Tráfico de vehículos en la Ruta 5 aumentó 158% en una década

La ruta entre Santiago y Talca es la que muestra la mayor alza en viajes, con un aumento de casi seis veces  desde 2002. El MOP busca modernizar los contratos de concesiones para hacer más expeditas las nuevas inversiones.<br>




Una década en manos de privados cumplen las carreteras concesionadas de la principal vía que une a Chile: la Ruta 5.  Tramos  de  esta  vía  sufrieron la mayor congestión de vehículos en el pasado feriado de Fiestas Patrias. Desde 2002, el año en que comenzaron a operar la mayoría de los tramos concesionados, el tráfico total de vehículos se ha más que duplicado, con un alza de 158%, pasando de 51,2 millones de automóviles transitando entre  Los Vilos y Puerto Montt a 132,4 millones, según cifras de la dirección de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP). En igual lapso, el parque vehicular de Chile ha subido en torno a 60%.

El tramo entre Santiago y Talca, concesionado a Autopista del Maipo -controlada por la colombiana ISA Intervial-, es el que ha tenido el mayor aumento en el flujo de viajes en el período, pasando de 8,2 millones de viajes en 2002 a 48,5 millones en 2011, con un aumento de casi 500% en el período. En el primer semestre de este año la autopista registró un aumento de 10,76% en el tráfico de vehículos livianos y de 6,62% en el paso de buses y camiones pesados, según sus balances financieros.

El segundo tramo con el mayor aumento de flujos es el que une a Chillán y Collipulli, de la Ruta del Bosque, también controlada por ISA, donde los viajes aumentaron cuatro veces en 10 años. Le sigue la ruta entre Talca y Chillán, que muestra un aumento de 3,3 veces en los pasos de vehículos en sus vías.

La zona norte del país es la que registra una menor alza en los viajes: entre Santiago y Los Vilos, de la Autopista del Aconcagua, controlada por la española Globalvía, el flujo alcanzaba 9,2 millones de vehículos en 2002. En 2011 la cifra llegó a 15,9 millones, un aumento de 62,8%. Más al norte, entre Los Vilos y La Serena (autopista del Elqui, de la hispana Abertis), los viajes subieron 66,2%.

El negocio tiene directa relación con el flujo de vehículos. Herman Chadwick, ex presidente de la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (Copsa), calcula que, a nivel general, en los últimos 10 años el flujo de todas las autopistas concesionadas ha subido entre 70% y 80%. No obstante, el alza no ha sido pareja. "La Ruta 5 Sur ha crecido más que la 5 Norte, debido a las actividades económicas que hay en el sur", analiza.

La industria, según Chadwick, ha tenido buenos resultados. "Este es un negocio de flujos. El que tiene buenas rutas, más expeditas, buenas casetas de cobro o con tags, se garantiza mayor tráfico. Por eso la gente utiliza las autopistas urbanas en Santiago, porque valora el servicio, pudiendo usar otras vías públicas", agrega.

Flujos mayores a lo previsto

El alza del parque automotor, que pasó de 2,1 millones en 2001 a 3,6 millones en 2011, ha sido más alto que las proyecciones que se hicieron al momento de licitar las obras viales a fines de los 90, explica el Coordinador de Concesiones Emilio Pellegrini.

"Se hicieron contratos mucho más largos que lo que el crecimiento del parque automotor podía aguantar. Son contratos estáticos, que obligatoriamente hay que modificar cuando se requiere aumentar capacidad. No se dejaron mecanismos adecuados para que fuera fácil hacer crecer la infraestructura para dar una buena calidad de servicio", explica Pellegrini sobre el diagnóstico que hoy tiene la cartera y que busca modificar mediante un renovado "plan maestro de concesiones".

Este busca que "las necesidades de crecimiento sean cubiertas por los concesionarios, haciendo ellos los estudios y que no sea el MOP el encargado", explica Pellegrini. Esto ya comenzó a aplicarse en la Ruta 68, donde Abertis presentó un plan para ampliar la capacidad de la Ruta 68 que une Santiago con Valparaíso, con una inversión de US$ 355 millones, considerando los flujos previstos a 2024.

En el caso de la Ruta 5, el tramo que registra la mayor alza de flujos es la Autopista del Maipo, donde se vivieron tacos de decenas de kilómetros y de hasta siete horas durante el feriado dieciochero. A juicio del experto de la Universidad Diego Portales, Louis de Grange, esta congestión no sólo se produce por el alza del parque automotor, sino porque toda la gente trata de viajar al mismo tiempo. "Lo mismo que sucede con las llamadas de celular tras un terremoto. A futuro, debería implementarse una gestión tarifaria más fuerte, con tarifas más altas en ciertas horas, para que así la gente programara mejor los viajes", opina.

Para Pellegrini, "los cuellos de botella se producen porque no se tomaron las decisiones de inversión en el momento adecuado", situación que buscan revertir con los nuevos planes maestros.

Rentabilidad acotada

La propiedad de las autopistas concesionadas ha sufrido fuertes cambios en los últimos años, con la entrada de fondos de inversión canadienses y europeos que buscan retornos estables a largo plazo más que fuertes rentabilidades de corto plazo. Chadwick explica que "este no es un negocio especulativo. El que compra la acción de una autopista no espera doblar su valor en poco tiempo, sino que el valor está relacionado con el crecimiento del país. Por esto hay un alto interés de los fondos institucionales extranjeros".

El ex ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, recuerda que en 2003 las concesionarias firmaron  con el MOP contratos de Mecanismo de Distribución de Ingresos (MDI) que garantizaban tasas de retorno de 9,5% y que flexibilizaron los plazos. "Este es un mecanismo que permite que la rentabilidad sea acotada. Si suben los flujos, se acorta el plazo de la concesión y se corrige el riesgo de mercado de obtener rentabilidades abusivas", dice Bitrán. Desde 2006, todas las concesiones tienen convenios MDI. La mayor parte de los tramos que integran la Ruta 5 los posee.

Juan Vargas, gerente general del fondo CBM Prime, con presencia en la ruta Nogales-Puchuncaví (50%) y el Camino de la Madera (26,5%), dice que la rentabilidad del negocio de las concesiones ha ido disminuyendo en los últimos años por la apertura "a actores externos, altamente competitivos y de gran experiencia", a lo que se suma que el "Estado ha sido más exigente y complejo en los contratos, aumentando sus costos operativos y de mantención". No obstante, indica que los retornos son de largo plazo, lo cual está de acuerdo con las expectativas de  aportantes como las AFP y las compañías de seguro.

Para el coordinador de Concesiones, la rentabilidad de las empresas es variable año a año, pero "el Estado ofrece un ambiente estable, con rentabilidades adecuadas, lo cual lleva a que nuevas empresas estén interesadas por entrar a las licitaciones que estamos haciendo o de participar en las actuales. Es un buen momento para hacer negocios de infraestructura en Chile", asegura.

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