Ucrania corre riesgo de perder hasta 48% de población si regiones del este y el sur se separan

El 42% de su territorio -incluida la región de Crimea- está bajo amenaza de escisión.




Para julio de 2014, la CIA proyectaba que la población en Ucrania sería de 44,2 millones. Pero con la anexión de la república de Crimea a Rusia, los ucranianos perdieron 2,3 millones. Sin embargo, la situación podría ser mucho más grave para Ucrania si los movimientos independentistas en regiones como Donetsk, Jarkov y Luhansk tienen éxito. De hecho, en el eventual escenario de que las nueve regiones del este y el sur ucraniano, de mayoría rusohablante (incluida Crimea), se separen, el país podría perder hasta el 48% de su población (unos 21,6 millones de personas) y 42% de su territorio. Estas regiones son también las que, en las elecciones de 2004 y 2010, votaron mayoritariamente por el candidato presidencial prorruso Viktor Yanukovich.

La situación en la región de Donetsk, donde un grupo de activistas prorrusos declaró la independencia y reclama un referendo tal como se hizo en Crimea, es muy tensa. En la capital regional, ubicada a 250 kilómetros de Kiev, la capital, los manifestantes continuaban por tercer día consecutivo en el edificio de la administración regional y declararon su propio gobierno.

La región de Donetsk está habitada por 4,5 millones de personas y el 48,15% son rusohablantes. La situación no era muy distinta en la vecina Luhansk, donde el 85% tiene al ruso como su idioma nativo. En este lugar, prorrusos armados que tenían ocupada la sede de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU, antiguo KGB) enterraron minas y mantenían a unas 60 personas como rehenes, según consignaron agencias como EFE y AP.

También hubo movimientos en la región de Jarkov, donde la policía local logró ayer contener un foco de protestas. Ha habido también manifestaciones prorrusas en las regiones de Odessa, Dnipropetrovsk y Mykolaiv. Así, el gobierno ucraniano luchaba por mantener el control en estas regiones rebeldes. Tras la anexión de Crimea, este era precisamente el temor que tenía Occidente: que algunas zonas del este de Ucrania intentaran escindirse.

En este marco, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, acusó a agentes y fuerzas especiales de Rusia de provocar disturbios separatistas en el este de Ucrania, y advirtió que Moscú podría estar preparando acciones militares como las que realizó en Crimea.

"Está claro que las fuerzas especiales y los agentes rusos han sido los catalizadores detrás del caos de las últimas 24 horas", dijo Kerry, quien agregó que eso podría servir de pretexto para "una intervención militar como la que vimos en Crimea".

Antes, el canciller ruso, Sergei Lavrov, rechazó las acusaciones de Occidente y dijo que la situación sólo podría mejorar si Kiev tomaba en consideración los intereses de las regiones rusoparlantes. Eso sí, el Kremlin lanzó una dura advertencia a Kiev contra cualquier acción militar en las regiones prorrusas, que podría "desencadenar una guerra civil". Aparte de los 26 mil kilómetros cuadrados que Rusia obtuvo con la anexión de Crimea, también consiguió cuantiosas reservas naturales. Según Reuters, las reservas crimeanas de energía son de 165.300 millones de metros cúbicos de gas y 44 millones de toneladas de petróleo. El valor ascendería a US$ 1.200 millones.

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