Straw y Garzón recuerdan a Pinochet
A casi 10 años de la muerte del líder de la Junta Militar, el ex ministro del Interior británico y el juez español compartieron con TVN sus memorias de los 503 días de detención en Londres.
Para hablar de Augusto Pinochet, el ex ministro del Interior del Reino Unido Jack Straw entró casi por accidente en territorio chileno. Su entrevista con TVN debía realizarse en un hotel del centro de Londres, pero los administradores del recinto desconocieron la reserva a último momento. El equipo periodístico, liderado por Mónica Pérez, tuvo que solicitar permiso en la embajada chilena para utilizar un salón y concretar la cita bajo las condiciones de Straw. Fue allí donde el ex integrante del gabinete del primer ministro Tony Blair recordó los agitados días del arresto de Pinochet en la capital británica.
"Iba en un avión rumbo a Marsella cuando vi un pequeño artículo en la página 6 de The Guardian que decía que Pinochet estaba en Londres. Le pregunté a mi secretaria si sabía algo al respecto, pero me dijo que no. Yo no sabía nada de todo esto hasta que lo leí en el diario. Los adherentes de Pinochet pensaban que yo tuve algo que ver con esto, que yo arreglé el arresto, pero no fue así", cuenta Straw a TVN en declaraciones que serán emitidas esta noche en el programa especial Pinochet, sus últimos años.
La idea de realizar un reportaje a partir del décimo aniversario de la muerte del ex gobernante de facto se planeó con antelación. Siete integrantes del área de Reportajes comenzaron a trabajar exclusivamente en el proyecto en agosto del año pasado. Revisaron exhaustivamente el archivo del canal y cerraron 25 entrevistas en Chile, Estados Unidos, Reino Unido y España. Tras la edición final, el material se dividió en cuatro capítulos de media hora cada uno. Los dos primeros, que relatan la detención de 503 días de Pinochet en Londres, saldrán al aire esta noche, mientras que los dos últimos serán transmitidos el domingo 4 de diciembre.
Dentro de las fuentes entrevistadas por TVN destacan Straw y Baltasar Garzón, el juez que el 16 de octubre de 1998 dictó la orden de detención en contra de Pinochet que dio comienzo a un conflicto político-judicial entre Chile, el Reino Unido y España. El entonces senador designado se encontraba recuperándose de la operación de una hernia discal en The London Clinic cuando fue detenido por Scotland Yard pasadas las 11 de la noche. "Emití la orden de detención y el juez británico dijo que sí. Me avisan 'ha firmado la orden de detención, tío'. Yo respondo '¿y qué significa eso?', y me dicen 'pues que van a la clínica a hacerla efectiva'", relata Garzón a TVN.
Tanto la entrevista al jurista hispano como la de Straw fueron difíciles de conseguir y requirieron de meses de producción desde Chile. Garzón cambió la fecha de la cita apenas cuatro días antes, por lo que el equipo tuvo que modificar todo el itinerario de viajes para esperarlo.
Memorias de una detención
A lo largo de los 503 días del arresto de Pinochet, en Chile se generaron diversas situaciones de violencia desde las calles hasta el Congreso. Se quemaron banderas británicas en público y el alcalde de Providencia, Cristián Labbé, ordenó dejar de retirarle la basura a la embajada de España. De inmediato el gobierno chileno, encabezado por Eduardo Frei, decidió repatriar a Pinochet para que éste fuera juzgado por los tribunales del país.
En Inglaterra, la agresividad de detractores y adherentes de Pinochet se replicaba a menor escala afuera de The London Clinic y, posteriormente, en el hospital psiquiátrico Grovelands Priory.
El propio Garzón cuenta que sufrió con los ataques de los fanáticos del general en retiro. "Hubo cartas y amenazas que me llegaban de parte de los seguidores de Pinochet, e incluso un proyecto de atentado que me obligó a cambiar mis vacaciones. Era una idea de atentado de unos milicos chilenos", señala.
A partir de la detención, el gobierno español tenía 40 días para solicitar la extradición de Pinochet de forma oficial. Antes de eso, Garzón tuvo que enmendar su primera orden de detención, pues contenía un error de forma que dejaba sin efecto la posibilidad de una extradición y podía dejar en libertad a Pinochet en cosa de horas. Para evitar esa situación presentó un escrito donde amplió los cargos por genocidio, terrorismo y tortura. "Pasamos 24 horas trabajando con un equipo de 15 traductores para generar una orden de detención ampliada. Ese documento fue lo que mantuvo el caso abierto", comenta Garzón.
Luego de que el 25 de noviembre la Cámara de los Lores autorizó que el proceso de extradición siguiera adelante, Chile intensificó sus gestiones políticas para que el Reino Unido tomara la decisión política de liberar a Pinochet. Esta recaía directamente sobre Jack Straw, ministro del Interior británico. De acuerdo a su versión, su superior, el primer ministro Tony Blair, estaba preocupado por el tema. "Blair me preguntaba por esto cada cierto tiempo. Estaba bajo mucha presión. Había gente del Partido Conservador que abogaba por liberar a Pinochet y otros gobiernos también le pedían que se deshiciera de este hombre", dice Straw, quien finalmente decide darle curso a la solicitud de extradición.
Paralelamente, se suceden las primeras diligencias del proceso de extradición y la apelación del fallo que le negó inmunidad diplomática a Pinochet. Las batallas legales se extienden durante todo el año 1999, pero durante el segundo semestre la defensa introduce una nueva estrategia: la invocación de razones humanitarias para conseguir su libertad. De acuerdo a los informes entregados por Chile, el general en retiro no podía enfrentar el proceso judicial en su precario estado de salud. "Sospeché de estos informes, así que solicité que lo examináramos de forma independiente", recuerda Straw.
A este coro se suma la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, que recuerda la ayuda otorgada por Pinochet a sus tropas durante la Guerra de las Malvinas. "Como responsable de la Inteligencia de mi país, yo tenía a mi cargo al MI5 (seguridad secreta) que había participado en la guerra y tenían opiniones favorables a Pinochet. Así que yo también estaba bajo mucha presión de esa parte del gobierno", indica el ex ministro británico.
El 11 de enero del año 2000, el Ministerio del Interior del Reino Unido comunica que Pinochet podría ser liberado luego de que los exámenes independientes pedidos por Straw indicaran que no estaba en condiciones de salud de enfrentar un juicio. Diferentes organizaciones solicitan que el informe sea liberado y exigen que Pinochet sea revisado nuevamente. Tras la publicación de extractos del informe médico independiente que indicaban un deterioro cerebral, Straw toma la decisión de dejar a Pinochet en libertad el 2 de marzo del 2000. Este regresa a Chile ese mismo día en un avión de la Fach.
"Para mi sorpresa y decepción, los informes dijeron que no era apto de comparecer en un juicio (...). Decidí dejarlo ir y me arrepiento por eso. Cuando lo vi caminar después de bajarse del avión en Santiago me puse furioso, porque fue la prueba del fraude", reconoce el secretario de Estado británico.
Para Garzón, el fracaso final de las gestiones por extraditar y luego juzgar a Pinochet en España tiene una sola explicación, que queda fuera del ámbito jurídico: "La liberación fue la consecuencia de un acuerdo político a tres bandas entre Chile, el Reino Unido y España".
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