Texturas para el frío

<img height="15" alt="" width="50" border="0" src="http://static.latercera.cl/200811/193770.jpg " />Abrigarse es la consigna del invierno y la industria textil se ha preocupado de proveer a los modistos con telas gruesas que no dejan pasar el frío.




Así como el verano es el tiempo de los estampados y las vitrinas suelen poblarse de flores o diseños geométricos, en invierno la preocupación de la moda está centrada en las texturas. Es que, con la llegada del viento, la lluvia y la nieve, cubrir el cuerpo con telas y tejidos suaves, pero abrigadores, es una necesidad y un gusto.

Los diseñadores se inspiran en sensaciones placenteras típicas del invierno, como caminar con los pies desnudos sobre una alfombra peluda que ha sido entibiada por la calefacción, o sumergirse bajo un plumón a ver una película mientras afuera llueve a cántaros. El gran desafío para los modistos es que tanto abrigo no le quite a la moda su lado sexy; que el cuerpo se tape y se muestre a la vez. Por ello prefieren, cada vez más, géneros que se ciñen al cuerpo con sutileza. Telas que tienen una liviandad y delgadez que antes no se veía en tiempos de frío, pero que –gracias al avance de la tecnología– abrigan sin sofocar.

En estas lides, el nuevo rey es, sin duda, el algodón. Específicamente, el algodón con "winter weight" o peso de invierno, como lo describe la empresa consultora de moda Cotton Incorporated. Según esta compañía con sede en la Gran Manzana, este material fue uno de los platos fuertes de la Semana de la Moda de Nueva York Otoño Invierno 2009, realizada en el concurrido Bryant Park. Se vio, principalmente, en las colecciones de Ralph Lauren y en la de Thakoon Panichgul, diseñador de origen tailandés que alcanzó la fama luego de que Michelle Obama escogiera uno de sus vestidos para asistir a un evento oficial.

También está presente en las propuestas de marcas de líneas más deportivas, como las que Lacoste presentó en NY sobre una impactante pasarela con nieve artificial. O como Paula Cahen d´Anvers, marca argentina que en la última BAF Week (semana de la Moda de Buenos Aires) sacó al pantalón de buzo deportivo de los gimnasios para convertirlo en la más cómoda de las prendas informales.

Según aclara el informe de Cotton Incorporated, el preferido no es el algodón puro, más propio del verano, sino el jersey de algodón, cuyo porcentaje variable de fibras sintéticas le da a la ropa una leve caída y una cuota de elasticidad. Esta práctica tela fue la base de tenidas en las que las prendas se superponen como si se tratase de capas de una cebolla, cosa que permite abrigarse y desabrigarse según lo dicte la temperatura ambiental. Este estilo se ajusta a la perfección con las formas voluminosas que hoy priman en los desfiles y que están terminando con el reinado de la silueta globo. Además, permite adaptarse a los cambios climáticos de los últimos tiempos, responsables de que hayamos tenido días con casi 30 grados celcius en pleno mayo.

El auge del algodón tiene que ver, también, con el actual boom de la ropa orgánica. La demanda por algodón cultivado sin fertilizantes o productos químicos no deja de crecer, aunque se trate de un producto más caro. Cada día hay más personas interesadas en elegir ropa cuyo proceso de fabricación tiene un impacto menor en la ecología. Además, este tipo de algodón es más suave y tiene mejor ventilación.

TERCIOPELO AZUL
Para ocasiones más elegantes, que requieren telas delicadas, en este invierno manda el terciopelo. Pero no de cualquier color: los tonos más fashion son el azul oscuro, el verde oliva y el petróleo. Según la consultora Cotton Incorporated, esta tela de suave textura y elegante brillo forma parte de las propuestas más teatrales de la temporada, perfectas para mujeres que quieren causar impacto sin perder sobriedad. Está en trajes importantes, llamativos, espectaculares y casi operáticos, como los que Alberta Ferreti, Anna Sui, Vera Wang y Bill Blass presentaron en la Semana de la Moda de Nueva York. Pero también se vio en otras opciones cargadas de modernidad, como un aplaudido enterito de Jill Stuart.

El terciopelo nació en la Edad Media, en Italia, y se elabora tejiendo hilos de diferentes materiales –los más finos son 100 por ciento de algodón– con un pelo muy corto y denso. Al igual que el jersey de algodón, envuelve el cuerpo con sedosidad y marca las curvas en forma discreta. ¿Su principal defecto? La limpieza. Se trata de una tela que requiere lavado en seco. A menos que se trate de imitaciones baratas.

