Actores secundarios

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Consulta ciudadana de Unidad Constituyente. Foto: Agencia Uno.

Al menos esta vez las encuestas no se equivocaron: la candidata DC Yasna Provoste confirmó la amplia ventaja que los sondeos le daban desde su destacado papel en la negociación sobre los mínimos comunes con el Ejecutivo. En una primaria con una participación menos que modesta -en torno a 150 mil personas- y un resultado que ilustra la dura declinación del mundo PPD-PS frente a la nueva izquierda hoy hegemónica en la oposición; aquella conformada por el pacto entre el PC y el FA, que en su primaria legal logró movilizar a más de un millón 700 mil electores.

El resultado de ayer tuvo, sin duda, notas históricas: la DC no ganaba una primaria presidencial desde 1993, cuando Eduardo Frei Ruiz-Tagle dejó en el camino a Ricardo Lagos. El contraste es que, en esa oportunidad, los actores de la ex Concertación diseñaron una contienda para que el resultado no pudiera ser uno distinto. Ahora, en cambio, la candidata del PPD-PS Paula Narváez tuvo mucho más tiempo para hacer campaña, ya que empezó a desplegarse en enero, y la presidenta del Senado fue su contrincante apenas un par de semanas.

Otra gran constatación de este desenlace es que la impronta de Michelle Bachelet en la centroizquierda simplemente ha dejado de existir. En rigor, fue solo su voluntad la que despejó el camino para que Narváez fuera candidata de su partido sin competencia. Pero esa circunstancia a la larga no agregó ningún respaldo a nivel ciudadano y su escogida nunca pudo pasar del error estadístico en los largos siete meses que estuvo batallando. No es incluso descartable que esa unción desde las alturas haya terminado siendo una carga negativa, en un contexto donde las élites y su forma de imponer decisiones están siendo severamente cuestionadas por la gente.

A partir de ahora, el escenario presidencial comienza a asentarse. La candidatura DC hará más difícil la conquista de votos de centro para la carta de Chile Podemos+, Sebastián Sichel. Y parece lógico que la disputa entre ambos candidatos por ese espacio más moderado e independiente sea al final una de las claves del desenlace de noviembre, es decir, de cuál de los dos logre llegar al balotaje. En paralelo, Yasna Provoste tiene hacia adelante el gran desafío de evitar la fuga de votos hacia la izquierda; de ese mundo PPD y PS donde Gabriel Boric irá desde mañana a la cacería, intuyendo que para muchos de ellos no será fácil entusiasmarse con una alternativa DC después de todo lo que se ha vivido en Chile desde el estallido social.

En síntesis, que la ex Concertación vuelva a tener una candidatura presidencial DC a casi 30 años del triunfo de Frei Ruiz-Tagle puede representar dos cosas: o un visionario gesto de cordura histórica u otra señal más de descomposición de su proyecto político, erosionado desde hace más de una década por su obsesiva vocación por el suicidio.

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