Un reencuentro Real para Claudio Bravo

Tras ocho temporadas en la Real Sociedad, el portero regresa a San Sebastián. Hoy en el Barcelona, defenderá por primera vez el arco de la visita en Anoeta.




Llegó con el número 25. Se marchó con el 1 a la espalda. Apenas medio año después de su salida del elenco vasco, Claudio Bravo vuelve a saltar esta tarde al césped del estadio de Anoeta. Lo hará por primera vez vestido de azulgrana, convertido en el arquero menos goleado del campeonato español -con un promedio de 0,43 goles en contra- y en disposición de pulverizar el récord absoluto de Liaño, ex guardameta del Deportivo de La Coruña que en la temporada 1993-1994 concluyó el torneo con un cociente de 0,47. Tras nada menos que ocho temporadas defendiendo los colores del conjunto txuri-urdin, el cancerbero de Viluco se medirá -a partir de las 17.00, hora chilena- al equipo que le dio la oportunidad de dar el salto al viejo continente.

Sólo 23 primaveras tenía el joven Bravo cuando decidió abandonar la disciplina de Colo Colo para probar suerte en la Liga española. San Sebastián lo recibió con los brazos abiertos y con un equipo en construcción -dirigido por el ex futbolista del Barcelona José Mari Bakero- que no tardó demasiado en empezar a flirtear con el descenso.

Josetxo Olalde, presidente de Goazen Erreala, una peña (agrupación organizada de hinchas) radicada en San Sebastián, recuerda la primera vez que el hoy capitán de la selección chilena visitó la sede de su organización: "Al principio era un poco frío, un poco distante, porque no conocía a nadie, pero con el tiempo se fue soltando y se convirtió en uno más", rememora. "Él ha significado mucho para la Real, porque desde el primer momento que llegó al club, entendió cuál era nuestra filosofía y nos ayudó a luchar por los objetivos", explica el máximo responsable de la agrupación de hinchas que distinguió al arquero como el mejor jugador de la temporada 2011-2012.

Infierno y consagración

Su primera campaña como guardameta de la Real Sociedad concluyó, sin embargo, con el descenso del equipo donostiarra al infierno de Segunda División. El debut en la categoría de plata del golero de La Roja no pudo ser más amargo. El equipo no sólo no logró el objetivo de retornar a Primera, sino que la participación de Bravo a lo largo de aquel curso fue prácticamente nula. Una situación que cambiaría radicalmente al año siguiente, con su vuelta a la titularidad y la obtención de su primer trofeo Zamora como portero menos goleado. "Claudio se merece lo mejor, porque cuando bajamos a Segunda, él pudo marcharse a equipos de Primera División y no lo hizo. Decidió quedarse para ayudar al equipo, y eso no lo vamos a olvidar nunca", asegura Salva Rodríguez, presidente de la peña Ametzueta Taldie, con sede en el municipio guipuzcoano de Aretxabaleta. Tras cuatro años de calvario, la Real Sociedad, con el actual técnico de la U, Martín Lasarte, a la cabeza, consiguió retornar a la élite.

Con el regreso a Primera División, la consolidación de Claudio Bravo como uno de los mejores metas del torneo español no se hizo esperar. En la temporada 2010-2011 fue elegido portero revelación de la Liga BBVA; en la 2011-2012 llegó a lucir por primera vez el brazalete de capitán del cuadro vasco; en la 2012-2013 resultó decisivo en la clasificación para la Champions League; y en la 2013-2014 debutó en la máxima competencia europea de clubes. Con 237 partidos disputados, el chileno es el segundo jugador extranjero que más veces ha vestido la camiseta de la Real Sociedad, tan solo superado por el serbio Darko Kovacevic (286); y ostenta todavía el récord de imbatibilidad en el estadio de Anoeta, con 467 minutos consecutivos sin recibir un solo gol. Registros, todos ellos, que han llevado a los hinchas del cuadro donostiarra a equipararlo con otra leyenda viva del club, el célebre arquero de la Real y de la selección española Luis Miguel Arconada: "Si no hubiéramos tenido a Arconada, sería el mejor de la historia. Pero de la época reciente, de los últimos 20 años, no cabe ninguna duda de que Bravo fue el mejor", asegura Salva Rodríguez.

Polémico adiós

En una entrevista concedida recientemente al diario catalán Mundo Deportivo, el cancerbero del Barcelona confesaba sentirse dolido por el modo en que se había producido su salida de la entidad vasca: "Me dolió que el club no me ofreciera la posibilidad de poder continuar, pero sólo tengo palabras de elogio para toda la afición y el entorno realista", indicaba el jugador, quien había manifestado en más de una ocasión su deseo de terminar su carrera en las filas de la Real Sociedad si no se producía el llamado de un club de primer nivel.

Tras confirmarse su traspaso al Barcelona, el pasado 25 de junio, Bravo redactó una carta de despedida para agradecer a la hinchada txuri-urdin su apoyo incondicional durante más de ocho años. Un gesto que muchos  seguidores agradecieron, pero que resultó insuficiente para un buen número de sus fanáticos: "Creo que la afición va a estar dividida al recibirlo porque la forma de despedirse, con una carta fría, no fue la correcta. Si estaba enfadado con el club, no tenía por qué pagarlo con la gente que siempre lo ha apoyado. Él siempre dijo que su corazón era txuri-urdin, pero al final ves su despedida y te hace dudar. Griezmann (hoy en Atlético de Madrid) o Illarramendi (hoy en Real Madrid) hicieron las cosas de otra manera", valora, al respecto de la controvertida despedida, el presidente de la peña Goazen Erreala. Una opinión muy distinta de la que defiende su homólogo Rodríguez: "La afición lo va a recibir como se merece, porque fue un tipo que cayó muy bien en Anoeta y que lo dio todo por el club. A Bravo le querían aquí y  se fue porque tenía que irse. Jugando en un equipo humilde como la Real, que está más jodido que hace años, sólo aspiras a ganar la Copa del Rey o a intentar meterte en Champions. Si quieres ganar títulos importantes, tienes que buscarlos en otra parte", sentencia.

En cualquier caso, será el estadio de Anoeta el encargado de emitir,  esta misma tarde, su soberano juicio. Bravo saltará al pasto y se colocará, por primera vez en su carrera, bajo el travesaño del arco visitante del feudo realista, para defender los intereses de un Barcelona que no puede permitirse un nuevo tropiezo en Liga si no quiere perder la estela del Real Madrid. El elenco dirigido por David Moyes, alojado en la zona baja de la tabla, tampoco puede fallar. Messi estará en la cancha, y probablemente también Suárez y Neymar. Pero todas las miradas estarán puestas hoy en el arquero chileno,  en el sucesor del mítico Arconada,  en el hijo pródigo que por primera vez desafía a su propia casa.

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