Toda tendencia tiene su contrapropuesta y a la suavidad del algodón y el terciopelo se opone la rigidez del tweed, una tela que se construye trenzando y torciendo hilos y que es la tercera textura predominante para este otoño-invierno, según el informe de Cotton Incorporated. La opción para las más tradicionales son las chaquetas y abrigos de líneas simples, en las cuales se juega con los efectos de color. También son para las más conservadoras los vestidos y trajes de dos piezas que rodean el cuerpo sin tocarlo. Las más jóvenes, en cambio, preferirán el tweed que se combina con telas transparentes, como la gasa o el tul, estratégicamente distribuidas en las mangas y el escote o en discretas aplicaciones en los bolsillos, botones, tableados o contornos de las prendas.

Estos detalles le dan romanticismo a esta tela más bien tiesa y levemente impermeable, que nació hace un par de siglos para dar a los cazadores de zorros del Reino Unido una protección adecuada frente a las usuales lluvias de la campiña inglesa. Si bien se produce en prácticamente todo el mundo, dos son los tipos de tweed preferidos por la alta costura y el pret-a-porter de lujo: el Tweed Harris, hilado en el sector de Outer Hebrides (al noreste de Escocia) y el Donegal, irlandés. El respetado portal Style.com, canal virtual del imperio Vogue, registra el uso de este material en las colecciones otoño 2009 de Burberry Prorsum, Michael Kors y Tommy Hilfiger, entre muchos otros.

La incorporación del tweed en la moda femenina es relativamente reciente, ya que el primer traje para mujer que se conoce data de 1924. Como es de esperar, se trató de un diseño de la inolvidable Coco Chanel, quien quería tener una chaqueta similar a la de su amante de turno, el Duque de Westminster. Pero le añadió un detalle muy de mujer: en sus chaquetas, los botones de las mangas no eran sólo un adorno, como sucede a veces en las cazadoras de hombre. Coco insistía en que debían poder abrirse para que su dueña se pudiera sacar y poner la chaqueta aunque tuviera pulseras puestas. Muy chic.

LANA + TECNOLOGIA
Es imposible hablar de moda invernal sin mencionar la lana, la más calentita de las materias primas disponibles. Carolina Bruce Rodillo, gerenta comercial de la marca Umbrale, es enfática al respecto. "Un abrigo 100 por ciento acrílico no abriga y la calidad es mala. Debe tener, por lo menos, un 50 por ciento de lana. Lo mismo ocurre con los chalecos y tejidos", sentencia.

Aunque está siempre presente en las pasarelas invernales, todas las temporadas la lana se reinventa a sí misma. Lo más nuevo en materia de sweaters son las pecheras drapeadas, que simulan el efecto de llevar varios chalecos puestos encima en forma desordenada. La argentina Cora Groppo, conocida por llevar estas formas en sus poleras y tops de verano, creó para este invierno una colección de chalecos que hace eco de esta tendencia con mucha gracia. Una opción más osada son las llamadas "lanitas" o "lanas delgadas". Se trata de capas de poleras de lana con lycra, de diferentes formas, que se superponen unas sobre otras, mezcladas con mallas y encajes elasticados o rígidos. Un estilo muy similar al que se lleva en algodón invernal.

¿Cómo escoger telas de lana de buena calidad? Carolina Bruce aconseja que "la tela no tenga pilling, es decir, pelos. Debe ser seca. La tela con pelos es la que después se apelotilla", dice. Para cuidar las prendas sugiere "lavar con agua fría y secar la ropa a la sombra, lo que evita que los colores se destiñan. Y tendida, nunca colgada, en especial si es pesada, para que no pierda su forma".

La ropa deportiva invernal merece un capítulo aparte, porque presenta desafíos a los que sólo se puede responder con alta tecnología. Alejandra Pérez, quien se desempeña como category merchandising manager de la marca Reebok, explica el porqué. "Al hacer ejercicio, la temperatura corporal sube, lo que provoca que el cuerpo transpire. Cuando dejas de moverte, la diferencia de temperatura entre tu cuerpo y el exterior es muy grande, especialmente en esta época del año, lo que produce enfriamientos que pueden ser la antesala de resfríos o gripes", dice, tras asegurar que este problema preocupa tanto a los deportistas profesionales como a los recreacionales.

La industria textil ha respondido con una serie de telas termoreguladoras, cuya función es atenuar el impacto de los cambios de temperatura. En Reebok, por ejemplo, utilizan una tecnología llamada PlayDry, que absorbe el sudor y lo libera en forma de vapor, y la Play Cool-X, que recoge el calor, lo almacena – "casi como si fuera un gel", según Alejandra–, y luego libera frío. Además, lanzaron hace poco la tecnología X-Static, cuyas telas tienen fibras de plata que conducen la temperatura. En los modelos para mujeres, estas tecnologías están aplicadas en las zonas donde ellas sudan más que ellos: el pecho y la cintura. "Estas telas transpirables duran muchísimo, si se lavan con agua fría y sin suavizante", concluye Alejandra. Habrá que hacerle caso.

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