Tavi Gevinson: Tiene 13 años y el mundo de la moda se rinde a sus pies

<img style="padding-bottom: 0px; margin: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px" alt="" width="60" height="13" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586905.jpg" /> Su web suma ya más de cuatro millones de visitas y tiene una abrumadora influencia en el mundo de los fashionistas.




Se llama Tavi Gevinson, vive en Chicago y está en séptimo básico. Esta chica flaquita y rubia, con aire más británico que norteamericano, ha cautivado a fashionistas y diseñadores con su blog Style Rookie.

Entusiasmada por una amiga que notaba en ella una desbordante afición a la moda, Tavi armó su sitio en 2008. En él escribe de moda, postea fotos y comparte sus reflexiones estéticas, apoyándose en ciertos exquisitos referentes, como películas de Hitchcock o reportajes visuales de la revista National Geographic. Paulatinamente, fue subiendo fotos de su transformación: los visitantes advirtieron el notable cambio de la niña deslavada del principio a la adolescente atrevida que hoy sabe jugar con su clóset y el de su madre.

Vogue Teen nombró a Tavi este año la bloguera del momento. Su web suma ya más de cuatro millones de visitas y su abrumadora influencia en el mundo de los fashionistas obligó a la revista Pop a contratarla como redactora de moda de su página web. No contenta con eso, la revista la puso en su portada de septiembre y la retrató sobre un fondo hecho por el artista súper estrella Damien Hirst.

Tavi cubrió la semana de la moda de Nueva York: fue a los desfiles, se fotografió con la crème de la crème y entrevistó a diseñadores como Alexander Wang. Todo, obviamente, lo subió a su blog. Su natural sentido de la moda es, para muchos, una rareza más que un don. Su melena corta y sus grandes anteojos le dan un look intelectual, muy lejano a su inquieta adolescencia. Se viste –así se ve en su web– con una singular inspiración ochentera combinada con street style japonés y moda de personajes de cuentos infantiles. En un posteo, alguien comenta que leyendo a Tavi es como volver a usar frenillos fijos, pero marca Chanel.

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