Tomás Munita exhibe en Chile premiada serie sobre violencia y drogas en Centroamérica
En el Centro Cultural de España se expondrá el trabajo que hizo el chileno para The New York Times.
En menos de 20 años, las maras se convirtieron en las pandillas más poderosas y violentas de Latinoamérica. Su ola criminal, que incluye tráfico de armas y drogas, asalto, secuestro, prostitución y lavado de dinero, se ha expandido con éxito por Guatemala, Honduras y El Salvador. Hasta que a inicios de 2012, dos de los grupos más conocidos de ese último país decidieron hacer una inédita tregua.
Desde la cárcel y acompañados por un capellán, los tatuados líderes de la mara Salvatrucha y sus rivales de Calle 18 estrecharon las manos y prometieron dar fin a los asesinatos. Cinco meses después, y a pedido del diario The New York Times, el fotógrafo chileno Tomás Munita viajó hasta El Salvador para ver el estado del pacto de paz. El resultado fue una serie de duras imágenes, en las que, aunque la sangre no fue el foco central, sí persistían la violencia, el miedo yla pobreza.
Desde esta semana, cuatro de esas fotos se exhiben en el Edificio Telefónica, en la muestra que reúne las imágenes ganadoras de la World Press Photo, donde Munita obtuvo el tercer lugar en la categoría Vida Diaria. Mientras que la serie completa del fotógrafo se podrá ver desde el 16 de agosto en el Centro Cultural de España (CCE), en el marco del Día de la Fotografía, que organiza el Consejo de la Cultura (ver recuadro).
"Mi acceso a las maras fue en la cárcel únicamente, ya que no dimos con un contacto confiable para entrar en sus casas. Lo más duro para mí fue estar con las familias cuando esperan reconocer a su hijos en la morgue. Los crímenes bajaron luego de la tregua, pero es tal el grado de arraigo del crimen que todos estaban comprensiblemente incrédulos", cuenta Munita desde Perú, país en el que por estos días registra una tradicional fiesta en Apurimac, donde un cóndor es atado a un toro para luego ser liberado.
Las 39 fotografías de la muestra, curada por el fotógrafo Miguel Angel Larrea, resumen el recorrido de Munita por las calles de El Salvador, donde la policía continúa en guardia, por los centros de rehabilitación de drogas, los hospitales, las morgues y los cementerios. También hay varios de los miembros de las maras mostrando sus tatuados torsos. "Creo que el reportaje sólo logró entrar en las consecuencias de este clima de exclusión y violencia: el dolor, la prisión y los esfuerzos de la policía. Sería fundamental abordar el legado de violencia, explotación y pobreza que provocaron este fenómeno, y el camino que pueden tomar las sociedades si no se respetan justamente los derechos y dignidad de los otros", dice Munita, quien dará una charla junto a los fotógrafos Ricardo Cases y Pablo Corral el 17 de agosto en el CCE.
Convertido en uno de los fotógrafos locales con mayor proyección internacional, Munita ha tenido un año redondo en reconocimientos. En febrero fue premiado por su trayectoria en el prestigioso premio internacional POYi, para luego ser elegido en su versión regional de abril, POY Latam, el mejor fotógrafo iberoamericano del año. No pasó un mes, para que fuera nuevamente distinguido por su trabajo, ahora en EE.UU., con el primer lugar del Fondo Chris Hondros, organizado por Getty Images.
Sin embargo, al fotógrafo y colaborador de El Semanal, los premios le causan recelo. "Antes me llenaban de orgullo, ahora me hace considerar más seriamente las consecuencias de lo que hago. A veces son tan impactantes las situaciones de las que soy testigo y tanta la gente que ve mis fotos que me hace sentir mayor aprensión con los temas que intento contar", concluye.
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