Terrorismo y migración en EE.UU.: think tank conservador contradice a Trump
De 2001 a 2015, 24 personas murieron por terrorismo a manos de extranjeros y 80 por ciudadanos que nacieron en EE.UU. La investigación sobre terrorismo y migración fue realizada por el Instituto Cato, cercano a sectores del Partido Republicano.
La orden ejecutiva firmada el viernes 27 de enero por el Presidente Donald Trump, en la que se prohíbe durante 90 días la entrada al país de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen) y se suspende por 120 días el programa de refugiados, con excepción del caso de los sirios que es indefinido, tiene como fin "proteger a los estadounidenses de ataques terroristas cometidos por extranjeros admitidos por Estados Unidos".
El decreto establece que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 el proceso de visas fue reformado, los cambios "no detuvieron ataques por extranjeros que fueron admitidos a Estados Unidos". "Numerosos individuos extranjeros han sido condenados implicados en crímenes relacionados desde el 11 de septiembre de 2001, incluso extranjeros que entraron a Estados Unidos después de recibir una visa de estudiante, visitante, laboral o que entraron a través del programa de reubicación de refugiados", señala el texto.
La orden hizo surgir la interrogante sobre cuántas personas habían muerto producto de ataques terroristas cometidos por extranjeros de los siete países listados por Trump desde los atentados a las Torres Gemelas. Una investigación realizada desde 1975 y 2015 por el Instituto Cato -cercano a sectores del Partido Republicano- entregó la respuesta: cero.
El experto en políticas migratorias del centro de estudios, Alex Nowrasteh, señaló en un artículo que entre 1975 y 2015, 17 extranjeros de esos países fueron condenados por llevar a cabo o intentar llevar a cabo ataques terroristas en Estados Unidos, aunque también aclara que ningún libio y ningún sirio intentó hacer un atentado en el país en ese período.
Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 son responsables de 2.983 de las 3.432 víctimas de terrorismo en suelo estadounidense entre 1975 y 2015. Ninguno de los 19 responsables de los ataques contra Nueva York y Washington eran de esos siete países: 15 de ellos eran de Arabia Saudita, dos de Emiratos Arabes Unidos, uno de Egipto y uno de Líbano.
Por otro lado, entre el 12 de septiembre de 2001 y el 31 de diciembre de 2015, otro estudio del Cato contabilizó 24 asesinatos en casos de terrorismo cometidos por extranjeros. Durante el mismo período, se contabilizaron 80 muertes en casos de terrorismo cometidos por ciudadanos que nacieron en Estados Unidos.
Un estudio de Cato, divulgado en septiembre de 2016, analizó los ataques terroristas cometidos en Estados Unidos y el estatus migratorio de los atacantes. De la investigación se desprende que, teniendo en cuenta los atentados del 11 de septiembre de 2001, la probabilidad de que un estadounidense muera en un ataque terrorista en Estados Unidos cometido por un extranjero durante 1975 a 2015 era de 1 en 3,6 millones al año.
La probabilidad que un estadounidense muera por un ataque terrorista en EE.UU. a manos de un refugiado es de 1 en 3.640 millones al año y a manos de un inmigrante ilegal es de 1 en 10.900 millones. Sin embargo, la probabilidad de ser asesinado por alguien con una visa tipo B (la más común que se otorga a los turistas ) es de 1 en 3,9 millones.
Según la revista The Economist, estas cifras reflejan el hecho que la revisión de seguridad que realiza Estados Unidos a los refugiados es exhaustiva y puede llegar a tomar dos años en que se complete. También refleja, dice la publicación, que al darle la oportunidad de ir a vivir al país, el refugiado va a preferir trabajar duro en lugar de cometer un ataque terrorista. De acuerdo a David Miliband, director del Comité de Rescate Internacional, en la década pasada los refugiados iniciaron al menos 38 negocios en Cleveland y Ohio, crearon 175 trabajos y dieron un impulso de US$ 12 millones a la economía local.
Según datos del Cato, de los 3.252.493 refugiados que fueron admitidos desde 1975 hasta fines de 2015, 20 eran terroristas. La investigación destaca que no fueron exitosos en sus ataques, porque de los 20 sólo tres pudieron concretarlos.
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