Plebiscito: las caras descubiertas
El evento cívico del domingo dejó al descubierto varias caras que no estaban en la racionalidad de los políticos. Al menos, podemos indicar seis que permiten entender estos resultados tan abrumadores: nueva Constitución sin participación de parlamentarios.
En primer lugar y recordando que el Presidente Piñera ganó con un 54%, resulta que muchos partidarios de la centroderecha votaron por el Apruebo. Por lo tanto, no es cierto que el oficialismo haya perdido y la oposición hubiera triunfado. Ese 80% que votó el Apruebo no lo hizo adscribiendo a una ideología política o afectado por estados emocionales. Más bien, confirió un mandato muy serio a los futuros constituyentes para que elaboren un texto en que predomine la unidad y los acuerdos.
En segundo lugar, es innegable que los partidos políticos abrigaban la esperanza de que se aprobara una Convención Mixta con la participación de parlamentarios. Eso fracasó por el alto nivel de desconfianza ante la ciudadanía y la pobre labor legislativa desarrollada. La Convención Constituyente, 100% elegida, representa un desafío para seleccionar a los mejores, de alta preparación, inmunes a las presiones y no alentada por la demagogia. Los constituyentes deben pensar en un proyecto unitario, un país democrático que impulse conjuntamente la dignidad, la libertad y el desarrollo.
En tercer lugar, observamos un PC que ha advertido que seguirá alentando las movilizaciones y, por lo mismo, los desmanes, saqueos y destrucción. Ya han apoyado antes la “desobediencia civil” y la llamada “primera línea”. Con ello muestran que la violencia tiene caracteres de actos concertados, confesión explícita de la incitación a la insurrección y la alteración del orden público. Luego, no aspiran a la unidad sino a imponer sus postulados políticos por la fuerza.
Puede decirse, en cuarto lugar, que el 15 de noviembre se alcanzó un acuerdo por la paz social y una nueva Constitución. Los partidos de la oposición no cumplieron con el compromiso de asegurar la paz social, Peor, han tolerado y hasta alentado a los grupos de manifestantes que han creado miedo y destruido el trabajo de muchos chilenos. No ha existido ningún impulso legal para sancionar la violencia ni colaborar con el restablecimiento del orden público.
En quinto lugar, es razonable que las personas sientan que han sido abusadas en materias tan relevantes como salud, pensiones de jubilación, educación, entre otras. Pero también aprecian la libertad, el emprendimiento, la independencia de las instituciones y su desarrollo.
Finalmente, en sexto lugar, debiera imponerse al legislador el respeto irrestricto a la Constitución. Resulta imperativo entender que han sido los legisladores quienes han dictado las leyes para aplicarla pues así le fue delegado. Y las leyes han desatendido su espíritu por largos años. Así ha ocurrido con muchos de los derechos garantizados por la Carta Fundamental, como la salud, la previsión, la educación, por citar algunas.
El plebiscito ha descubierto estas caras, las comprendió y exigirá que se respeten.
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