Tribunal de Nueva Zelandia concede acceso a 4,8 millones de dólares a fundador de Megaupload
Dotcom utilizará el dinero para pagar las costas legales que ascienden a 3,6 millones de dólares neozelandeses (2,8 millones de dólares), según su abogado.
Un tribunal neozelandés concedió este miércoles al fundador de Megaupload, Kim Dotcom, el acceso a 6 millones de dólares neozelandeses (4,8 millones de dólares) de sus bienes expropiados.
Dotcom, que se encuentra en espera del juicio de extradición a Estados Unidos por supuesta piratería informática, utilizará el dinero para pagar las costas legales que ascienden a 3,6 millones de dólares neozelandeses (2,8 millones de dólares), según su abogado.
También tiene numerosos gastos familiares, incluido el alquiler de un millón de dólares neozelandeses (800.000 dólares) de la mansión de Auckland donde vive con su mujer y 5 hijos.
Dotcom fue detenido el pasado enero junto a otros tres ejecutivos de Megaupload en su mansión de las afueras de la ciudad de Auckland, en el marco de una operación policial impulsada por EE.UU. y que incluyó el cierre del portal y otros arrestos en Europa.
El Alto Tribunal retrasó la decisión sobre su extradición hasta el próximo marzo, debido a la complejidad del caso.
El fundador del portal, también conocido como Kim Schmitz, ha seguido activo en las redes sociales, donde defiende su inocencia y mantiene informados sobre los pormenores del juicio y su vida a miles de seguidores.
Ha anunciado el desarrollo de un interfaz de programación de aplicaciones, con servidores fuera de Estados Unidos, y un nuevo portal de descargas llamado "Megabox", en el que los artistas podrán vender su música directamente a los consumidores.
Estados Unidos quiere juzgar a siete ejecutivos de Megaupload, entre ellos a Dotcom y los tres directivos detenidos en Nueva Zelanda, de diversos delitos por piratería informática, crimen organizado y blanqueo de dinero.
Las autoridades estadounidenses atribuyen a Megaupload haber causado pérdidas por más de 500 millones de dólares a la industria del cine y de la música al transgredir los derechos de autor y obtener con ello unos beneficios de 175 millones de dólares (142 millones de euros).
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