Un polaco y una italiana para renovar el gobierno de la Unión Europea

Los líderes de la Unión Europea (UE) eligieron ayer en Bruselas al primer ministro polaco, Donald Tusk, como próximo presidente del Consejo Europeo, en reemplazo de Herman Van Rompuy, y a la ministra de Relaciones Exteriores italiana, Federica Mogherini, como nueva jefa de la diplomacia europea, cargo que ocupa la británica Catherine Ashton.

El cambio de liderazgo se produce con algo de retraso, ya que las elecciones europeas se celebraron en mayo. Tusk se convertirá así en el primer representante de los nuevos países miembros de Europa del Este en ocupar uno de los máximos cargos del bloque.

Ahora comienza a perfilarse la nueva conducción bajo el futuro presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el ex primer ministro luxemburgués conservador que sucederá al portugués José Manuel Durao Barroso, a partir del 1 de noviembre.

Tusk y Mogherini recibieron ayer el "pleno apoyo" de los jefes de Estado y gobierno del bloque, resumió el actual presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, quien dejará su cargo a fines de noviembre. La UE se encuentra actualmente rodeada por diversas crisis internacionales, que se extienden desde Siria e Irak hasta Ucrania y Libia.

Los líderes del bloque europeo buscaron una solución equilibrada para decidir los nombramientos de alto rango. Una mezcla de gobiernos conservadores y de izquierda, respeto a un equilibrio de género y geográfico entre este y oeste, y entre miembros antiguos y nuevos de la UE.

Tusk, de 57 años, y que cuenta con la confianza de la canciller alemana, Angela Merkel, pertenece a los conservadores. En tanto, Mogherini, que asumió su cargo recién en febrero pasado en Roma, proviene del mundo socialdemócrata.

Mogherini, de 41 años, se convertirá, además, en la número dos del luxemburgués. De todas maneras debe ser confirmada por el Parlamento Europeo, en el marco de una votación sobre la totalidad de la nueva comisión.