Teatro del Lago vivió una noche íntima en homenaje a Moustaki

A un año de la muerte del músico, la cantante Marta Contreras, su ex pareja, encabezó un espectáculo el sábado.<br><br>




"Con esta facha de extranjero, judío errante y pastor griego....". La canción Le Métèque resuena por las paredes de la Sala El Tronador en el Teatro del Lago, mientras en el escenario la tierra, el cosmos y las musas se proyectan para invocar a Georges Moustaki, el trovador cosmopolita.

A un año de la muerte del cantante de origen griego, ocurrida el 23 de mayo en Niza, la Fundación Mustakis quiso dedicarle su Noche Griega a través de una velada íntima y cargada de misticismo, que se logró gracias a la unión de una cantante de interpretación contemplativa y de porte etéreo que domina la escena, como lo fue Marta Contreras Cáceres, su ex compañera por 20 años, y del virtuoso intérprete del bouzouki y baglama, el griego Christos Papadopoulos. Ambos se unieron en un juego de imágenes que transitaron del Mediterráneo al universo.

Junto a siete músicos, todos de blanco al igual que los protagonistas, Moustaki mon Amour comenzó con un Himno a Calíope, en que la cantante, de espalda al público y con las manos en alto, invocó a las musas. Y tras arremeter con Le Métèque, cada una de ellas fueron apareciendo de forma pausada, con diseños tridimensionales, fundiéndose con una serie de dibujos que el artista griego Alekos Fassianos regaló a la intérprete para esta ocasión.

Contreras parecía difuminarse por el espacio y lograba crear un ambiente de intimidad, como si el escenario fuera un lugar pequeño y ella estuviera compartiendo su mundo, al que dejó entrar a los músicos y al propio Papadopoulos. Son siete temas que muestran el espíritu de su autor, pero que cobran otra dimensión en las manos de ambos intérpretes. El es un guía por tierras helénicas, aporta aires contemporáneos y hace el contrapunto con la chanson propia y reinventada que queda en manos de ella, y a las que sumará dos creaciones propias, de gran belleza.

Si hace un año Marta Contreras, de regreso en el país desde el 2005, recibió un llamado telefónico que la dejaría con una profunda tristeza -la muerte de Moustaki, el sábado le dio forma a ese dolor en este homenaje. La noche permitió además saldar una deuda con ella, pues salvo aquellos pocos que la conocen en nuestro país y que asisten a sus reducidas presentaciones porteñas, por primera vez pudo dejar estampado y ligar su nombre a un talento personal, que se abstrae de imposiciones y propone una visión propia de cada nota y palabra.

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