Turismo del alcohol florece en las playas búlgaras del mar Negro

La imagen se repite una y otra vez en las playas búlgaras bañadas por el mar Negro. "¡Sex on the beach!", gritan los jóvenes turistas durante sus borracheras nocturnas.<br>




"Chicas baratas y bebida barata", piensan entusiasmados los adolescentes. Un vaso de whisky de dudosa calidad por apenas un euro. A menudo, el pack se completa con pastillas y una mezcla de drogas, por un precio igualmente bajo. Y a la mañana siguiente, un nuevo turista extranjero ingresa en el hospital.

La famosa Sunny Beach, una playa de ocho kilómetros de largo, se ha convertido en meca del turismo del alcohol. Los hoteles vuelven a estar llenos este verano, y el personal hostelero aguanta a regañadientes a los ebrios extranjeros. Prácticamente todas las plazas de alojamiento en Slatni Pjassazi o Albena fueron ocupadas en agosto. Y también en la romántica Sozopol proliferan los hoteles, cafés y pensiones, cuenta un turista local.

"¡Los precios caen!", era el lema con el que comenzó la temporada. Un turista puede alojarse con desayuno en un hotel de tres estrellas por 15 euros la noche (19 dólares), y un tercio de cerveza cuesta menos de un euro. Balance provisional: con probablemente cinco millones de turistas extranjeros, 2010 será un año récord. La cifra supone un diez por ciento más que el año anterior. Entre los turistas europeos, los alemanes suponen más de la mitad.

En tiempos de crisis, el gobierno de Sofía sonríe ante el flujo de turistas. El sector supone no en vano más del diez por ciento del producto interior bruto (PIB). Este verano, los ingresos se situarán en torno a los 3.500 millones de euros, un cinco por ciento más que en 2009, señala Zwetan Tontchev, de la Cámara de Turismo búlgara.

Cientos de rusos alargaron sus vacaciones de agosto en Bulgaria debido a los incendios en casa. Y también la crisis de Cercano Oriente tiene su peso: tras la disputa turco-israelí por la flotilla humanitaria para Gaza, muchos turistas evitan ir a Israel o Turquía. Ahora, prefieren viajar a Bulgaria.

Sin embargo, este país de los Balcanes no podrá apostar a largo plazo por el turismo de masas en medio de una jungla de hormigón y todo tipo de crisis, advierten los expertos. Alcohol barato, drogas y sexo no deberían seguir siendo la imagen de esta región turística.

"Con tantas fuentes termales y sitios históricos, Bulgaria también ofrece un turismo del bienestar o cultural", subraya Ivo Marinov, viceministro de Economía y responsable del turismo extranjero. Un reciente hallazgo de reliquias de San Juan Bautista podría atraer también a partir de ahora a peregrinos y hacer de la antigua Sosopol un "nuevo Jerusalén", ansían los estrategas del turismo.

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