien concreto eso porque ahora por fin ya tengo mi visa, que se demoró harto tiempo. Creo que en diciembre estaré viajando al programa de Don Francisco (en Miami) para hacer tres actuaciones, y tengo mucha esperanza de que funcione, aunque sé que es partir de cero", relata.
¿Lo siente como una tarea pendiente?
Sí, pero ahora es concreto, y antes siempre fue algo solo hablado. Tengo la visa en la mano, y la posibilidad real de hacer estas actuaciones de aquí a fin de año. Espero que me vaya bien y que la gente me apoye. Estoy tranquilo. Tengo hartas ganas de hacer en otro lugar lo que he hecho acá, y poder, ojalá, conquistar ese otro lugar.
¿Cree que tendrá que dedicarle más trabajo a este nueva etapa?
Creo que es la misma cantidad de trabajo, pero existe la comodidad de estar en tu lugar, en tu casa, en tu productora. Allá estás donde no conoces mucho a nadie, en una nueva sala de maquillaje, con una nueva manera de hablar y con un nuevo público. El trabajo está en ver qué es lo que engancha con ese nuevo público.
¿Dejará su trabajo en Chile un poco postergado?
Cero. De hecho, viajaré mucho porque acá debo seguir actuando. Esa sensación de irse para no volver, es solo una fantasía. Es una experiencia rica poder viajar con mi familia, y quedarnos un tiempo para poder vivir otra realidad, otro mundo, pero no es más que eso. Solo espero que me vaya bacán.
¿Cree que le alcanzará el tiempo para hacer todo?
Sí. Estoy con lo de la internacionalización, principalmente, pero con muchas otras ideas. Por ejemplo, quiero volver al Festival de Viña, porque ya son diez años. Estoy gozando y me gustaría que la gente me vea en qué estoy ahora, en qué me he transformado desde el 2008. Me gustaría pararme en ese escenario de nuevo y que la gente vea lo pelado que estoy. Estamos viendo qué pasa.
¿O sea que ya no tiene los resquemores de antes sobre las incansables repeticiones de su rutina?
Me da lo mismo. Finalmente, la rutina del Festival de Viña pasa a ser de la gente. La otra vez, la del 2008, fue descarado cómo la repitieron, pero tengo que reconocer que fue bueno que la gente volviera a valorar la rutina y notara cosas que esa misma noche no vio. Eso me trajo hartas cosas buenas, aunque en su momento pensé que me habían cagado. No fue tan así. Si llegara a ir Viña de nuevo, siento que la rutina quedaría para la gente, y tendré que inventar otra.
¿Y volver a intentarlo con el cine?
Sí, volvería a intentarlo, pero tengo que ver bien si hago una historia de un inmigrante latino, que tengo en mente, aprovechando lo de la internacionalización. Por otro lado, creo que para mí sería muy bueno seguir con mi carrera de imitador y lo que he hecho hasta ahora, pero también seguir potenciándome como actor, y poder dar un siguiente paso en el cine, donde ese don de transformarse e imitar pueda estar más al servicio de una historia universal. Poder entrar al cine con algo más novedoso. Hablo de pegarme un riesgo, y hacer una película como Jim Carrey, una comedia de tomo y lomo, con otros comediantes.
¿En qué momento siente que está su carrera?
Estoy en una etapa donde quiero hacer lo que en verdad me gusta. Me pasó cuando hice todo ese ciclo de Kamaleón, en TVN, que funcionó más o menos. Ya chao, esa es mi postura. Si quiero hacer un late, lo hago, y si me dicen 'oye, pero no hay imitaciones', no hay y qué. Estoy tranquilo y siento que estoy menos sicoseado. Ando menos nervioso y trato de siempre gozar, porque la vida es muy frágil para estar pensando tanto. Aunque suene cliché, estoy viviendo mucho el momento.
¿Le gustaría estar más presente en la televisión?
Creo que igual hay que hacer apariciones en la televisión y estar mostrándose. Es bueno ser un aporte hoy en la tele, cuando tal vez está un poco escasa de contenido fresco y lúdico. Me acomoda la situación en la que estoy ahora, pero de vez en cuando hay que vivir un cierto riesgo de poder estar un poco en la palestra, y que así la gente vea si he evolucionado o no. Tengo que darle un poco la vuelta a lo que hago, para que la gente no diga que ya no sorprendo. Aunque sé que la gente que dice eso, es la que no está contenta en la vida.
¿Le está dando valor a otras cosas?
Siento que uno de a poco empieza a gozar más la vida. Aunque soy joven aún, uno va envejeciendo y uno se da cuenta de lo que es realmente importante. Si bien el trabajo es mi vocación, lo importante es estar conectado con el mundo, con el presente, con tu familia. Espero seguir haciendo lo que me nazca, y arriesgarme a hacer lo que la gente no espera.
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